La violencia patriarcal, los feminicidios y la precarización laboral son fenómenos a los que estamos expuestas quienes trabajamos en colonias de alto riesgo y sin reconocimiento laboral.
Miércoles 16 de noviembre de 2022
En los programas sociales, que implantó el gobierno de Morena en la CDMX bajo el mando de Claudia Sheinbaum, trabajamos como “becarias” sin ningún derecho, pero con todas las obligaciones propias de una relación laboral. En ese esquema, somos muchas las mujeres que recibimos una ’beca’ que no alcanza, ante la alta inflación que encareció los productos de la canasta básica. En caso de enfermarnos, no podemos acceder fácilmente al servicio hospitalario, ni contar con “incapacidades” para poder ausentarnos con la seguridad de que aún tendremos trabajo para mantener a nuestras familias.
A su vez, nos arriesgamos todos los días a laborar en colonias empobrecidas que tienen altos índices de violencia, robos y desapariciones de niñas y mujeres. Situación que no es fácil puesto que en muchas no hay transporte las 24hrs, ni tampoco alumbrado público, así que es absurdo que nos hagan laborar hasta las 20hrs cuando ni siquiera tenemos población que asiste a los PILARES en esos horarios por la misma exposición que representa.
Y hemos escuchado testimonios que nos han planteado usuarias y madres de familia sobre las desapariciones de vecinas, familiares, amigas o conocidas, que se han producido a lo largo del año con total impunidad.
El gobierno sabe perfectamente que México es el país de los feminicidios y que la Ciudad de México tiene cifras alarmantes de desapariciones en todas sus alcaldías, entonces ¿Cómo es posible que las mujeres que gobiernan y son funcionarias omitan estos hechos a la hora de imponer las terribles condiciones de trabajo que imperan en los programas sociales? ¿Qué pasará cuando alguna trabajadora no regrese porque se encontraba brigadeando en territorio?
Un ejemplo de esta situación fue la desaparición -afortunadamente temporal- de Mariana Grande, integrante del programa “Los Jóvenes Unen al Barrio”, perteneciente al Instituto de la Juventud (INJUVE), había desaparecido después de cubrir un evento en la alcaldía Iztapalapa. Evento con claros fines proselitistas al que asistieron Claudia Sheinbaum y Martí Batres, para el cual se obligó a las y los trabajadores a retirarse hasta las 10pm de una de las colonias más peligrosas de la CDMX.
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Así que cuando hablamos de violencia de género debemos pensarla desde una perspectiva de clase, puesto que aunque todas las mujeres podemos enfrentar la violencia por nuestra condición de género, no la vivimos de la misma forma. Claramente las más expuestas somos las trabajadoras y pobres.
La precarización es una violencia invisible
Cuando pensamos en las condiciones laborales que hay en el país, inmediatamente nos viene a la mente la creciente precarización que se expresa en los bajos salarios, horarios sin límite y los constantes abusos que sufrimos de parte de nuestros patrones. Todos estos elementos se potencian cuando los vive una mujer.
En nuestros trabajos también enfrentamos el hostigamiento laboral por parte de nuestros jefes, como Magali Cadena, Directora General de Vinculación Cultural Comunitaria en la Secretaría de Cultura de la CDMX, quien no solo estrenó su puesto despidiendo al 90% de la plantilla de los trabajadores de los programas sociales, sino que también amenazó y violentó a las y los que protestamos por sus abusos, que han quedado registrados no solo durante las mismas protestas sino a lo largo de toda su gestión.
Las y los integrantes de los programas de cultura comunitaria hemos tenido que soportar sus burlas, violencias y represión, hasta el grado de dejarnos sin trabajo por protestar ante sus arbitrariedades. Lo que ha provocado que muchas compañeras opten por dejar los programas, pues además de la enorme carga laboral tienen que lidiar con estos abusos. Y las que permanecen porque no tienen otro medio para sustentarse, continúan expuestas a estas violencias y humillaciones. Mientras que dicha funcionaria se presume como una mujer preocupada por la difusión de la cultura y orgullosa integrante de la 4T.
¡A organizarnos por plenos derechos!
Los políticos del régimen, que incluyen a los del gobierno de la 4T, suelen expresar públicamente su supuesta “preocupación” por combatir la violencia de género, pero al mismo tiempo generan políticas que perpetúan las condiciones de vulnerabilidad en las que dejan a las mujeres. No se puede pensar en condiciones dignas si no se garantiza cuando menos un trabajo estable y con plenos derechos laborales con el que se puedan cubrir las necesidades básicas.
La solución no vendrá de los mismos que se benefician de nuestra explotada fuerza laboral. Por ello tenemos que ser nosotras, quienes, junto con nuestros compañeros, le hagamos frente a la precarización, la violencia feminicida y pelemos por conquistar plenos derechos laborales.
Este 25 de noviembre se conmemora el día internacional de lucha contra la violencia a las mujeres. Salgamos a las calles para defender nuestro derecho a vivir sin miedo de que podamos no volver a casa, para combatir la precarización y para tener mejores condiciones de vida. Pero nuestra organización no puede solo limitarse a estas fechas, sino que debe ser de manera permanente pues todo el tiempo nos vemos expuestas a estas situaciones.
Te invitamos a la asamblea de programas sociales que se realizará el 2 de diciembre, para poder discutir un plan de acción ante la incertidumbre de cómo continuarán los programas el siguiente año.
Hacemos un llamado a unirnos y movilizarnos conjuntamente este 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en defensa de nuestra vida y las de nuestras compañeras trabajadoras, pero también por nuestras usuarias que son estudiantes y madres de familia.
Contáctanos: 5574525325
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