Con la industria paralizada, un metalúrgico de la zona sur reflexiona sobre cuánto podrían ayudar en medio de la crisis sanitaria, fabricando desde camillas hasta salas modulares. Se suma a lo planteado por los trabajadores de Gotan de Burzaco, que quieren producir mobiliario para hospitales.
Jueves 26 de marzo de 2020 21:55
Fotografía: Notife
Soy un trabajador metalúrgico con más de 15 años de experiencia. En esos años pasé por casi todos los puestos: fui ayudante, oficial cañista, dibujante, y hoy en día ocupo el puesto de proyectista mecánico.
En todos mis años participé de distintos proyectos. Siempre trabajando en equipo, donde gente con experiencia y conocimientos abundan. Cuando veo en las noticias la crisis sanitaria que desató el COVID-19 pienso en todo lo que podríamos hacer las y los metalúrgicos. Me acuerdo de esas personas con las que trabajé y me doy cuenta que podríamos llevar adelante muchas cosas, desde hacer una simple camilla hasta edificios modulares. Lo curioso es que muchos proyectos que realizamos para que las empresas hagan fortunas hoy se podrían aplicar para enfrentar esta crisis.
En el año 2008 participé y fui uno de los diseñadores de edificios modulares que se hicieron para establecer bases para excavaciones de petróleo. Hasta 500 m2 de edificio lo hacíamos en menos de dos meses, como se dice en el rubro "llave en mano". Todo este desarrollo se puede aplicar en este momento, si nos ponemos a trabajar para la salud popular y no para ganancias de las empresas.
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A primera vista una camilla es una cama “normal”, pero un poco más alta y con ruedas. Lo primero que se realiza son los respaldos. En algunos diseños se utilizan tubos redondos con costuras con un diámetro que va desde 1 ½” a 2”. Para hacer este componente se usa una dobladora de caño y el proyectista deberá tener en cuenta la elongación del perfil, si se puede hacer en caliente o en frío y si el aplastamiento no genera fisuras en la pieza. En esos respaldos se colocan refuerzos y soportes que no son más que caños cortados, en este caso se usa una sierra sinfín.
Todo este ejemplo lo puse para demostrar que no es nada del otro mundo para nosotros los metalúrgicos hacer una sala medianamente equipada para afrontar esta crisis. Las herramientas, nuestros conocimientos, los materiales y nuestra fuerza están, solo hace falta ponerlas en marcha. La UOM tiene que exigir reabrir las plantas para producir insumos para hospitales, y así también devolver el trabajo a las y los 70 mil metalúrgicos que fueron despedidos durante el macrismo. Este tipo de crisis deja en evidencia cómo los intereses de las patronales y los gobiernos limitan nuestras capacidades; producir para generar ganancias para unos pocos atenta contra satisfacer las necesidades más urgentes de los trabajadores y el pueblo. Es necesario reorientar la producción bajo gestión de sus trabajadores para satisfacer las necesidades de los más necesitados frente a la pandemia. Un ejemplo de esto es la empresa recuperada Madygraf de zona norte, que junto a estudiantes de la Unsam comenzaron a producir alcohol en gel. En el Parque Industrial de Burzaco los trabajadores de Gotan afirman que pueden hacer muebles para hospitales.
La propuesta es proteger nuestras vidas dando como ejemplo el potencial que poseemos. Acá podemos adelantar medidas para no llegar a situaciones críticas como muchos países de Europa que vieron sus sistemas sanitarios colapsados. Vemos que Alemania es el país con menor tasa de mortalidad gracias a poseer mayor cantidad de salas y camillas y respiradores. Si estas medidas son efectivas, pongamos nuestras fábricas a producir para abastecer a los hospitales.
¿Vos qué opinás? Si estás de acuerdo con estas propuestas dejanos tu comentario.
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