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Red Internacional
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Tragedia. Torrenciales lluvias y desborde de ríos dejan desastres y 20 personas fallecidas en Mérida

Las lluvias azotan en Venezuela con crónicas de muertes anunciadas debido a la ausencia completa del desarrollo de obras de infraestructura que impidan los desbordes de los ríos en zonas densamente pobladas o próximas a ellas. Lo más trágico se está viviendo en estos momentos en Mérida donde ya se contabiliza un total de 20 personas fallecidas -entre ellas, dos niños. Se repitió la tragedia del 2005.

Martes 24 de agosto de 2021

En Mérida las torrenciales lluvias que comenzaron el lunes aproximadamente a las 5:00 p. m. causaron destrozos en diversos municipios del estado. Entre tanto, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) informó que para este martes se espera que continúen las lluvias en gran parte de Venezuela.

En Mérida al menos tres ríos se han desbordado y han causado estragos en zonas como Tovar, Santa Cruz de Mora y Ejido, donde el torrente de agua arrasó con el tendido eléctrico y ha dejado incomunicada a la población.

En la parroquia Estanques, de Tovar, se reportó el deceso de cuatro personas y a otras cuatro se les da como desaparecidas, y en Santa Cruz de Mora, dos menores de edad perecieron. También se señala que hay cuatro fallecidos en el municipio Sucre, población de Quirorá, e igualmente hay cuatro desaparecidos.

"A esta hora pudiéramos hablar de 11 fallecidos producto de este torrencial aguacero en la población de Tovar, que es la capital de la zona de lo que denominamos Mocotíes, y 2 niños que fallecieron en el municipio Pinto Salina de Santa Cruz de Mora", informó el gobernador en un medio local. Pero en la última actualización de este artículo ya se contabilizaban 20 las personas fallecidas y 17 desaparecidas, y números que, extraoficialmente, se cree que puede ascender.

Lluvias de varias horas cayeron en el Valle del Mocotíes, una región agrícola que llegó a atraer mucho turismo. Rocas gigantescas cayeron desde las montañas provocando rupturas en las vías y bloqueos.

Imágenes difundidas en redes sociales muestran por ejemplo una fuerte corriente de agua por una calle de Tovar, arrastrando vehículos. En otras aparecen autos enterrados o atrapados entre ramas en medio de un lodazal con peñascos, escombros y muebles.

De acuerdo al gobernador "también se encuentra interrumpido el fluido eléctrico, producto de que las aguas llegaron a los transformadores y esto ha ocasionado que se paralice el servicio eléctrico y el servicio de la telefonía".

En cuanto a las pérdidas estructurales se señala que en la zona sur del lago -conocida también como zona Panamericana-, se reportó la pérdida total de 15 viviendas por el desbordamiento del río.

De acuerdo con testimonios de los habitantes de Mérida, la semana pasada hubo una emergencia en Santa Cruz de Mora y empezaron a limpiar la zona, pero con el fuerte aguacero de ayer hubo mayores destrozos e incluso la iglesia se quedó sin techo, pero donde realmente se registra una tragedia de mayores proporciones es en Tovar. Ahí el deslave arrasó con casas, vehículos y todo lo que se encontraba el torrente de agua a su paso.

Muchos han recordado la tragedia del Valle del Rio Mocotíes en febrero del 2005. En ese entonces el saldo fue 34 personas fallecidas e identificadas, 7 personas fallecidas No identificadas, 63 personas desaparecidas (algunas de ellas aparecieron posteriormente), como puede leerse aquí.

Por ello no se puede atribuir tan fácilmente las consecuencias desastrosas para la población a los meros y exclusivos fenómenos de la naturaleza, cuando se sabe de antemano que por vaguadas o torrenciales lluvias se está expuesto a este tipo de tragedias.

Los gobiernos de turno naturalizan estos hechos trágicos, como si la naturaleza fuera la culpable de tanta miseria y precariedad, faltas de inversiones en infraestructura, de trabajos de ingeniería urbana, vial, acueductos, canales o diques de contención, ausencia de planes urbanos de construcción de viviendas, sistemas de alerta temprana como instrumento para monitorear los eventos físico-naturales, o el encauzamiento de los ríos sobre todo los de zonas urbanas o próximos.

Para que cada situación de fuertes torrenciales o desbordes de ríos no se transforme en una tragedia social es necesario que se hagan las obras de contención, hídricas, hidráulicas y de infraestructura, estudios necesarios frente al problema, dar respuesta a las miles de familias en situación de emergencia habitacional y desarrollar verdaderos planes de contingencia social. Para que esto suceda hay recursos que pueden salir de cobrar impuestos a las grandes fortunas y las grandes empresas, y aumentar los presupuestos para todo un plan de obras públicas, entre otras medidas.

La solidaridad en estos momentos resulta fundamental.

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