Cientos de familias beneficiarias del Crédito Pro.Cre.Ar. para la línea Desarrollo Urbanístico en la localidad bonaerense de Tigre se encuentran dando la pelea para que el sueño de la casa propia no se derrumbe.
Jueves 11 de agosto de 2016
Cuando salimos sorteados para la entrega de una vivienda en noviembre de 2014, pensamos que el sueño de la casa propia estaba muy cerca de concretarse. Estábamos muy contentos porque sabemos que el déficit habitacional es uno de los principales problemas que sufrimos los trabajadores en Argentina. Cuando la demora y la falta de respuestas se hicieron patentes, los beneficiarios comenzamos a organizarnos. Lo que comenzó como un intercambio de información extraoficial por Facebook, fue tomando cuerpo hasta llegar a una asamblea que agrupa a más de 100 familias. Hicimos asambleas, reuniones con diferentes actores políticos, impulsamos petitorios y comenzamos con las acciones legales. Ahora estamos pensando en acciones que hagan más ruido para que nuestra voz finalmente sea escuchada. En la última asamblea, la número 13, entrevistamos a Matías Fortunatti, abogado y referente de los vecinos del Pro.Cre.Ar. de Tigre.
¿Cómo se llevó a cabo la asignación de viviendas Pro.Cre..Ar?
¿Cómo fue el contrato inicial que firmaron?
¿Cuál es el estado de situación actual?
El problema que tenemos ahora es que el banco no cumplió su rol de fiduciario y las viviendas que prometieron entregar a mediados de 2015, aún las estamos esperando. Y como desde el momento en que nos evaluaron en 2014 hasta hoy hubo una gran inflación, nos quieren reevaluar y llevarnos a los segmentos más altos. El poder adquisitivo de nuestro salario cayó fuertemente y encima nos quieren aumentar las cuotas a causa de un retraso que es culpa de ellos. Nosotros planificamos nuestra vida económica y financiera a partir de ese acuerdo que ahora desvirtúan y lo quieren duplicar y hasta triplicar, como hicieron con los tarifazos en los servicios. El cambio de segmento no sólo aumenta la cuota sino también la tasa de interés del crédito hipotecario. La idea del gobierno es que todos quedemos en el segmento más alto y los que ahora superan el tope de $ 35.000 de ingreso queden fuera del programa. Esa reevaluación no está establecida en ninguno de los términos y condiciones, de las cláusulas que firmamos.
¿Quiénes son los responsables y cuáles son los perjuicios ocasionados a los beneficiarios?
Los prejuicios que nos ocasionaron son varios. Muchos dependen de la situación en la que se encuentre cada vecino. Por ejemplo, tenemos una familia que actualmente vive en San Martin y como le dijeron que a principios de año que le entregaban la casa, anotaron a sus chicos para la escuela en Tigre. La madre se viene de lunes a viernes a las 8, se queda haciendo tiempo cerca de la escuela hasta las 12, cuando los retira y regresan a San Martín. Otro perjuicio es el que le ocasionan a las familias que alquilan, que son la inmensa mayoría porque el plan está destinado a quienes no tienen vivienda. Entonces se vencen los contratos, no sabes si renovar o no, los alquileres aumentan… a eso súmale la angustia que te genera no saber dónde vas a ir a parar. Hay gente que ya se bajó del programa por esta incertidumbre. De hecho, una de las beneficiarias tuvo un preinfarto por este motivo. Y yo te cuento sólo lo que está pasando en Tigre, pero esta es una situación a nivel nacional que se da en todos los Desarrollos Urbanísticos del país, con gente que está aún peor que nosotros.
¿Y esto es sólo responsabilidad del macrismo? Porque las viviendas deberían haber sido entregadas a mediados de 2015…