Paola y Yamile son trabajadoras de la limpieza en Córdoba. Ante la situación en curso, ambas decidieron convertirse en corresponsales de La Izquierda Diario para reflejar su situación y la de los barrios de la ciudad, allí donde los grandes medios no llegan. Así, hicieron llegar a LID su primera crónica para mostrar cómo se vive durante la cuarentena.
Viernes 3 de abril de 2020 13:32
Desde que se decretó la cuarentena en Argentina, las y los trabajadores venimos soportando cambios bruscos y repentinos en nuestras vidas, en parte por la situación de pandemia en el mundo, pero sobre todo debido a la desidia de los Estados capitalistas que hasta en las peores situaciones solo se ocupan de garantizar la ganancia de los ricos. Por eso, como trabajadoras de limpieza, decidimos tomar en nuestras manos el reflejar la realidad de nuestros barrios.
Para ello recolectamos testimonios de trabajadoras y trabajadores, que queremos hacerles llegar, pero porque también, estamos convencidas de que esta puede ser una herramienta que nos ayude a organizarnos. Hoy vamos a empezar por Yapeyú, el barrio de Yamile y por barrio SEP del que también nos compartieron un testimonio.
Nadie refleja lo que realmente pasa entre quienes nos vemos obligados a trabajar. Así, Agustín, un joven trabajador gastronómico del barrio nos cuenta: “La medida de cuarentena que se tomó fue acorde a lo que está sucediendo, pero queda en cada persona si se queda o no en casa, ya que hay familias que pueden seguir trabajando desde allí con la compu, pero muchas otras no. Viven el día a día y tienen que exponerse para poder llevar el plato de comida a la casa”.
Juli, también del barrio, trabajadora independiente de manicuría y depilación nos expresaba: “A mí esta cuarentena me afectó mal, ya que yo trabajo por mi cuenta”.
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Lo primero que surge en estas situaciones es la solidaridad entre nosotros, las y los de abajo, por eso, queremos mencionar también a “Mi Kerido barrio Yapeyú", nombre de la página de Facebook que armaron entre las y los vecinos para poder ayudarse en medio de la cuarentena. Allí se encuentran desde publicaciones de los comerciantes del barrio que implementaron el delivery para poder sostener sus ventas y a la vez ayudar a abastecer a las familias y abuelas que no pueden salir de sus casas. También se van publicando diferentes donaciones que hacen los vecinos en esta particular situación.
Como trabajadoras de limpieza formamos parte de los servicios de excepción y seguimos saliendo “normalmente” a ser explotadas, a “trabajar”. Algo que notamos, por ejemplo, es la gran ausencia en las esquinas de los semáforos de los y las chicas que limpian los vidrios, del naranjita que cuida los autos, de las y los profes frente a la escuela, de los chicos del puesto de chori, de Marcelo (cartonero) viniendo a buscar las cajas a la esquina, etc. Todos los días nos preguntamos cómo estará haciendo Marcelo y su compañera para llevar un plato de comida a sus hijas.
Por eso, también quisimos preguntar en el barrio que opinaban sobre las medidas lanzadas por el gobierno de Alberto Fernández para ayudar a los sectores más vulnerables.
Acá ya se nos empezaron a sumar de otros barrios. Micaela que es de barrio SEP y trabajadora de una panadería, madre soltera, nos decía: “No son suficientes. Trabajo en una zona donde se ve mucho la pobreza y no alcanza para el que vive día a día, trabajando de changas o vendiendo en la peatonal”.
Agustín, por su parte, comentó: “Si estoy de acuerdo, pero al mismo tiempo no. Porque la plata que se ha dado no es suficiente para aquellas familias numerosas y tampoco es accesible para todas las personas. Hay muchas familias que van al local donde trabajo a buscar comida para abastecerse”. Es claro que necesitamos medidas que realmente cubran las necesidades de estos sectores que son los más golpeados.
El viernes 27 nos enteramos de que 1400 trabajadores de Techint eran despedidos. Acá el que suma su opinión es el papá de Yamile, ya que veían juntos la noticia. Él recordaba que todo Vaca Muerta dependía de Techint y decía: “En medio de esta pandemia es para que vos y toda tu familia se mueran de hambre”.
Los últimos anuncios del Gobierno nacional fueron la prohibición de despidos y créditos y subsidios a las empresas. Pero, ¿sabemos si van a reincorporar a estos 1400? ¿Y los tantos otros despidos que vienen sucediendo? A los trabajadores y trabajadoras en negro los siguen dejando por fuera, como si no existieran. Un bono de 10 mil pesos ni siquiera es suficiente para cubrir la canasta básica familiar es una miseria. Por eso es necesario exigir un salario de cuarentena de $30mil para todas y todos los que dejaron de percibir sus ingresos.
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No podemos permitir que esto sea a costa de nuestras vidas. Siempre pagamos los mismos, los pobres. Ellos nos lanzan sin escrúpulos y con todo su poder de clase dominante a las fuerzas armadas represivas. Las mandan a inundar nuestros barrios para contener nuestra bronca. Para controlarnos cuando vamos al trabajo, o cuando volvemos de éste en altas horas de la noche, como nos cuenta Agustín que tiene que soportar su hostigamiento por su sola condición de joven precarizado. Basta ver cómo las redes sociales se llenaron de videos dando muestras del hostigamiento policial en los diferentes puntos del país, en su mayoría a la juventud.
Quienes vivimos en los diferentes barrios de Córdoba, pensamos que es necesario que la plata vaya para salud y no para las fuerzas represivas. Las y los vecinos nos dicen que el dispensario solo atiende por guardia y síntomas de coronavirus. Que en su mayoría están totalmente desfinanciados. Que los médicos y médicas hacen lo que pueden junto a las enfermeras y enfermeros. No queremos sean “héroes explotados y precarizados”, queremos los aplausos de las 21 h para exigir la nacionalización del sistema de salud bajo gestión obrera, nosotras conocemos bien cómo funciona la salud privada y lo que significa para la salud pública.
El Gobierno nacional, con la complicidad de todos los gobernadores, acaba de pagar en intereses de deuda al FMI, 248 millones de dólares. Mientras en los hospitales hay falta de insumos básicos para combatir esta pandemia. Difícil es pensar que de esta forma tengamos los testeos necesarios para reducir el riesgo de contagio comunitario, sobretodo en quienes seguimos saliendo a trabajar por pertenecer a los “servicios de excepción”.
Nosotras decidimos no sólo entrevistar, si no también, salir a contarles a los vecinos que desde el Frente de Izquierda y los Trabajadores proponemos que para contraponer a esta dura realidad a la que nos expone el capitalismo, formemos Comités de Higiene y Seguridad, en cada lugar de trabajo, en cada barrio, como forma de organización. Ante esta propuesta, Agustín nos dijo: “Si tengo acuerdo, pero considero que puede ser difícil ponernos de acuerdo y que para lograrlo debemos poner un poco de cada uno para poder solucionar este problema y enfrentar de otra manera esta pandemia”.
Micaela nos dijo: “Estoy de acuerdo. Sería una buena propuesta para el barrio. Aunque ponernos de acuerdo sería difícil”. Y por último, Juli manifestó “Estoy de acuerdo y lo veo como una buena iniciativa”.
¡Las fuerzas están, ahora hay que organizarlo!
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