En medio del avance y los intentos del gobierno nacional de ampliar la zona de petróleo offshore a la zona norte del Mar Argentino, frente a las costas de la provincia de Buenos Aires, continuando la política de Macri, de saqueo y destrucción ambiental, desde La Izquierda Diario, desarrollamos una investigación, como un aporte a la lucha actual, de la experiencia del offshore en Tierra del Fuego.
Viernes 14 de enero de 2022 15:23
La provincia más austral del país cuenta con 35 de los 187 pozos perforados que producen y se encuentran ubicados en la Cuenca Austral marina: frente a la costa de Tierra del Fuego y frente a las costas de Santa Cruz.
El Yacimiento San Martín, el último descubierto por la empresa ROCH en el año 2017 en la provincia tiene una producción petrolera con un volumen de 10.000 m3 mensuales.
La Isla Grande de Tierra del Fuego está separada del continente por el estrecho de Magallanes, el cual comunica los océanos Atlántico y Pacífico; esta característica transforma a la Argentina, y en particular a la provincia, en bioceánica. Posee frontera con Chile al oeste y al sur, limita al norte y al sudeste con el océano Atlántico y al sur con el Pacífico a través del Canal Beagle.
Actualmente es la segunda provincia productora de gas del país, detrás de Neuquén, con más de 12.000.000 m3/d y posicionándose como la principal zona de explotación offshore de Argentina.
Los yacimientos están ubicados en la Cuenca Austral la cual alberga más del 30% de las reservas de gas del país.
En su base se encuentra la Formación Springhill (formación geológica), que es la unidad productiva por excelencia en toda la cuenca. Está cubierta por las pelitas de la Formación Palermo Aike o sus equivalentes laterales, los cuales constituyen las rocas generadoras y sello de los hidrocarburos extraídos de dicha formación.
Larga historia de entrega nacional. Tierra del Fuego y los hidrocarburos.
La explotación hidrocarburífera en Argentina comienza a principios del siglo XX con el descubrimiento de petróleo costa adentro en Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut. Años después, en los sesenta, se otorgaron concesiones de áreas offshore y se realizaron perforaciones exploratorias en las cuencas del Salado, Colorado y del golfo San Jorge. En esta última cuenca, se encontró la presencia de hidrocarburos, aunque en cantidades no comerciales.
Hacia 1975 se declaró de interés nacional estudiar las plataformas submarinas en las zonas de las Islas Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur mediante Ley 21024, una tarea a cargo de YPF, aunque la tarea la completó la compañía ESSO.
En 1978, se inauguró el primer gasoducto submarino argentino a través del estrecho de Magallanes, como parte del gasoducto San Martín (ex Austral). Este fue construido por la compañía Techint para Gas del Estado entre 1975 y 1978 (AREF, 2021)
En 1980 se descubrieron pozos comerciales en los yacimientos Ara, Aries, Lobo, Vega, Hydra y Argo, ubicados frente a las costas de Tierra del Fuego, a cargo de Total Austral y asociados; y en la desembocadura del estrecho de Magallanes, Shell encontró gas. En 1983, Total Austral y sus asociados descubrieron el yacimiento Gran Carina, en la cuenca Austral Marina, donde quedó concentrada la actividad offshore; hasta 2001, se perforaron 29 pozos y se realizaron extracciones de petróleo y gas.
El conocido Plan Houston de Alfonsín, en 1985, consistió en entregar 165 áreas para la exploración y explotación en 77 bloques onshore y offshore: transformó en ley el saqueo y lo extendió a todo el país.
En los 90, se abrieron caminos, ante el avance de la privatización y la desregulación, al capital privado. Así, en la en la cuenca Austral Marina se hicieron las primeras perforaciones costas afuera en los considerados pozos productivos y económicamente explotables por parte de las empresas Total Austral y Shell.
Hacia la primera década de los 2000 las reservas de hidrocarburo comenzaron a disminuir, por lo que en 2002 se decretó la emergencia de abastecimiento. Y en 2004, se creó la empresa Energía Argentina S. A. (ENARSA), que quedó a cargo de los derechos de la explotación offshore y del fomento sectorial.
En 2020, el consorcio formado por Total Austral, PAE y Wintershall Dea le propuso al Gobierno incluir el proyecto Fénix de desarrollo de gas en un campo offshore, en el nuevo plan de contractualización del mercado gasífero. El proyecto implicaba la inversión de entre 800 y 1000 millones de dólares para la explotación de la cuenca Austral Marina.
El gobierno de Frente de Todos
El 22 de octubre de 2021 se prorrogó en la provincia de Tierra del Fuego la ley de subrégimen de promoción industrial conocida como ley 19.640. En 2019, a dos años del hallazgo del pozo San Martín, la ex gobernadora Rosana Bertone (PJ) realizaba los anuncios pertinentes para la prórroga de la 19.640 que también abarcaría a la actividad petrolera. La actividad offshore en Tierra del Fuego es la más subsidiada por el Estado.
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Dentro del presupuesto nacional de 2021 y con la ley de presupuesto de 2022 la cuenca neuquina fue beneficiada con más de 80.000 millones de pesos. Lo que demuestra una fuerte apuesta a la infraestructura de hidrocarburos y promueve tanto el desarrollo offshore como las inversiones en el sistema de transporte de gas hacia una mayor extracción de fósiles.
El Plan de Promoción de la Producción del Gas Natural Argentino 2020-2024 (más conocido como Plan Gas.Ar), sancionado por el decreto 892/2020, incluyó a las empresas con actividad offshore en los subsidios otorgados desde el estado para asegurar la extracción de gas (hasta ese momento, solo beneficiaba a aquellas empresas que operaban a través de fractura hidráulica). Dentro del decreto en el anexo I, fundamentos, inciso “m” se puede leer el subtítulo: singularidad del sistema offshore en donde justifica la necesidad de incentivos especiales.
Las empresas que incluyan un proyecto offshore en la cuenca Austral Marina en sus planes de inversión tendrán mayor flexibilidad a la hora de ser penalizadas por incumplimiento de las modalidades del Plan Gas.Ar
Esta breve reseña es para mostrar que siempre las empresas van a tener prioridades, muchas de estas licitación que hoy se confirman, iniciaron en el 2019 con el Gobierno de Mauricio Macri. Pero, el Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner otorgaron definitivamente las habilitaciones para la explotación de las áreas petroleras offshore. Al igual que la lluvia de inversiones que anunciaba Macri, el extractivismo es presentado como parte del plan para la estabilidad económica necesaria para negociar con el FMI, pero la promesa del “desarrollo” no son más que …eso… para el pueblo trabajador.
Más puestos de trabajo gritan desde el gobierno nacional y el gobierno provincial de Gustavo Melella, pero la realidad es que las empresas privadas de extracción de fósiles no contratan a trabajadores de la provincia, sino que traen su propia mano de obra barata y calificada.
Los costos ambientales
La industria petrolera utiliza la técnica conocida cómo exploración sísmica para encontrar petróleo en el fondo marino. Estos bombardeos se realizan con cañones de aire que generan ruidos tan potentes como el despegue de un cohete espacial. Mediante esta técnica consiguen una imagen 2D o 3D del subsuelo.
Los datos recolectados se utilizan para crear mapas del fondo marino detallados, que las compañías petroleras usan para determinar las ubicaciones para la perforación.
Esta técnica genera daños irreparables en los ecosistemas marinos.
El océano presenta fuentes naturales de sonido de origen físico: viento, olas, lluvia, hielo, terremotos y biológico (fauna marina) que componen un paisaje sonoro con una gran importancia ecológica, ya que es utilizado por algunas especies como guía para dirigirse a cada hábitat.
La introducción de sonidos de alta intensidad por la explotación hidrocarburífera en este medio marino, muy superiores a los niveles de los sonidos naturales, y que se solapan con los sonidos que emiten las propias especies (ballena franca austral, orcas, lobos y elefantes marinos, pingüinos e incluso las poblaciones de peces) ocasiona afectaciones en las funciones biológicas de muchos seres vivos.
Entonces, los impactos de la exploración sísmica provocan una gran pérdida de la biodiversidad marina. No solo afectan a los mamíferos y aves, sino que también a las poblaciones de peces. Los disparos acústicos pueden provocar una disminución de la viabilidad y crecimiento del huevo y en consecuencia, dificulta la reproducción de las especies.
El paso siguiente a la exploración es, obviamente, la explotación que ya es un hecho en la provincia de Tierro del Fuego desde hace años. La explotación trae consigo el derrame de petróleo que en las investigación desde hace décadas por parte de los organismos ambientales demostraron que la ocurrencia de derrames es del 100%, incluso de derrames de gran magnitud, superiores a mil barriles.
Un impacto irreversible que la provincia de Tierra del Fuego ya sufrió en 2019 que afectó una longitud de 50 metros en la bahía de San Sebastián.
Sin embargo, este no es el único problema, aunque así enunciado pareciera muy poco cuando no lo es. El mundo atraviesa los costos del capitalismo: el calentamiento global.
Seguro has escuchado hablar del acuerdo de París o del 1,5º C. En 2015, frente a la crisis climática distintos países, entre ellos Argentina, se comprometieron a reducir de forma sustancial las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y limitar el aumento global de la temperatura en este siglo a 2 grados Celsius, al tiempo que busca medios de limitar la subida todavía más, a 1,5 grados.
En 2016, a través de la Ley 27.270, la Argentina ratificó el Acuerdo de París comprometiéndose a elaborar y comunicar periódicamente su Contribución Determinada a Nivel Nacional.
En diciembre de 2020, el ministro de ambiente, Juan Cabandié, oficializó la Segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional. En la que establece que Argentina no excederá las 359 MtCO2eq al año 2030 —lo que representa limitar las emisiones de estos gases a un nivel 26 % inferior a lo comprometido en 2016 (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, 31 de diciembre de 2020).
Pero, los yacimientos de petróleo y gas que están siendo explotados en nuestro país podrían, por sí solos, hacer saltar el presupuesto de carbono de Argentina para 1,5 ºC y 2ºC ampliamente. Por tanto, este avance en la frontera extractiva de los hidrocarburos pondría a nuestro país en una situación aún más preocupante respecto al presupuesto de carbono. El doble discurso del gobierno del Frente de Todos al servicio del FMI.
¿Cómo enfrentar al saqueo y el ajuste del gobierno nacional y de Juntos por el Cambio al servicio del FMI?
El gobierno nacional de Alberto Fernández y Cristina Kirchner quieren imponer el extractivismo como medio de desarrollo para salir de la pobreza. La falsa dicotomía entre el “desarrollo”, el crecimiento y el cuidado del medioambiente.
Hay un modo propiamente capitalista de relacionarse con el medio ambiente que es insostenible: el que permite la apropiación privada de los recursos naturales que pertenecen a todos y todas pero los que pagamos el costo somos la clase trabajadora. Y encima nos hunde más en la pobreza.
Hay que derribar la idea de que la única posibilidad de salir de esta situación, de evidente crisis económica y social, es pagando la deuda, y con ello el extractivismo y el ajuste a las y los trabajadores y mayorías populares.
Basta de normalizar que las tierras de los pueblos originarios son de un puñado de terratenientes, basta de normalizar que los empresarios cultiven millones de hectáreas de soja, basta de normalizar que los incendios forestales son accidentales, basta de normalizar que los recursos naturales son de unos pocos.
Somos la provincia de #NoALaSalmoneras y #NoAlCorredorBeagle.
Pero las multinacionales no avanzan solas, lo hacen con la complicidad de los gobiernos que profundizan los modelos extractivistas en manos de estas saqueadoras queriendo convencernos de que lo hacen en beneficio del pueblo.
Chubut con el #NoEsNo, Mendoza con #ElAguaNoSENegocia y el #Atlanticazo en la costa Argentina son una clara muestra de fuerza de cómo el pueblo trabajador y las mayorías populares son capaces de organizarse y levantarse contra el avance extractivista sin licencia social.
Las asambleas ambientales y las organizaciones vienen creciendo en coordinación como la Coordinadora Basta de Falsas soluciones, y distintos sectores que comienzan luchar, a unir fuerzas, y a sacar conclusiones políticas de quiénes son aliados y quiénes enemigos de la naturaleza y las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras y populares.
No tenemos otro planeta pero sí podemos optar por otro sistema económico y social que nos muestre el camino hacia la reconciliación con el medio ambiente y el futuro.
Si te gusto la nota, vamos a continuar este debate en una charla virtual el lunes 17 de enero para organizarnos contra la política extractivista del gobierno nacional y provincial y de la oposición de derecha.