El viernes pasado en un conocido programa de la televisión cordobesa, un trabajador del transporte interurbano denunció que la empresa incumple el pago total de salarios. Esto disparó una serie de denuncias sobre la situación que viven en la empresa sus trabajadores y trabajadoras.
Martes 19 de mayo de 2020 19:25
César es chofer de la empresa de transporte interurbano Córdoba-Coata. Hoy vende barbijos que confecciona su esposa en una esquina de amplia circulación vehicular de la capital cordobesa. "Se me ocurrió a mediados de marzo, porque la situación no se aguantaba. A nosotros nos deben nuestros haberes, parte de marzo y parte de abril. Mi situación es crítica, como la de muchos compañeros", relata este trabajador, y agrega “Otros compañeros venden sándwiches de miga, pastelitos, para poder ganar la plata del día y darle de comer a sus hijos".
El transporte interurbano en la ciudad lleva más de 30 días de paro y todavía las y los empleados no reciben respuestas a sus demandas. “Nosotros estamos olvidados”, decía con mucha bronca el chofer, “Estamos olvidados por el Gobierno provincial, nacional, por la empresa. Cada vez que se van a una nueva reunión, es un día más que no tenemos para comer”.
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El relato de César llena de bronca, “Lo que yo hago me alcanza solamente para la olla. Nuestra situación es crítica, en mi casa a mis hijos les doy las cuatro comidas, pero yo y mi señora comemos una vez al día".
Luego de conocerse esta denuncia llegaron muchos mensajes a la La Izquierda Diario de otros trabajadores de diferentes sectores de la misma empresa. Cuentan que algunos venden pan casero, otros venden leña o hacen diversas changas para llevar el sustento a sus familias.
Cuentan que desde enero de 2019 la empresa comenzó a depositar los salarios en tramos durante la mayor parte del año. En la actualidad, les depositan 10 mil pesos por vez. Una suma igual a lo que el Gobierno nacional otorgó con el IFE. Una suma que no alcanza para nada. Esto mismo es lo que describe un trabajador que envió su denuncia: “No me alcanza para el alquiler, las expensas y comer, tengo que pensar qué hacer con esa plata que me deposita la empresa”.
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Pero esta situación no es nueva. La empresa presentó el preventivo de crisis en el mes de enero pasado con un plazo de seis meses, donde se realizan aporte solo sobre el 20% de los haberes. A raíz de esto, la patronal decidió avanzar con una reforma laboral de hecho con total complicidad del sindicato: persuadieron a las y los trabajadores con una futura compensación monetaria por fuera del recibo de sueldo a cambio de dejar de percibir los aportes jubilatorios. Lo peor de todo es que los trabajadores todavía no vieron un peso de ese acuerdo.
A su vez, la empresa prometió que durante el preventivo de crisis se mantendrían los aportes a las obras sociales. Sin embargo, hay trabajadores que no pueden hacer uso de ella debido al incumplimiento del pago por parte de la empresa desde el mes de enero (previo a la pandemia), aunque se sigue retenido esos importes en los recibos de sueldo. Esto lleva a que los trabajadores vean, por ejemplo, imposibilitada la compra de medicamentos por lo costosos que son.
En todo lo que va de la cuarentena, la única propuesta del sindicato para visibilizar la lucha y promover la unidad de las filas, como mínimo, fue la de realizar una olla popular el día 11 de mayo para reclamar por salarios adeudados. Sin embargo, haciendo honores a la burocracia de la CGT, decidieron levantar la medida por advertencia de la policía provincial.
Desde el PTS en el Frente de Izquierda Unidad, nos solidarizamos con la lucha de estos trabajadores porque son un ejemplo contra las empresas que despiden y rebajan salarios. Las mismas empresas que reciben el 100% del subsidio estatal y después le paga el 20% del salario a sus trabajadores.
Esta crisis sanitaria y económica deja en evidencia que la clase trabajadora no puede seguir esperando. Basta de beneficiar a empresarios que despiden y recortan salarios con subsidios millonarios, como sucede con Techint, Clarín o Ledesma que han tenido todos estos años ganancias multimillonarias en dólares. Basta de que sean las y los trabajadores quienes paguen los costos de esta crisis. Aplicación efectiva ya del decreto de prohibición de despidos, el cual tiene que ser garantizado por el sindicato. Las empresas de transporte amasan fortunas y se ahorran costos por los subsidios que reciben; por lo tanto, tienen los recursos necesarios para garantizar el pago total de los salarios.
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