Entrevistamos a Amélio Federico, activista, artista gráfico y poeta de la Ciudad de México que ha sumado su palabra a la resistencia y lucha cotidianas por plenos derechos para la población trans y no binaria. Te invitamos a conocerle y a seguir su trabajo.
Nancy Cázares @nancynan.cazares
Viernes 5 de julio de 2019
LID: Amélio, tuvimos la oportunidad de escuchar tu participación en el Eslam Cuir de Poesía XX que se llevó a cabo hace unas semanas en El77 Centro Cultural Autogestivo. Durante el conversatorio previo al eslam dijiste algo muy interesante sobre el carácter político de la poesía que viene desde las personas maricas, trans, negras, periféricas. ¿Qué es lo que hace de este "acto poético" un "acto político"? ¿Cómo es la poesía un acto de resistencia? Principalmente, ¿cómo vive Amélio esta relación entre su hacer y sus reivindicaciones?
Amélio: Creo que el accionar de cualquier población oprimida es político porque desafía la norma que lo oprime; y el arte va a abrirnos paso poco a poco porque es justo donde hay paradigmas que se rompen. Un ejemplo sería aquí en México, donde la lengua española fue traída mediante colonización, la poesía de les marginades que la vandaliza (incorporando lenguas indígenas, incorporando el caló, leperadas y específicamente, hablando de nosotres, la poesía desde la disidencia sexo-genérica desafía al lenguaje cuando usamos desde el argot marica hasta el lenguaje neutro) e incomoda.
A mi parecer y desde mi trinchera, la poesía es una acto de resistencia mediante la vulnerabilidad; la poesía es desde nuestros adentros y nos vulnera siempre. Precisamente me he reivindicado muchísimo siendo desertor de la masculinidad hegemónica (que me acogió muchos años y me protegió, pero también me hizo mucho daño) y renunciando a mecanismos de defensa propios de ella; Abrazando cierta feminidad que aún conservo y enunciando mis vulnerabilidades, acuerpándolas y hablando de ellas en mi trabajo gráfico y con la poesía misma.
Así me atraviesa en el contexto de violencia en el que vivo como persona trans: la resistencia en el acto artístico es combustible para seguir caminando en el mundo que nos quiere muertxs.
LID: Hablaste también de la importancia de "ocupar los espacios arrebatados" por sectores de la burguesía; como persona no binarie ¿qué otros espacios te parece que es imprescindible ganar para esta población invisibilizada por el pensamiento binario?
Amélio: Lo dije durante el conversatorio, el mundo es patriarcal, de la burguesía, de la gente blanca, cis-heterosexual y de corporalidades hegemónicas.
Es una pregunta complicada porque creo que me equivocaría al aspirar a pertenecer al mismo sistema que nos mantiene en esta posición oprimida (lugares en la política o lugares en la misma burguesía), donde sí considero imprescindible estar siempre presentes es en espacios donde hay otras manifestaciones de la diversidad, pues aún dentro de ella se nos cuestiona. Aclaro que no necesitamos aprobación de nadie, pero sí alianzas. Y también creo necesario adentrarnos en los lugares de lo cotidiano para construir espacios de seguridad. Visibilidad, no poder.
LID: Amélio, tu nombre tiene una historia muy bella ¿podrías compartírnosla?
Amélio: Claro. Mis nombres son Amélio Federico Tegmine. Amélio lo elegí por el coronel Amélio Robles Ávila, y lo elegí porque un día me comparé con él cuando le contaba a un amigo sobre cómo me vestía de guerrillero en vez de adelita en los convivios en la primaria. Federico es en honor a mi poeta favorito, rojo y maricón García Lorca. Tegmine es un cúmulo de estrellas de la constelación de cáncer que corresponde al caparazón del cangrejo, y representa eso a lo que he renunciado pero que de alguna manera me ha mantenido vivo; mi cáscara, mi coraza, mi armadura.
LID: Y ya puestos en esas, compartirnos algunos de tus referentes más significativos. (Tanto literarios como artísticos en general).
Amélio:Todes mis referentes son muy significativos para mí, pero trataré de mencionar a mis más grandes inspiraciones: Durero, Remedios Varo, Siqueiros, Henry Darger, El Bosco, Bronwyn Lorelei, Iurhi Peña, Maremoto, Iris Van Herpen, un ex profesor Mauricio Sotelo, Doctor Lakra, Maldita Carmen, Juan (@ego.png), Mariano Camilo, Susy Shock, García Lorca, Lemebel, Mare Advertencia Lirika... y son todxs lxs que vienen a mi cabeza ahora.
LID: A modo de juego, nos gustaría invitarte a que nos digas cómo defines -usando las menos palabras posibles- lo siguiente:
Amélio: Haré un ejercicio de escribir la primera palabra que venga a mi mente.
LID: Marcha del orgullo LGBTTIQ+
Amélio: Visibilidad.
LID: LGBTTIQ
Amélio: Resistencia.
LID: Stonewall
Amélio:Memoria.
LID: Cuarta Transformación
Amélio: Incertidumbre.
LID: Vaticano
Amélio: Lo que representa para mí es: Enemigo.
LID: Derecho a decidir
Amélio: Ahora.
LID: Qué opinas sobre las declaraciones del Vaticano que dijo que el género no binario es "ficticio".
Amélio: Creo que habla desde el privilegio más blanco, eurocentrista, patriarcal y heterosexual. Por supuesto que nadie en el Vaticano está consciente de las poblaciones Muxes o Hijras, por ejemplo, y por supuesto que en su privilegio estas diversidades no existen. Opino que sus declaraciones no valen nada, y que vamos a seguir respondiendo al accionar de les creyentes de la misma manera que venimos ya respondiendo. Nada más.
LID: Por último, nos gustaría que pudieras compartirnos cuál es la perspectiva que le ves a las disidencias sexogenéricas bajo el gobierno de AMLO -con marco en una ofensiva reaccionaria encabezada por la Iglesia y la derecha conservadora-; qué retos crees que son los más urgentes por atender y cuál crees que sea el papel que podemos jugar quienes nos ocupamos -y nos preocupamos- por el quehacer artístico con un discurso, como dices tú, casi inherentemente político.
Amélio: Nuestras necesidades son armarnos y protegernos y considero que lo más efectivo es utilizar todas nuestras opciones para hacerlo; desde las organizaciones de derechos humanos, la constitución y todas las herramientas legales disponibles, hasta los comandos más anarcos y la autodefensa.
Me gusta pensar que los lugares en la política, en la burguesía, en las academias que ya están ocupados por personas de la diversidad sexogenérica podemos usarlos como una estrategia de visibilidad y "normalización" que no deje ni la iglesia, ni la derecha, ni la ola del feminismo trans excluyente avanzar más, y con el quehacer artístico ganar terreno en esta cotidianidad que menciono para ir construyendo redes de apoyo.
Me parece que lo que no hay que hacer es debilitarnos.