Entrevistamos a Mario Jiménez, sindicalista de la CGT en Decathlon, recientemente despedido por su labor sindical. Nos cuenta cuales son las condiciones en esta multinacional y como están organizándose para luchar en contra todos de los abusos a los que se ven sometidos.
Viernes 14 de octubre de 2022
¿Podrías contarnos cuales son las condiciones laborales en vuestra empresa y los principales problemas que sufre la plantilla?
Lo primero quiero aclarar que ellos alegan que las condiciones son maravillosas y que somos una gran familia. Pero lejos de esa imagen que pretenden dar hay muchas irregularidades. Empezando porque no tenemos un sistema de fichajes, o los excesos de jornada han empezado a pagarse hace bien poco porque les hemos denunciado. También se cometen claros casos de acoso laboral. O hemos visto como a directores que recibían quejas por presunto acoso sexual se les manda a otros centros de trabajo, en lugar de investigarles seriamente.
En general la situación raya lo insostenible. Sin embargo, como venimos de una situación en la que en una gran parte de centros de trabajo la precariedad es todavía mayor, para muchos trabajadores entrar a trabajar en Decathlon les mejora sus condiciones anteriores. En esto sustenta la empresa todos los despropósitos y atropellos que comete.
Para ejemplificar estos despropósitos sin ir más lejos durante el temporal de Filomena el año pasado intentamos desde la sección sindical que se mandara a la gente a casa. Para evitar esto el director se negó a ponerse al teléfono cuando les llamamos porque sabía lo que le íbamos a decir. Como consecuencia hubo gente que se quedó atrapada en el almacén. Para que veamos cómo nos trata la empresa.
¿Cuáles son los motivos que llevo a la empresa a tomar represalias contra ti y tus compañeros?
El problema surgió cuando decidimos montar la sección sindical de CGT en la empresa. Después de eso entramos en el comité y lo hicimos con mucha fuerza. A pesar de ser la primera vez que nos presentamos teníamos la misma fuerza que el sindicato amarillo. Eso les hizo mucho daño. Pero empezaron de verdad a perseguirnos cuando comenzamos a poner Inspecciones de trabajo y a denunciar irregularidades manifiestas. Así, por ejemplo, para ver nuestra labor sindical, hemos puesto en estos dos años 9 Inspecciones de trabajo. Anteriormente antes de que estuviéramos nosotros había habido 2 en más de cinco años.
Esto es algo que a la empresa no le agrada. Por eso Decathlon empezó una campaña de represión brutal hacia CGT, que acabó con un despido por robo hacia un compañero nuestro, Ovidiu. Esto finalmente acabo absolviendo un juez, pero el compañero sigue despedido. Y luego a mi acusándome de desobediencia, porque me negué a ir a una reunión disciplinaria que hace normalmente Decathlón, sin la presencia de un delegado sindical de mi confianza. Un derecho legítimo de cualquier trabajador. Sin duda se trata de una excusa para intentar liquidar nuestra sección sindical.
¿Qué acciones habéis llevado a cabo y como pretendéis continuar la lucha para pelear contra estos ataques de Decathlon?
Lo que estamos haciendo es convocar concentraciones y dar a conocer en los medios de comunicación para visibilizar nuestro conflicto y denunciar la falsedad de imagen de “gran familia” que quiere transmitir Dechathlon. También pedimos el boitcot a la empresa hasta que cese la represión.
Queremos que los trabajadores se den cuenta que estas multinacionales precarizan nuestras vidas y las mantienen estas condiciones través de la represión.