A través de una conferencia de prensa en la cual denunciaron la política de ajuste sobre Ciencia y Técnica, y apoyaron a los trabajadores del Hospital Posadas y otros sectores en lucha.
Martes 30 de enero de 2018 21:23

Esta mañana, en la sede del CENPAT CONICET de la ciudad de Puerto Madryn, los trabajadores de la ciencia del CCT CONICET-CENPAT dieron una conferencia de prensa denunciando los despidos y el proceso de vaciamiento en el INTI, así como también la política de ajuste del gobierno nacional sobre el sistema de ciencia y técnica.
“Entendemos que estos ajustes están asociados a un modelo de país donde los desarrollos científicos y tecnológicos soberanos no son importantes, puesto que pueden ser perfectamente importados”, señalan en la declaración que hicieron llegar a este diario. “Para un proyecto así, un sistema científico y tecnológico consolidado es un ornamento muy costoso de mantener. Apelamos a la ciudadanía para que se exprese en defensa de lo que entendemos son sus derechos. Porque nuestro trabajo son sus derechos. En el INTI no sobra nadie. Y en el sistema científico y tecnológico nacional, tampoco”, continua.
La conferencia incluyó también la solidaridad con otros sectores de trabajadores en lucha, como los del Hospital Posadas, que se movilizaban en el mismo horario al ministerio de Salud contra los 122 despidos ordenados por el gobierno nacional: “al igual que el INTI, el INTA, el CONICET, y las Universidades Públicas, también se están cercenando las capacidades del SCT cuando se despiden trabajadores/as de FANAZUL (Fabricaciones Militares), del Hospital Posadas, o del SENASA, tan sólo por enumerar algunos.”
A continuación, reproducimos el texto completo de la declaración.
En el INTI no sobra nadie
En el día de la fecha, los/as trabajadores/as autoconvocados/as del CCT CONICET–CENPAT brindamos una conferencia de prensa para manifestar nuestra absoluta solidaridad y compromiso con la lucha de los/as 250 trabajadores/as despedidos/as del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), pese a que todavía el Gobierno Nacional se niega a dar a conocer sus nombres, habiéndose cursado los telegramas correspondientes el viernes último. Por esto, repudiamos enfáticamente esta nueva medida de ajuste y achicamiento del Estado, en general, y del sistema científico-tecnológico (SCT), en particular; así como el accionar perverso y psicotizante de las autoridades, que juegan con la estabilidad laboral de los/as trabajadores/as, buscando generar zozobra y adoctrinamiento.
De los 250 despidos en el INTI, se sabe que 38 de ellos se corresponden a agentes que efectúan sus trabajos en alguna de las sedes que el Instituto, de más de 60 años de trayectoria, tiene por fuera de la Provincia de Buenos Aires. Es por esto que nuestra preocupación es también expresada en el plano de lo local, donde los/as doce compañeros/as del INTI Trelew y el representante del Instituto en el CCT CONICET-CENPAT pueden ser parte de esa nómina lastimosa y lesiva para el SCT todo.
Pero lo que hay que denunciar también, además de los despidos, es el plan sistemático diseñado para vaciar (¿y privatizar?) el INTI, quitándole su rol transformador para las PyMEs a nivel nacional; aquellas que no podrían, bajo ningún concepto, hacer frente a los costos que cobran las consultoras o empresas privadas para realizar los trabajos que, muchas veces de forma gratuita, les brinda el Instituto. Nadie podrá sacarnos de la cabeza que detrás de esta andanada de despidos el Gobierno Nacional está diseñando la una nueva batería de negocios para sus familiares y amigos, siendo los servicios que brinda el INTI muy fácilmente privatizables (al respecto, ver comentarios del ex-Director del INTI, Ing. Enrique Martínez), ya que el lema de este gobierno parece ser "donde hay una necesidad, nace un negocio".
Para cerrar, compartimos un comunicado realizado por los/as trabajadores/as del INTI, donde detallan las funciones del organismo con mayor impacto y penetración en la sociedad argentina: “A través de capacitaciones, asistencias técnicas, ensayos y desarrollos, acompañamos el crecimiento de las pymes en todo el país; miles y miles de emprendedores desarrollan aquí sus planes de negocio y sus productos; cuando cargás nafta, los surtidores están verificados por el INTI para que entreguen la cantidad de litros que pagás; cuando pesás tus compras en el supermercado, las balanzas están verificadas por el INTI para que efectivamente te entreguen lo que indican”. Además, nos recuerdan que “los juguetes plásticos de tus hijos son controlados por el INTI para que no contengan sustancias tóxicas; las pilas que usas son controladas para que cumplan con las normas de seguridad; muchos de los productos para celíacos que están en las góndolas fueron desarrollados en las plantas piloto del INTI; los radares que controlan velocidad están verificados por el INTI para que no te multen por velocidades debajo de la máxima; los alcoholímetros usados en los controles de alcoholemia son calibrados por el INTI tanto para proteger tu vida como evitar que seas multado por un error de medición; los municipios que buscan resolver el problema de los residuos son asistidos por el INTI y los vehículos fabricados nacionalmente, tienen piezas que pudieron ensamblarse porque se construyeron con máquinas calibradas por el INTI”.
Desde el colectivo de los/as trabajadores/as autoconvocados/as del CCT CENPAT-CONICET entendemos que lo que está viviendo el INTI es una expresión más del ataque sistemático al sector científico y tecnológico que está viviendo la Argentina desde el 2015 en adelante. Un sistema que históricamente ha generado grandes avances en materia de investigación básica, y que nos ha dado tres premios Nobel en el área de Medicina; y enormes progresos en materia de desarrollo tecnológico y social (cabe mencionar, solo al pasar, los nano-satélites desarrollados en parte por el INTI, los satélites como el ARSAT I y II, los reactores CAREM, o el recientemente anunciado reactor para radioisótopos que Holanda le estará comprando al INVAP, entre tantos otros). Pero al igual que el INTI, el INTA, el CONICET, y las Universidades Públicas, también se están cercenando las capacidades del SCT cuando se despiden trabajadores/as de FANAZUL (Fabricaciones Militares), del Hospital Posadas, o del SENASA, tan solo por enumerar algunos.
Una suerte similar corren aquellos/as que recibieron una doble recomendación para su ingreso a la Carrera del Investigador Científico del CONICET en el concurso 2016, y cuya inserción al sistema Universitario había sido garantizado por el MINCyT durante la toma de diciembre de ese año. A la fecha varios cientos de doctores no han firmado aún sus contratos con las Universidades, y no se sabe a ciencia cierta cuándo y desde cuándo percibirán sus haberes. En el caso del CENPAT, un total de ocho investigadores/as, algunos/as de ellos/as sostenes de familia, se encuentran en esta situación de desamparo, a la sombra del cinismo del Ministro Barañao, contando los días hasta el primer sueldo.
Entendemos que estos ajustes están asociados a un modelo de país donde los desarrollos científicos y tecnológicos soberanos no son importantes, puesto que pueden ser perfectamente importados. Para un proyecto así, un sistema científico y tecnológico consolidado es un ornamento muy costoso de mantener. Apelamos a la ciudadanía para que se exprese en defensa de lo que entendemos son sus derechos. Porque nuestro trabajo son sus derechos. En el INTI no sobra nadie. Y en el sistema científico y tecnológico nacional, tampoco.

Redacción
Redacción central La Izquierda Diario