En una insólita declaración la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, avaló las políticas restrictivas del gobierno como medidas “necesarias” para el control de la pandemia.
Jueves 11 de marzo de 2021
“No era el mejor momento de innovar”, con estas palabras la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches se refirió a la votación del congreso para prolongar el estado de catástrofe incluido el cuestionado toque de queda. “Tenemos muy malas cifras, y la Red Pública y privada está muy tensionada. Levantar el toque de queda o cuarentenas, hoy no es el mejor momento” señaló a radio USACH.
Pero lo que está haciendo el gobierno no es innovar, sino mantener medidas que ya cumplen un año de aplicación y que han mostrado ser totalmente ineficaces para el control de la pandemia.
Así como las “cuarentenas dinámicas” del plan paso a paso no poseen criterios de aplicación de público conocimiento, el toque de queda tampoco se ha mostrado con criterios científicos cuál sería el impacto que este tiene en el mejor control del COVID.
El principal argumento del gobierno para sostener la medida es el control de la movilidad urbana, pero es un absurdo ya que mientras la clase trabajadora se moviliza cada mañana y tarde en un sistema público con paraderos, micros y metros llenos de gente, con total imposibilidad de distanciamiento social, se mantienen todas las restricciones de movimiento entre regiones (excepto para vacaciones) o las cuarentenas de fin de semana (fase 2).
“Debemos profundizar en la comunicación de riesgo, la ciudadanía debe comprender la lógica de las medidas sanitarias” señala Siches, pero la sensación de riesgo no vendrá por controles militares y policiales, el gobierno está apostando su fichas a las vacunas y esperar a que eso quite presión sobre el sistema de salud, contra la propia opinión de la presidenta del Colmed el gobierno ha flexibilizado las medidas sanitarias a tal punto de abrir Casinos en fase dos, ampliar los aforos para el retail y otro tipo de servicios no esenciales. Una vez más lo que el gobierno está buscando es anteponer los intereses empresariales y económicos a la salud del pueblo trabajador.
¿Un sistema de vacunación ejemplar pero quienes van al frente de la fila?
Paris durante esa semana no se ha cansado de señalar que Chile lidera los rankings de vacunación a nivel mundial, pero hay que tener dos factores en consideración que se esconden tras estas cifras: que el número de vacunas es alto debido a la escasa población que posee el país, Chile es un país pequeño comparado con EEUU, España, Italia, Francia o Inglaterra, por lo que una mayor cobertura de la población es factible con un número no muy alto de personas vacunadas, pero hay un segundo factor que no debe ser puesto bajo la mesa: Luego de la tercera edad y el personal de salud, la mayoria de las vacunas para menores de 60 años han ido destinadas a las fuerzas armadas y de control de orden público: más de 50mil vacunas ya han sido destinadas para Carabineros, la PDI y el ejercito, además el gobierno definió ciertos cargos públicos como "criticos" para el Estado por lo que también procedieron a entregarles vacunas a ministros, subsecretarios, parlamentarios, gobiernadores, entre otras autoridades. Esto mientras los trabajadores de servicios "esenciales" no tienen para cuando su vacunación. Esas son las prioridades del gobierno.
Abajo el toque de queda y todas las medidas que limitan las libertades individuales de la población.
Hasta ahora el gobierno pareciera estar más preocupado por contener el descontento social que proveer medidas que ayuden a palear la crisis sanitaria y económica que ha producido la pandemia.
No por nada durante la discusión en el parlamento el gobierno amenazó que de votarse en contra la extensión del estado de catástrofe, este eliminaría el IFE y los pocos beneficios sociales que hoy se entregan a las comunas en cuarentena.
El gobierno sabe que la situación económica es crítica para millones de familias, lo cual podría provocar una vuelta a las movilizaciones que podrían cuestionar nuevamente la legitimidad del acuerdo de noviembre del 2019, necesitan estar preparados ante nuevas revueltas.
Pero la clase trabajadora no debe seguir soportando este régimen represivo y que solo antepone la economía a la vida de las familias trabajadoras, hay que poner fin al toque de queda y rearticular un plan de vacunación y cuidado de la población en un trabajo en conjunto entre las y los trabajadores de la salud y especialistas.
Así lo mostraron las y los trabajadores del metro de Santiago que se encuentran en movilizaciones para rechazar la enorme presión laboral bajo la que se encuentran así como los miles de docentes que han vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de paralizar las clases presenciales mientras no existan las condiciones de cuidado dentro de las escuelas.