El 31 de agosto la mayoría de los trabajadores de Volkswagen Puebla rechazaron el aumento salarial que ofreció la patronal alemana. Esta negociación tiene como antecedente la huelga en Audi Puebla y despidos en Volkswagen.
Miércoles 4 de septiembre
En semanas recientes el Sindicato Independiente de Trabajadores de Volkswagen México (Sitiavw) comenzó su revisión contractual. Hacia finales de agosto, la patronal alemana ofreció un aumento salarial de 7 % y 3.59 % a prestaciones, conformando un aumento global del 10.59 %.
Tras la revisión y la propuesta de aumento salarial, varios asesores sindicales calificaron la propuesta como “un acuerdo histórico” que, sin mencionarlo, era una declaración para aceptar la propuesta de la patronal alemana.
Sin embargo, el 31 de agosto 3 mil 825 trabajadores votaron en contra de aceptar la propuesta de la patronal y 3 mil 20 a favor. La respuesta de la base trabajadora fue clara: una negativa a aceptar la propuesta y seguir en negociaciones para arrancar una mejor oferta salarial.
Esta negativa tiene un contexto que recorre la industria automotriz nacional y de los EEUU. El año pasado en la misma planta los trabajadores rechazaron la primera oferta salarial de Volkswagen. A inicios de año, las y los trabajadores de Audi Puebla estallaron la huelga por aumento salarial, arrancando un aumento de 10.2 % global y aunque la patronal sólo pagó el 50 % de los salarios caídos, marcaron un gran precedente para los trabajadores del gremio automotriz.
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Por otro lado, en octubre del 2023 los trabajadores en Estados Unidos estallaron una huelga con la que lograron imponer a GM, Stellantis y Ford conquistaron: un aumento salarial del 25 % mientras dure el contrato, con 11% de aumento el primer año, la eliminación de los niveles salariales, la sindicalización de las nuevas armadoras de autos eléctricos y baterías que implica la sindicalización de mil trabajadores e incluir en el contrato el derecho a huelga por el cierre de fábricas.
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La huelga en EEUU era tema de conversación entre los huelguistas de Audi y seguramente es conocida en la planta de Volkswagen. Son poderosos ejemplos de cómo mediante los métodos históricos de la clase trabajadora cómo la huelga o el paro, es posible arrancar nuestras demandas.
Pero también las patronales automotrices han tomado nota de esta situación, prefieren ceder centavos, que algunos aplauden y califican de históricos, cuando para los empresarios no significa nada en comparación de sus ganancias multimillonarias. La política de las patronales automotrices tras la huelga en Audi y en EEUU va a ser preventiva, van a intentar ofertar “alto” en el salario para descomprimir el descontento impulsado por una situación estructural que no se puede maquillar con algunos puntos porcentuales de aumento salarial.
La precariedad como telón de fondo
Las y los trabajadores de las armadoras automotrices viven en carne propia una de las principales contradicciones que se ocultan tras las millonarias inversiones en la industria mexicana: ritmos de producción insostenibles, paros técnicos que termina pagando el trabajador con descuentos de salario y días de vacaciones, así como bajos salarios para la enorme labor que se lleva adelante.
El gobierno federal de la Cuarta Transformación ha desplegado una serie de programas sociales y políticas como el aumento del salario, la reforma de outsourcing y la reforma laboral, que generan enormes expectativas de cambio, lamentablemente esto contrasta con la firma del T-MEC y las condiciones estructurales que se desprenden de este acuerdo.
El T-MEC es un redoble en la subordinación político económico y social al imperialismo estadounidense, tras la promesa de nuevas fuentes de empleo se mantienen condiciones ultra precarias de trabajo y bajos salarios. En conclusión, los únicos ganadores de la firma del T-MEC son las empresas multinacionales como el consorcio Volkswagen.
Solo hace falta ver lo que empresas como General Motors imponen a sus trabajadores: jornadas laborales de 12 horas cuatro días seguidos, con ritmos de producción de menos de un minuto en línea de producción, con media hora de comida y apenas unos minutos para ir al baño, no siempre son respetados e incluso hay quienes terminan enfermándose o en la humillación de orinarse en la planta a pesar de haber echado a la CTM y tener un sindicato independiente como el SITAVW. Estas empresas quieren cada segundo y gota de sudor nuestro, creen que los trabajadores somos desechables.
Bajo este panorama, que las y los trabajadores de Volkswagen Puebla hayan decidido rechazar la oferta salarial de la patronal alemana puede convertirse en un nuevo episodio de lucha donde los trabajadores exijan un aumento salarial que verdaderamente cubra sus necesidades y abra la discusión de fondo: las duras condiciones de trabajo que imponen las trasnacionales y el poderosos rol de los obreros que puede cambiar estas condiciones.
La lucha por las mejores condiciones laborales se puede conseguir sobre la base de la unidad de las y los trabajadores de la industria automotriz. Volkswagen puede ser un nuevo faro que marque el camino de cómo arrancar mejores condiciones salariales y laborales mediante la lucha y la organización desde la base, como los grandes ejemplos de los obreros de la UAW en EEUU y la valiente huelga de Audi Puebla.
Desde La Izquierda Diario México y el Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas, nos solidarizamos con la base trabajadora de Volkswagen Puebla y ponemos a su disposición nuestro portal para difundir su lucha y sus denuncias sobre el hostigamiento laboral que han venido teniendo y las condiciones de trabajo.
Este medio que estuvo en puerta de fábrica junto a la huelga de las y los trabajadores de Audi se pone a la disposición de los trabajadores de Volkswagen.
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