Los partidos del Congreso aprueban una ley que según ellos protege a las trabajadoras del hogar, pero que deja de lado por completo los problemas de fondo.
Lunes 11 de julio de 2022
El 6 de julio, la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad un dictamen a la minuta con proyecto de decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley del Seguro Social, en materia de personas trabajadoras del hogar.
Este proyecto amplía el acceso de este sector al régimen integral de la seguridad social, cubiertas con el seguro de enfermedades y maternidad, el de riesgo de trabajo, invalidez y vida, seguro de retiro, cesantía y vejez, y el de guarderías y prestaciones sociales bajo un esquema simplificado.
En este sentido, representantes de todos los partidos en la Comisión celebró con bombo y platillo dicha medida, evidenciando que tenían conocimiento sobre la situación de las trabajadoras del hogar y que hasta ahora habían ignorado, como el PRI, PAN, así como el PT y el Morena. Así, representantes de asociaciones y organizaciones civiles plantean la necesidad de la incorporación de las trabajadoras del hogar de este seguro obligatorio y de una campaña informativa.
Trabajo del hogar: regulación especial
Dentro de la Ley Federal del Trabajo, el trabajo del hogar se considera especial, esto debido a las labores específicas que se desarrollan y que requieren reglas particulares, así como las condiciones de vulnerabilidad de este sector. No obstante, los trabajos especiales poco a poco han ido diferenciándose del resto por la falta de garantía de derechos laborales, pues las y los trabajadores tienen los derechos específicos, como es el caso del Capítulo relativo al trabajo del hogar, sin reforzar lo que cada trabajador tiene conforme al artículo 123 constitucional apartado A, así como los enunciados en los primeros capítulos de la LFT.
Por lo que se van creando disposiciones específicas que se toman por conquistas, cuando debían garantizarse como derechos, es el caso del artículo 334 Bis que establece como obligatorio el seguro social para trabajadoras del hogar.
No obstante, las propuestas de reforma intentan separar la regulación de estos derechos para diferenciar entre grados de garantía de derechos humanos, es decir, introducir la precarización laboral. Pero la verdad es que las personas trabajadoras del hogar deberían contar con todos los derechos, en igualdad de condiciones del resto de las y los trabajadores, como vivienda, aguinaldo, vacaciones, entre otros.
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El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reportó que menos del dos por ciento de las trabajadoras cuentan con prestaciones dignas, pero hasta el 2019 se estableció un programa piloto para las trabajadoras del hogar que impulsó el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pero no ha sido suficiente para poder incorporar a la mayoría de las trabajadoras, pues apenas en marzo del presente año se incorporaron 43 mil 823 personas con un salario promedio diario de $230.5. El 66% son mujeres y el 56% tiene entre 51 y 70 años. Y los afiliados fueron 33 mil 288 hijos(as), 12 mil 369 cónyuges, concubina o concubinario y 7 mil 788 madre o padre. Los beneficiarios potenciales son más de 115 mil.
No obstante, se requiere una discusión más amplia y democrática de cómo debe ser esta incorporación y de los derechos que hacen faltan garantizar, ya que es una medida superficial que no resuelve de fondo la situación de vida de las trabajadoras. Lo que falta no es seguir haciendo leyes específicas para cada sector, pues resulta en perpetuar las divisiones entre la clase obrera. Por lo que debemos luchar es por desaparecer esas diferenciaciones que se hacen entre trabajadores, empezando por la que existe en el apartado A y el apartado B de artículo 123 constitucional.
El derecho de acceso a la seguridad social y en particular a la salud se ha venido atacando desde el presupuesto hasta la infraestructura, así como las condiciones de las y los trabajadores de la salud, por lo que, sin un aumento sustancial al presupuesto, queda en entredicho si se logrará de manera efectiva la cobertura de seguridad social que requieren las personas trabajadoras del hogar.
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