Los seguidores de Marcelo Balmacedo, detenido por enriquecimiento ilícito y estafas, ocuparon la sede y desplazaron a quienes respondían a Adrián Di Marco. Siguen las disputas en el sindicalismo peronista.
Miércoles 12 de febrero de 2020 13:20
La semana sigue dejando escenas de las disputas en el seno de las cúpulas del sindicalismo peronista. Este martes vimos un paro de varias líneas de colectivos del Grupo Dota por reclamos laborales pero que tienen detrás una fuerte disputa por la conducción de la UTA. Esta vez la oposición no tomó la sede gremial. Pero sí fue tomada la sede porteña del SOEME, el Sindicato de Obreros y Empleados de la Educación y la Minoridad.
Antes del mediodía, llegaron a la sede ubicada en el centro porteño cerca de 50 personas. Tras romper la cortina metálica, entraron y obligaron a las y los empleados a abandonar la sede. Más tarde se mostraron en la puerta del SOEME con remeras de "Balcedo conducción".
Corrupción, intervención e interna
Marcelo Balcedo ha sido uno de los hombres “pesados” del sindicalismo. Además su familia era dueña del Diario Hoy y otros emprendimientos. En enero de 2018 fue detenido en el Uruguay, en una causa que se investigaban delitos como fraude y lavado de dinero. En ese momento su fortuna estaba valuada en 35 millones de dólares, que además de cuentas incluía 18 propiedades y 40 autos de alta gama, motos, cuatriciclos y lanchas.
La Justicia Federal constató que bajo su mando se desviaron unos 500 millones de pesos que correspondían a los aportes de los afiliados, sólo entre 2012 y 2017.
Balcedo era una “presa fácil” para la campaña “contra las mafias” del macrismo. Un burócrata sindical que se había enriquecido, se manejaba con patotas y no era bien visto por sus “representados”. Tan impresentable como otros sindicalistas y empresarios amigos de Macri y Vidal.
Lo cierto es que el desplazamiento de Balcedo continuó con una intervención del gremio que duró 22 meses de intervención. En agosto de 2019 se hicieron las elecciones, que fueron ganadas por la lista Azul y Blanca “Renovación”, conducida por Adrián Di Marco. Di Marco y sus allegados no representaban ninguna renovación. Habían sido parte de la gestión Balcedo durante muchos años, pero se quedaron con el gremio en una elección que tuvo lista única. El candidato de la anterior conducción no fue autorizado por la justicia.
Así comenzó una disputa entre los viejos y nuevos dueños del gremio. Las y los trabajadores nunca fueron invitados a opinar quiénes y cómo conducirían su sindicato. Mientras tanto, los salarios y condiciones de trabajo siguieron empeorando. Los auxiliares de escuela y los empleados de muchas dependencias públicas, están entre los más precarizados de la clase trabajadora. Con Balcedo y con Di Marco.
¿Quién se queda con el gremio?
El último 28 de enero, la justicia suspendió el “proceso de normalización” cuestionando lo actuado por el juez Kreplak. Los cambios de aire en el poder se sienten en los tribunales y las sedes sindicales.
Los seguidores de Balcedo aprovecharon entonces para comenzar una campaña para recuperar el gremio. ¿Podrán hacerlo? No está claro. Pero hoy comenzaron por dar un golpe de efecto con la toma de una sede gremial ubicada a pocas cuadras de la Casa Rosada.
¿Cómo continuará la disputa? Nadie sabe. Lo que está claro que a ninguna de las dos facciones les interesa la situación de las y los trabajadores de este gremio.