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Red Internacional
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UNAM. Trabajadores de la UNAM marchan al palacio municipal de Naucalpan

El sindicato de trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM) de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán encabezó una marcha este jueves pasado con la principal consigna de "mayor seguridad" hacia el palacio municipal de Naucalpan. Sólo a partir de generar mejores condiciones de vida para las masas trabajadoras es que podemos pensar en acabar con la violencia.

Sábado 4 de febrero de 2017

Cerca de trecientos trabajadores de diversas áreas de la FES Acatlán y CCH Naucalpan se movilizaron para exigir medidas ante un clima de violencia que se ha desatado en el municipio como producto de las políticas gubernamentales como la militarización.

Integrantes de la delegación sindical junto con el burocrático secretario general del STUNAM Agustín Rodríguez, quien lleva más de 20 años en el cargo, hicieron llegar un documento de inconformidad al gobierno panista de Edgar Olvera.

Esta movilización en contra de la seguridad se presenta en un contexto de enorme descontento de la población hacia las instituciones del Estado desde el gobierno Federal a los gobiernos locales, donde las políticas como el gasolinazo, la ley de seguridad interna, la subordinación del régimen mexicano ante Trump y los reajustes anti-obreros han llevado a amplios sectores de la población a pasar de una inconformidad pasiva a una participación activa en distintos estados del país.

¿La inseguridad se resuelve con más policías?

El ambiente de inseguridad y violencia que recorre el ancho y largo del país es producto de un reajuste neoliberal donde los de “arriba” cada vez hacen más evidente que su rol de dominación lo mantendrán a capa y espada. Esto lo vemos a través de la presencia de militares con la “guerra contra el narco” que incrementó exponencialmente la desaparición, los homicidios y feminicidios, donde Naucalpan se ubica dentro de uno de los municipios declarados en alerta de género.

La delincuencia organizada como son los diferentes cárteles de la droga o de otra índole se encuentran coludidos con el cuerpo de seguridad del Estado. Cada vez es menos sorprendente hallar caso de corrupción donde los altos mandos del gobierno han venido encubriendo y solapando los casos de violencia que los trabadores y estudiantes padecemos.

Por una salida independiente

En un ambiente donde la descomposición del régimen de Peña Nieto se acelera proporcionalmente con la criminalización y represión de las protestas sociales, es muy importante desconfiar de las instituciones del estado y de sus policías. Marchar para que se tomen medidas contra la inseguridad alienta a las autoridades municipales a fortalecer el poder represivo del estado, que después puede ser usado contra los propios trabajadores, por ejemplo si salen a exigir aumentos salariales o a defender sus derechos.

Son los policías quienes agreden a estudiantes. Basta recordar el caso reciente de gatillo fácil en la FES Acatlán donde en una manifestación un policía municipal disparo su arma de fuego al aire. Para enfrentar el clima de violencia que permea este municipio y el conjunto del país es necesario enfrentar las políticas de este gobierno que generan mayor miseria como el gasolinazo. Sólo a partir de generar mejores condiciones de vida para las masas trabajadoras es que podemos pensar en acabar con la violencia.

Más policías y cámaras o más cárceles sólo agravan el problema y le dan armas a este gobierno que claramente funciona al servicio de los empresarios.

En este sentido las movilizaciones de los sindicatos tendrían que fortalecer las movilizaciones contra el gasolinazo, contra Peña Nieto y por construir lograr un gobierno que sirva al interés de los trabajadores y el pueblo.