Trabajadores nucleados en ATE Rosario reclamaron la falta de insumos y equipos de protección, además no cobraron el bono de 5 mil pesos por ser servicio esencial.
Jueves 25 de junio de 2020 15:26
Las y los trabajadores concentraron en las oficinas de Pami en San Lorenzo al 900 para denunciar que están en la primera línea para dar batalla al coronavirus sin elementos de bioseguridad acordes a las circunstancias y que tienen que hacer malabares para poder brindar atención médica y social a uno de los sectores más vulnerables como las y los ancianos.
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Lorena Almirón, de ATE Rosario declaró en los medios que no llegan los EPP (equipos de protección personal) y que en los policlínicos están trabajando sin alcohol líquido, lavandina, toallas de papel y que llegan a secarse las manos con las batas, todos elementos esenciales para la protección de las y los trabajadores de la salud. Otra exigencia es por el bono de 5 mil pesos que no recibieron por ser servicio esencial, por la reapertura de paritarias y el pase a planta permanente del personal contratado. En Pami la mayor parte del personal médico que se hace cargo de las salas de internación y guardias son prestadores monotributistas que, en caso de enfermarse, deberían trabajar igual o quedarían sin percibir su salario por no contar con licencias pagas.
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Ya son 100 días de cuarentena y la falta de recursos económicos no puede ser una excusa para poner en riesgo miles de vida en la provincia en que millonarios como el propietario de Vicentin pueden enriquecerse impunemente a costa del estado. La gravedad de la situación hace que el “respeto” por las fortunas de sojeros y empresarios sea de un cinismo brutal. La negativa de los gobiernos nacional y del gobierno de Omar Perotti a gravar con impuestos extraordinarios a las grandes fortunas para financiar la inversión en salud es sólo entendible si se prioriza la riqueza individual de unos pocos por sobre la supervivencia de miles.