Mientras el establishment celebra la asunción del demócrata Biden, sectores combativos de los sindicatos en Nueva York se movilizaron para enviarle un mensaje al presidente.
Viernes 22 de enero de 2021 12:20
Este artículo fue publicado en inglés para Left Voice
Los trabajadores del sector público de varios sindicatos se reunieron el día de la asunción para enviar un mensaje a la nueva administración de Biden, diciendo que debemos reconstruir y financiar completamente nuestras escuelas, nuestros hospitales, nuestros programas sociales, nuestro sistema de transporte y nuestra ciudad.
No es muy frecuente reunir a enfermeras, trabajadores sociales, maestros, profesores y trabajadores de tránsito en una llamada de Zoom, y mucho menos para una manifestación política. Pero dado el aumento de las políticas de austeridad y los recortes en el sector público durante décadas, y a raíz de las protestas masivas durante el verano (boreal) de 2020 que resaltaron la urgencia de que se invierta en políticas públicas, en vez de seguir enviando presupuesto para la policía, esta red se dio se dio de forma natural e inevitable. Un sector representativo de trabajadores del sector público comenzó a reunirse a través de Zoom y a realizar seminarios web públicos en el otoño de 2020, y fueron organizando una protesta y una marcha para el día dela asunción en Zuccotti Park, en Manhattan, marcando lo que esperamos se convierta en una nueva era de activismo y poder de los trabajadores.
Canalizado a través de nuestra demanda inmediata de cobrar impuestos a los ricos, se encuentra una visión de una sociedad completamente renovada que sirve a los intereses de la clase trabajadora: inversión en servicios comunitarios en lugar de medidas punitivas, apoyo a los movimientos (Black lives Matter and Black Trans lives Matter) con desfinanciacion y abolición de la policía, infraestructura renovada para el transporte público que actualmente solo falta enormes ganancias y beneficios para los operadores de metro y autobús, un seguro de salud accesible dentro de un sistema que valora a las enfermeras y el personal del hospital, y un programa educativo integral que sirva al bien público y financie completamente a los trabajadores de la educación primaria y secundaria, hasta la universidad. Pocos líderes sindicales estuvieron presentes en esta manifestación, que en cambio fue organizada por un círculo de grupos de base disidentes que trabajan para reformar sus sindicatos internamente, entre ellos, trabajadores del transporte, trabajadores de la educación , trabajadores de la City University of New York (universidad de Nueva York) y empleados públicos.
Los recursos y el apoyo de la rama obrera del DSA (Socialistas Democráticos de América -DSA Labor Branch y otras ramas del DSA de Nueva York fueron vitales para unir a estos grupos.
Con el regreso de los demócratas, algunos políticos pueden estar "volviendo a la normalidad", pero los miembros de base de los sindicatos no pueden permitírselo. Los trabajadores del sector público fueron amenazados con 20,000 despidos y obligados a renunciar a mil millones de dólares, que correspondían a dinero que se les adeudaba y a beneficios que se les había prometido. El gobernador Cuomo recortó los fondos estatales de Medicaid en más de 2 mil millones. Cerca del final de 2020, un “Presupuesto del Día del Juicio Final” fue diferido y amenazó con devastar el sistema público de metro de la MTA al despedir a 9,000 trabajadores y aumentar las tarifas de tránsito en 1 dólar. Los educadores de las escuelas primarias se han visto obligados a regresar a condiciones de trabajo inseguras en medio de la pandemia, con una variante altamente contagiosa de Covid que está circulando y un lanzamiento de vacunas inconsistente. Mientras tanto, el presupuesto estatal para la educación permanece congelado, y la Universidad de la Ciudad de Nueva York continúa aumentando la matrícula para la mayoría de estudiantes negros y de color de clase trabajadora, mientras deprecia la calidad de la educación al depender cada vez más de profesores adjuntos temporales y mal pagado.
Uno de los diversos y convincentes oradores en la marcha J20 (20 de enero) fue Hannington Dia del MTA: “La MTA nos enalteció, hicieron campaña por nosotros. Dijeron que ustedes son los héroes, mantienen en funcionamiento la ciudad de Nueva York. Lo vemos en las estaciones, lo vemos por todas partes. Nos están romantizando como héroes. Ustedes son los caballos que tiran de los carros que mantienen la ciudad en funcionamiento. Pero a pesar de eso, no nos diste equipos de protección adecuados […] Nos ignoraste, al mismo tiempo que pretendías preocuparte por nosotros, y ahora 131 de nosotros ha muerto ”.
Sean Petty, enfermero de la sala de emergencias pediátricas (Salud y hospitales / Jacobi) dijo: “Hemos perdido al menos 500 trabajadores de la ciudad por este virus. Hemos arriesgado nuestras vidas para salvar a otros, llevando a las personas al hospital, cuidándolas, educándolas y, en general, manteniendo esta ciudad en funcionamiento. Los multimillonarios se han sentado en sus mansiones suburbanas y han cobrado dinero. No nos quedaremos en silencio mientras los ricos se benefician de años de exenciones fiscales mientras nuestros presupuestos se agotan y nuestros servicios se destruyen".
La manifestación y la marcha por las calles del Distrito Financiero en una fría tarde de invierno en enero sonaron con cánticos y consignas por el poder de los trabajadores y los sindicatos, mientras que los policías acechaban en los márgenes de la manifestación. Todos los que se reunieron sostienen que la transición del poder del gobierno al control demócrata no puede indicar un regreso a la apatía o al apoliticismo. Daniel Kroop de la recién formada Asociación de Empleados Legislativos (ALE), el sindicato del Consejo de la Ciudad de Nueva York comentó en su discurso "No podemos vivir de las promesas o de la “recuperación” de Estados Unidos. Necesitamos un cambio real". Los organizadores de RAFA y MORE (trabajadores y activista de base) hicieron una pancarta compartida destacando la continuidad entre las luchas que enfrentan los trabajadores de la educación y los lugares de trabajo universitarios y sus sindicatos. También estuvo presente un representante de NYCHRP (Comité de Derechos Humanos de Nueva York en Filipinas), quien nos recordó que los trabajadores inmigrantes e indocumentados a menudo están en la primera línea en lucha contra el Covid y son completamente marginados en las discusiones sobre trabajo y representación.
Mary Maddox de MORE pronunció un conmovedor discurso improvisado: “Estudiantes, si están enojados porque sus maestros están cansados y no pueden atenderlos y no pueden brindarles la atención que desean y necesitan, les pedimos diculpas. Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo con menos que nada. Si estás mal, mira hacia arriba”, señalando el edificio de la sede de la UFT (Federación Unida de Docentes). "Miren a Mulgrew, miren a De Blasio, miren a Cuomo, miren a estos multimillonarios que tienen más dinero del que podrían gastar".
Los oradores y los carteles también elogiaron y expresaron su solidaridad con los 1.400 trabajadores en huelga en Hunts Point Produce Market, que pararon para exigir un aumento de un dólar la hora y una cobertura de salud más sólida, y enfrentan la represión de la policía mientras están en el frío invernal.
Si bien la proporción de sindicalización en los EE. UU. de conjunto es lamentablemente de un solo dígito, el porcentaje de trabajadores del sector público en el estado de Nueva York que están sindicalizados es más del 66 por ciento, lo que significa que los trabajadores y servicios tienen representación sindical. Esta mayoría sustancial también significa que los sindicatos tienen la capacidad de detener el funcionamiento normal de la ciudad a través de huelgas coordinadas, una vez que realmente permitan que las bases lideren. Desafortunadamente, los sindicatos públicos de Nueva York se han mostrado reacios a utilizar todo su poder para protegerse a sí mismos y a las comunidades que los rodean. Pero los organizadores de base de esta marcha están trabajando para cambiar eso, construyendo poder dentro de sus lugares de trabajo y grupos disidentes dentro de sus sindicatos, y ahora se están organizando cada vez más en todos los sectores para asegurarse de que las crisis actuales no se resuelvan a expensas de los trabajadores. Más que simplemente evitar lo peor de los recortes, estamos empezando a imaginar lo que podría significar un sector público totalmente financiado para las personas que no han presenciado nada más que lo mínimo durante demasiado tiempo. La amenaza creíble de una huelga es un cambio en la dirección correcta y, con suerte, seguirá extendiéndose.
La situación económica, política y social en Estados Unidos era terrible incluso antes de que la respuesta inepta de la clase dominante a la pandemia devastó a las familias trabajadoras. Y la respuesta política de quienes están en el poder en los niveles municipal, estatal y federal ha sido sistemáticamente inadecuada para el nivel de las problemáticas que acechan a la comunidad. Ante una posible ola de desalojos, el aumento del desempleo, la acumulación de deudas personales, el agotamiento de los ahorros y otras señales de un panorama económico terrible, el estado ha dado múltiples señales de que continuará haciendo recortes drásticos y sustanciales a los servicios públicos esenciales para mantener un presupuesto equilibrado, una tendencia que no se remediará con la nueva administración sin una presión pública inquebrantable y el poder de los trabajadores.