El abril de 2017 se hizo pública la intención del gobierno gallego de aprobar una ley sobre las concesiones de línea para el tráfico de pasajeros por carretera. Esta supondrá más de mil despidos y fuertes bajadas salariales, además de un servicio deficiente para los usuarios.

Jacobo A. García @Jacobscarface
Miércoles 21 de junio de 2017
Las estaciones de autobuses de las principales ciudades gallegas están vacías. Lo único que pudimos encontrar en la jornada del martes y del miércoles fueron decenas de buses parados y los trabajadores concentrados ejerciendo su derecho a huelga. Una medida de alta intensidad que ha sido llevada adelante ante las medidas del gobierno gallego del Partido Popular. En gran medida por su reforma que pretende aprobar a partir del 8 de Agosto. En total 578 líneas de autobús desaparecen, siendo Lugo y Ourense donde caen más, reduciéndose un 63 % en el primer caso y un 81% en el segundo.
Se propone la fusión de líneas y la reducción de horarios en líneas que son consideradas no rentables por las compañías de transporte. También se planteó por parte del gobierno utilizar el transporte escolar para todo tipo de pasajeros así como ampliar el ratio de 2 kilómetros a 4 kilómetros por autobús. Para los trabajadores esto supondrá un recorte brutal de sus condiciones de trabajo, siendo contratados por horas, y con reducción de salarios que pueden llegar al 50 %.
Los 6.000 trabajadores del sector en Galicia han secundado la huelga de forma masiva. El seguimiento se cifra casi en el 100 %. Se cuentan con la mano los autobuses que realizaron ayer miércoles el servicio.
El gobierno y los sindicatos no llegaron a un acuerdo en los servicios mínimos, ya que el primero había planteado unos servicios abusivos del 40 %. Finalmente estos no se cumplieron y el parón de actividad fue casi total. En general, no se convocaron manifestaciones o concentraciones en estas jornadas de huelga, excluyendo las acciones de los piquetes informativos a primera hora de la mañana. La mayor parte de los autobuses interurbanos también paralizaron su actividad, con notables excepciones, como es el caso de la empresa Vitrasa en Vigo, que no se ve afectada por la reforma del gobierno al no tener convenio con la Xunta.
Por otra parte, los trabajadores y sus representantes sindicales exigen la negociación del convenio colectivo en esta convocatoria de huelga. Llevan 6 años con congelación salarial. Hablando con trabajadores del sector, descubrimos que las condiciones de trabajo actuales son francamente precarias, con turnos de trabajo de 10 y 12 horas, o incluso más, y salarios que no superan los 1.500 euros, en el mejor de los casos, con empresas como Monbus. Esta convocatoria de huelga se precipitó debido a la negativa de la Administración a reunirse con todas las partes, patronal y sindicatos en una misma mesa. Algo que exigían los sindicatos para sentarse a negociar.
Además, existe cierto conflicto entre la patronal y el gobierno. Aunque hay muchas líneas que las empresas no consideran rentables, el plan de gobierno plantea eliminar demasiadas, y después promete reasignarlas de una forma que actualmente aun es dudosa. Sin embargo, las mayores consecuencias las pagan los trabajadores y los usuarios, que verán empeorado el servicio considerablemente debido a esta reforma. Además las empresas utilizan como excusa este plan de la Xunta para no sentarse a negociar el convenio colectivo y justificar recortes salariales y en las condiciones laborales.
Es destacable que este sector llevaba mucho tiempo sin convocar huelgas, desde hace más de 10 años. Así, los sindicatos mayoritarios CCOO, UGT y CIG se han visto obligados a convocar ante un ataque directo de semejante magnitud a los trabajadores. Por el momento la Xunta de Galicia no se ha puesto en contacto con los sindicatos para negociar. Por lo que se mantienen las convocatorias de huelga del martes y miércoles de la semana que viene, y así todas las semanas de forma indefinida hasta que haya respuesta.
Somos testigos de cómo un proceso de mayor intensidad en las luchas obreras se está produciendo en Galicia. Desde las huelgas en horas impares de los estibadores, también a escala estatal, hasta esta huelga de autobuses, o la convocatoria de una nueva asamblea de trabajadores forestales en Silleda para este 21 de Junio, ante el incumplimiento de convocatoria de oposiciones, así como el caso de Ferrol Atlántica, principal productor de silicio metal a nivel mundial, así como multitud de otras luchas más pequeñas. Todas estas son respuestas a brutales ataques del gobierno y la patronal hacia el pueblo trabajador, que se llevan expresando desde el reeditado gobierno del PP.
Aunque de momento aisladas, y sin implicar a todos los sectores de trabajadores, hay un cambio frente a una situación anterior de mayor parálisis social. Ante el fracaso del posible gobierno de izquierda, que en Galicia además también se manifestó en una nueva mayoría del PP, se ve como existe un mayor interés por volver a las calles. Se abre de este modo una perspectiva que posibilita una mayor unificación de las luchas, y un perfil más activo de acciones de movilización, para llamar a la solidaridad de amplios sectores y ser capaces de obtener mayores y mejores victorias.
Pero además, es necesario un programa alternativo al de la patronal y el gobierno. Para mantener todos los puestos de trabajo y mejorar las condiciones laborales a largo plazo es imprescindible la nacionalización completa del transporte de pasajeros, bajo gestión de los trabajadores. Lo que además podría ayudar a reducir los precios, aumentar el número de usuarios y la flota de vehículos y así reducir el uso del transporte privado. Una medida que también reduciría las emisiones de efecto invernadero y sería respetuosa con el medio ambiente.
Lo que está claro es que los trabajadores de los sectores estratégicos como el de transporte de pasajeros por carretera tienen un gran poder de negociación frente al gobierno y el capital. Aprovechar su fuerza, al igual que en el caso de los estibadores, y mostrar toda nuestra solidaridad es enormemente útil para la lucha por la emancipación de toda la clase trabajadora y los sectores oprimidos de esta sociedad.

Jacobo A. García
Vigo