Los trabajadores jaboneros de Unilever en Villa Gobernador Gálvez llevan adelante una retención de tareas desde el pasado miércoles 5 de abril en defensa de sus fuentes de trabajo y contra el abuso patronal. La empresa trata de avanzar en la productividad y pone en riesgo 27 puestos de trabajo el día antes del paro nacional de la CGT.
Miércoles 12 de abril de 2017 12:54
Con la excusa de la renovación tecnológica en pos de la sacrosanta “productividad”, Unilever retiró a 27 trabajadores de las líneas de producción, lo que además implica mayor desgaste y riesgos para los trabajadores no despedidos que producirán más, en menos tiempo y con menos personal. Por tal motivo fuentes gremiales informaron que del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social las negociaciones se trasladarían a la Coordinación de Salud y Seguridad en el Ministerio de Trabajo de Rosario.
La industria jabonera, a la cual se dedica la planta local de Unilever, está lejos de atravesar alguna crisis ya que fabrican productos de primera necesidad.
Unilever es una multinacional británico-neerlandesa radicada en 99 países y cuenta 400 marcas alrededor del mundo como Lipton, Knorr, Dove, Axe, Hellmann’s, Omo, Blue Band, Pureit y Suave.
Según medios periodísticos, Unilever “desembolsará 5.000 millones de euros (u$s5.300 millones) en una recompra de acciones y elevará su dividendo en un 12 por ciento este año”. Además de anunciar que parte de su estrategia es “un acelerado plan de recortes de costos”.
Lejos de tener algún tipo de crisis, ese verdadero pulpo mundial, hace menos de un año anunció que invertiría en Argentina casi $ 5.000 millones hasta 2019, destinados a producción y sustentabilidad, que permitirían la creación de 400 empleos, según la compañía. Como es evidente se trata de una gran mentira.
En el gremio jabonero muchos operarios deben trabajar hasta 6 días y a veces sin descanso. Otros tanto se ven obligados a realizar horas extras, ya sea por la presión patronal sobre aquellos que se encuentran tercerizados o contratados, es decir casi sin ningún derecho, o simplemente para lograr empatarle a la creciente inflación ya que, como en todo el país, los sueldos jaboneros para la categoría de quien recién comienza no supera los $15.500 según el acuerdo salarial de 2016 aún vigente. Poco más de la mitad de lo que organismos independientes evalúan como el costo real de la canasta básica familiar.
Desde la Agrupación Bordó Jabonera a nivel nacional expresaron su solidaridad incondicional con la lucha de los trabajadores de Unilever y denunciaron que “en esta industria luego de un par de años exprimidos así, terminamos arruinados y enfermos. Para entonces las empresas nos descartan. A ellos no les importa nuestras vidas, sino sus ganancias. Por eso le exigimos a la Federación de Trabajadores Jaboneros y Afines de la República Argentina, como así también al Sindicato de Obreros Jaboneros del Oeste (SOJO) que llame a asambleas en cada fábrica para apoyar con medidas concretas a los Jaboneros de Unilever, que su lucha triunfe y también debatir todas nuestras demandas, desde las paritarias hasta la jornada laboral, porque para nosotros es al revés: nuestra vida vale más que sus ganancias”.
Nuestra vida o sus ganancias
En este sentido el referente local del PTS y el Frente de Izquierda, Octavio Crivaro, también se solidarizó con los trabajadores de Unilever y sostuvo que “junto a Nicolás Del Caño, Myriam Bregman y decenas de referentes en todo el país, estamos impulsando una gran campaña política en todas las fábricas, escuelas y lugares de trabajo para conquistar la reducción de la jornada laboral a 6 horas durante 5 días, con un salario mínimo igual a la canasta familiar. De este modo acabaríamos con la superexplotación de miles de jóvenes que dejan literalmente la vida en las fábricas y a su vez terminaríamos con la desocupación y los salarios de hambre. Esta propuesta tan sencilla implica afectar de una vez por todas las ganancias de estos pulpos empresariales, que la crisis no la sigamos pagando los trabajadores, que la paguen ellos”.
Santa Fe, y en particular la ciudad de Rosario y alrededores, han sido conocidas históricamente como “la capital de la desocupación” en tiempos de crisis, pero también como “la capital del paro” en tiempos de lucha para enfrentarla.
La docencia, los trabajadores de General Motors, los metalúrgicos de Acindar o Mefro Wheels son la expresión de la voluntad de lucha de los trabajadores de la región, pero también del rol de las conducciones burocráticas de los gremios que no pasan de medidas aisladas y descoordinadas muy por detrás de la radicalidad con que las patronales descargan la crisis sobre los trabajadores. Es necesaria la construcción de una alternativa sindical y política que comience por coordinar a todos los sectores combativos y anti burocráticos desde las bases, pero que además apunte a enfrentar decididamente a los empresarios y sus políticos.
Sebastián Quijano
Nació en Málaga en 1980 y vive en Rosario desde 1992. Es militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y docente de Filosofía.