Es una incógnita cómo se organizará el campeonato del año que viene con tantos equipos y cómo y de qué forma se financiará.
Jueves 6 de noviembre de 2014
“AFA: tenemos un problema”. Esto es lo que seguramente están pensando todos los dirigentes de los clubes de la Primera División del fútbol argentino (y no solamente…). Es que como herencia, el fallecido Julio Humberto Grondona, con acuerdo del gobierno nacional y con caciques provinciales (y para ampliar su poder y hacerlo más ‘federal’), dejó armado un inverosímil y pantagruélico certamen de nada más y nada menos que 30 equipos para 2015, que a esta altura no es “derogable”, como diría CFK. Veamos de qué se trata: a los 20 participantes actuales, se le van a sumar los diez ascendidos de la Primera B Nacional, conformando un torneo que no se ve en ninguna parte del mundo. El asunto sobre todo es cómo se estructura y cómo se solventa.
¿Atrapados sin salida?
En realidad, ahora que ya no está el Jefe casi todos los conductores de los clubes se ubican en desacuerdo con semejante ‘desaguisado’ (antes lo decían en murmullos y por lo bajo), pero ya no hay forma de deshacerlo. En primer lugar está la cuestión de cómo se disputará. Con tantos ‘actores’ es difícil encontrarle la manera de hacerlo competitivo. Se baraja la posibilidad de hacer dos zonas de 15 equipos o de realizar una rueda de todos contra todos. Luego está el tema de en qué fechas se jugará: ¿de febrero a diciembre o de agosto a junio, como en los campeonatos europeos? Ocurre que, siendo Argentina un país exportador de jugadores, los teams se quedarían sin sus figuras justo en mitad de temporada si no se jugara con el calendario internacional. Pero para esto habría que hacer otro torneo previo muy corto, de ‘transición’, para poder llegar a agosto (con uno similar también de la B Nacional y entonces otros dos ascensos…). Un total desbarajuste.
Por otro lado, y para intentar en un futuro cercano volver al formato presente, tendría que haber en los próximos años de 3 a 4 descensos por vez (eso sí sólo suben dos), lo que llevaría a una situación de violencia superior a la de esta época y a un costo político que pocos estarían dispuestos a bancar...Por supuesto que en todo esto hay una divisoria de aguas y de opiniones entre los clubes chicos, medianos y los más grandes.
¿Y la tarasca?
Un tema no menor es de dónde va a salir el dinero para pagar semejante des-organización y esquema futbolero. Para la televisación de 15 partidos por fecha (muchos realmente quizás bodríos), mas los viajes y estadías por todo el país, los dirigentes le reclaman a Jefatura de Gabinete que eleve considerablemente las partidas de “Fútbol para Todos”. Se habla de 600 millones más a lo ya pautado. Pero en tiempos de recorte y de crisis económica habrá que ver cuánto en el gobierno están dispuestos a erogar, y de compensar así costos políticos con réditos electorales…En este tironeo y tira y afloje ni pensar con que se permita la vuelta de los hinchas visitantes. Absoluta incertidumbre. Mientras tanto, seguiremos soñando con gambetas y paredes que burlen este incordio y nos brinden pasión y alguna alegría…