Ana es una de las miles de trabajadoras viñateras que en Mendoza cosechan el fruto de la tierra para una de las industrias más importantes de la provincia, la vitivinicultura. Mientras los grandes bodegueros se llenan los bolsillos y hasta especulan con la crisis, miles de trabajadores y trabajadoras, tanto de bodegas como en el campo, siguen trabajando en pésimas condiciones laborales y sanitarias, exponiendo su salud y la de sus familias por un salario que no alcanza para nada.
“Al obrero de viña lo tendríamos que describir como malabarista, porque hace malabares con el sueldo que cobra”, resume Ana en la entrevista. Ella vive en Rivadavia con su familia, donde todos trabajan en la viña: “Yo soy ama de casa, mi marido es viñatero, en época de cosecha también trabajo en la viña, en tiempo de brote, de los trabajos “al tanto digamos”. Tengo mi hija mayor también casada con un chico que trabaja la viña, desde que ha empezado a trabajar trabaja la viña, y mi otra hija también, el chico trabaja la viña, asique somos todos viñateros”.
Ana relata que toda su familia trabaja en viñas menos uno de sus hijos. “Trabajó un tiempo la viña y no le gustó y bueno lo defraudo los bajos salarios que tienen los trabajadores de viña, asique renunció y se dedicó a otra cosa y tuvo que emigrar a otra provincia por falta de trabajo acá en Mendoza”, resume Ana. Una realidad que viven miles de familias trabajadoras en toda la provincia.
"Han pasado miles de gobiernos y seguimos nosotros en las mismas condiciones. Y esta vez con la pandemia, peor cada día"
- ¿Qué relación laboral hay entre ustedes y el dueño de la finca?
La relación laboral que tenemos con los dueños de la empresa es sólo de empleado y patrón nada más, no hay ninguna otra relación porque ellos casi no se hacen presentes en la finca digamos, con el que más contacto tenemos es con el ingeniero que tienen y ellos no vienen a la finca, es muy poco el contacto, son muy pocas las veces que nosotros podemos hablar con ellos. Y las veces que vienen entran por el callejón, saludan con la mano y nada más, no se paran a dialogar con el obrero. La relación que tenemos es casi ninguna, no tenemos relación directamente con los patrones. - ¿Cómo podrías describir el trabajo de la viña en la actualidad?
El trabajo de la viña es un trabajo sacrificado, muy sacrificado y muy mal pagado, y muy mal reconocido. Nosotros en Mendoza nos representa la vitivinicultura, y que tenemos la fiesta de la vendimia, que tendrían que estar representándolo al obrero de viña. Y así y todo somos los más mal mirados y los más mal pagados de la provincia. - ¿Qué rol cumple el municipio y el gobierno provincial en el sector?
El rol que cumple el municipio y el gobierno provincial en el trabajo de viña es ninguno, no cumple ninguna función digamos, no se acercan al obrero de la viña, no hay contacto, no saben, o si saben y se hacen los desentendidos, por no decir otra palabra. Ninguno de los dos gobiernos, ni el municipal, ni el provincial, y menos el nacional. El obrero de viña es un obrero olvidado. - ¿Crees que hay diferencias entre las grandes bodegas y las pequeñas?
La diferencia de una bodega boutique a una bodega chica de esas de propietarios chicos digamos, es mucha, y muy grande. Porque la bodega boutique atrae mucho al turismo, atrae a gente de todo el mundo y recauda millones, en cambio la bodega chica, la bodeguita que tiene un propietario chico no recauda tanta plata. Y las bodegas boutique son de grandes empresarios y la mayoría son participes de los gobiernos que van pasando en Argentina. "Yo creo que el obrero de viña lo tendríamos que describir como malabarista, porque hace malabares con el sueldo que cobra, con los mínimos sueldos que le están pagando"
- ¿Cómo subsisten los pequeños viñateros?
Los pequeños viñateros, tanto los obreros de viña como el contratista subsisten a gatas, como se podría explicar… Yo creo que el obrero de viña lo tendríamos que describir como malabarista, porque hace malabares con el sueldo que cobra, con los mínimos sueldos que le están pagando. Asique yo creo que describiría al obrero de viña como un malabarista y como un mago porque hace magia para poder estirar el mango para que le alcance para sobrevivir. La verdad que yo creo que no hay palabras para describirlo. Sobrevive, podríamos decir, que el obrero de viña trabaja en la viña, trata de hacer changas en diferentes lugares, trata de rebuscárselas como puede para alimentar su familia, para poder comprar los alimentos de cada día, no llegamos ni siquiera a la mitad de una canasta básica. Asique te imaginas que el obrero de viña está sobreviviendo, estamos en pésimas condiciones los obreros. - Sabemos que a pesar de la pandemia los trabajadores de bodegas y de viña siguieron trabajando, ya que el vino fue considerado como un alimento esencial. ¿En qué condiciones trabajan?
Y… nosotros, los obreros de viña, hemos descubierto en esta pandemia que el vino es un alimento esencial, cosa que antes no sabíamos. Para poder levantar sus grandes cosechas y sus grandes bodegas los empresarios nos hicieron saber que el vino es un alimento esencial. Nosotros seguimos trabajando durante toda la pandemia en malísimas condiciones, en condiciones deplorables, sin ningún tipo de protección. No tuvimos ningún elemento de higiene, de protección por parte de las empresas, nada, ni un barbijo, ni un alcohol en gel, ni un par de guantes de látex, nada, no tuvimos nada. Esa fue la protección que tuvimos durante la cosecha y seguimos en las mismas condiciones, ahora estamos en el tiempo de la poda. El que tiene un barbijo es porque se lo compró por sus propios medios. Y el que tiene un par de guantes es porque se lo pudo comprar o alguien se los dio, no tenemos ninguna protección de nada, estamos desamparados. Yo veo al trabajador de viña en pésimas condiciones, y veo que va en decadencia. Vamos decayendo cada día más. Porque por ejemplo antes se pagaba el sueldo una vez por mes, ahora te pagan el sueldo en dos partes, no te pagan los aumentos, no sabemos todavía si vamos a cobrar aguinaldo. Vamos decayendo día a día, cada día es un paso para atrás del obrero de viña. Asique estamos cada vez peor, sea el gobierno que sea, han pasado miles de gobiernos y seguimos nosotros en las mismas condiciones. Y esta vez, con la pandemia peor cada día.
"El que tiene un barbijo es porque se lo compró por sus propios medios"
- ¿Cómo crees que se podría mejorar o cambiar la situación por la que están pasando los trabajadores de viña y sus familias?
La situación del viñatero no va a mejorar de parte del gobierno, ya no tenemos ninguna esperanza, ningún gobierno que sea. Yo creo que para solucionar nuestro estado, tendría que suceder un milagro, no sé, no creo que los gobiernos piensen en los obreros de viña y tampoco el sindicato, que jamás ha hecho nada por nosotros. Yo desde los años que tengo trabajando en la viña no recuerdo que los viñateros hayan paralizado la provincia. Por eso participe del encuentro de trabajadores que organizó el FIT, para que los demás trabajadores sepan lo que estamos viviendo los viñateros, que se entere toda la gente de lo que estamos pasando. Y la expectativa es poder llegar a los oídos de los gobernantes.
Que alguien represente a los de la viña con su voz, creo que es algo bueno, es un aporte, un granito de arena para hacer ver que los trabajadores de viña tenemos voz y voto. Por eso participe y en realidad me gusta, me llama mucho la atención poder colaborar y tratar de ayudar desde mi lugar de ama de casa, de esposa de viñatero y de trabajadora de la viña también, que se escuche una voz de nosotros en distintos lugares, por eso trato de participar en lo que pueda.
- ¿Hay algo más que quieras agregar?
Y algo más que yo quisiera agregar… seria hablarle al gobierno o al que vea esta nota, que se ponga la mano en el corazón y piense en el viñatero, en la gente que está trabajando la viña con las bajas temperaturas del invierno y con las altas temperaturas del verano, y en sus familias, porque no sólo es el que sale a trabajar, sino que la sufren todos, sufre su esposa, sus hijos, toda su familia. No se pueden dar el lujo de darle un par de zapatillas o una ropa que elijan, porque tienen que comprar lo que les alcance, no lo que quisieran. Y que se acuerden de que el que les está llenando las bodegas y les está llenando los bolsillos es el viñatero. Ese que se levanta temprano en las mañanas y que con la helada tiene los pies escarchados y está todos los días ahí al frente del cañón. Que piensen en ese y en su familia. Y la verdad que es lamentable tener que decir que somos los peor pagados, cuando en Mendoza somos los que estamos llenando esas bodegas grandes, esas grandes empresas. Y verlos disfrutar de cosas que nosotros ni soñándolas, las imaginamos.