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Red Internacional
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Coronavirus. Tomar medidas de emergencia para evitar el contagio

En conferencia de prensa del viernes 20 de marzo el Ministro de Salud Daniel Salas anunció 113 casos conocidos. Anuncian todo tipo de ayuda a empresarios, a quienes se les cobrarán menos por electricidad, recortes de impuestos, leyes para modificar la jornada laboral, etc. Ni una medida beneficia a la clase trabajadora y su salud. Se requieren medidas de emergencia para defender la salud de la clase trabajadora.

Viernes 20 de marzo de 2020

Foto de Jorge Castillo. La Nación.

El anuncio se hace un día después del aumento de 68 a 87 casos conocidos. En los últimos tres días los casos conocidos se doblaron pasando de 50 a 113 y es esperable una curva de crecimiento de casos conocidos en los próximos días, siguiendo el comportamiento de otros países como China, Irán, etc.

La respuesta del gobierno de Carlos Alvarado ha sido básicamente administrar la crisis en lugar de tener una política efectiva para proteger la salud de cientos de miles de trabajadores obligados a ir al trabajo sin condiciones mínimas de sanidad y expuestos al contagio en transportes, calles y demás. Como señalamos hace unos días, el gobierno prefiere garantizar las ganancias de los empresarios antes que poner énfasis en la salud de la población y el pueblo pobre.

La estrategia del gobierno, como dijo el propio Ministro, es evitar el contagio masivo y explosivo. Su objetivo no es detener el contagio, para lo cual se requiere tests masivos a la población, tanto la que guarda la cuarentena como la que se mantiene trabajando.

El gobierno está teniendo una estrategia similar a la que Boris Jhonson, primer ministro del Reino Unido, se ha visto obligado a cambiar. La estrategia de Jhonson suponía que la población se infecte y adquiera inmunidad luego de recuperarse e implicaba un número aproximado de 250 mil muertos entre el virus y otras enfermedades debido al colapso del sistema nacional de salud. La apelación a la responsabilidad individualidad y a Dios del Ministro de Salud es en este marco un sinsentido absolutamente irresponsable.

El gobierno, lejos de tomar medidas reales para la producción de tests masivos, ha impulsado en la Asamblea Legislativa proyectos de ley para posibilitar despidos y reducir salarios con la excusa del coronavirus, otorgando a patronos moratorias de deuda del seguro social y también en impuestos de hacienda, recursos que podrían ser usado para la emergencia. También han empezado a discutir la supresión de derechos constitucionales.

Hace unos días el Ministro Salas cuestionó el raciocinio de la población al no seguir algunas medidas draconianas vinculadas a la cuarentena. Pero la estrategia del gobierno, sus movimientos en la Asamblea Legislativa y la cero preocupación ante la salud de cientos de miles de trabajadores hacen preguntar quién es acá el irracional. Estamos hablando de un virus que está desbordando los sistemas de salud de países desarrollados como el Estado Español o Italia.

Tomar medidas de emergencia para evitar el contagio

Las zonas francas que tienen capacidad industrial de partes médicas y otros sectores industriales, así como las universidades, deben abocarse a la producción de tests masivos para toda la población incluyendo a los trabajadores migrantes nicaragüenses, con el fin de tener claridad de los números de contagio reales y atender de mejor manera todos los casos reales, no solo los conocidos hasta ahora. Un ejemplo en este sentido lo da Corea del Sur, una nación de 51 millones de habitantes que hasta hace pocos días examinó cerca de 250.000 personas desde que comenzó el brote el 20 de enero, con una capacidad diaria de 15.000 tests. Realizó 3.600 pruebas por millón de personas y logró detener la curva de contagio.

Es necesario reorganizar la industria para evitar que “tengamos que elegir a quién le ponemos respirador” como cínicamente ha dicho el Ministro de Salud, administrando la muerte del pueblo trabajador y los pobres, de la misma manera que el derechista gobierno italiano está decidiendo quién vive y quién muere. Al contrario de la alternativa mortal del ministro, es necesario producir respiradores y camas, mascarillas, guantes y demás. Para ello es necesario que la clase trabajadora que se mantiene trabajando reconvierta industrias, call center y demás en función de detener la pandemia. Un ejemplo de la posibilidad de reorientar la industria es la Fábrica Nacional de Licores, que contrajo su producción de bebidas alcohólicas para potenciar la producción de alcohol en gel, aunque la distribución del mismo no sea óptima debido a que el gobierno no ha distribuido correctamente el gel. Los call center, tomados por sus trabajadores, pueden ser fundamentales en la distribución de productos para evitar el contacto directo.

Fábricas, empresas de salud y afines deben ser tomadas por sus trabajadores para que efectivamente se reoriente la industria. Un ejemplo de como la clase trabajadora está planteando reorientar la industria para atender la pandemia mundial lo podemos ver en el Estado Español, donde trabajadoras de calzado han fabricado mascarillas.

Para lograr este nivel de producción no hay que despedir gente. Sino al contrario, hay que sumar a la fuerza laboral a jóvenes, para que los viejos se mantengan en la casa, y distribuir la jornada de trabajo para que de manera ininterrumpida se produzca lo necesario hasta detener la propagación del virus.

Para la atención a enfermos y a la población en cuarentena es necesario la centralización de todo el sistema de salud público y privado, en manos de comités de los trabajadores del sector salud. Incluso reclutar estudiantes de las áreas de salud, de ser necesario. Estos comités pueden trabajar estrechamente con amas de casa, asociaciones comunales y demás para sostener el consumo de la población en cuarentena, bajo un plan de distribución centralizado.

Finalmente es necesario un aumento al presupuesto de salud de emergencia, por lo cual también se debe dejar de pagar la deuda externa y también cobrar impuestos de emergencia a los empresarios que tienen deudas con el seguro social o con Hacienda, pues ellos son responsables directos de la situación de debilidad del seguro social ante la emergencia del coronavirus.