A pesar del respaldo patronal a la CTM, ésta no pudo superar el apoyo mayoritario que las y los trabajadores dieron a la Liga Sindical Obrera Mexicana (LSOM) en la maquiladora autopartista de Piedras Negras, Coahuila.
Jueves 1ro de septiembre de 2022
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El pasado miércoles, 31 de agosto, se realizaron votaciones por la titularidad sindical en la empresa VU Manufacturing, de capital estadounidense.
A pesar del franco favoritismo de la empresa por la CTM, de los 425 trabajadores con derecho a votar en la planta, sólo 101 lo hicieron a favor del sindicato adherido a esta central propatronal, mientras que 186 lo hicieron por el sindicato de la Liga Sindical Obrero Mexicana (LSOM), impulsado por trabajadoras y trabajadores de la planta para tratar de mejorar sus condiciones laborales. Por lo que corresponderá a los representantes sindicales de la LSOM negociar próximamente con la patronal el Contrato Colectivo de Trabajo que regirá por primera vez en la planta.
En pandemia, empresas más ricas y obreros más pobres
En conferencia de prensa, las trabajadoras de VU Manufacturing Cristina Ramírez y Verónica Rivera expresaron que formaron un sindicato porque no tenían quién las defendiera de los malos tratos de la patronal y sus bajos salarios. Verónica Rivera denunció que el comedor de la empresa, filial de Estados Unidos que fabrica interiores de automóviles, es muy caro; además de que no hay servicio médico en el turno nocturno.
La obrera agregó: “queremos un salario digno, que nos den lo que nos corresponde, no nos están saliendo las cuentas para llegar a fin de mes”. Las trabajadoras expresaron que los sueldos son muy bajos y no alcanzan para cubrir sus necesidades, sobre todo a aquellas que tienen hijos que mantener.
Denunciaron que llegan a trabajar jornadas de hasta 10 horas con la esperanza de tener un bono de productividad, pero la empresa siempre cambia las metas para negarles este incentivo.
Julieta Morales, secretaria general de la LSOM, se mostró indignada por las condiciones laborales que se viven en VU Manufacturing, donde incluso mantienen a trabajadoras embarazadas paradas en la línea de producción. Son estas condiciones las que explican la disposición de las y los trabajadores a organizarse para formar y pelear por un sindicato que realmente los represente.
Todo esto, en medio de los riesgos que enfrenta la clase trabajadora en las empresas durante la pandemia, al ser considerada como esencial para la producción. Al capitalismo le importan más sus ganancias que las vidas obreras.
Además, las empresas siguen enriqueciéndose con las exportaciones, gracias a que aprovecha la mano de obra barata que las leyes laborales y las burocracias sindicales garantizan en nuestro país
¿Libertad sindical?
A pesar de lo establecido en la reforma laboral de 2019, promovida por el gobierno federal, respecto a la supuesta libertad sindical, charros y patrones están coludidos para negarles a las y los trabajadores el derecho a contar con representantes propios.
Cristina Ramírez afirmó que sufrieron acoso laboral y represalias tras formar el sindicato, en tanto que la empresa le abrió las puertas a la CTM con la intención de que esta central mantuviera la titularidad sindical.
La LSOM denunció que la patronal de UV dijo a los más de 400 trabajadores de la planta que si votaban por este sindicato, corrían el riesgo de ser despedidos y que la empresa se fuera del país.
Por lo que interpuso la 5a queja laboral que procede bajo el Mecanismo de Respuesta Rápida del TMEC, consiguiendo que se designaran observadores nacionales e internacionales para verificar la transparencia e imparcialidad del proceso.
No obstante, Julieta Morales resaltó que la patronal siempre “… va estar a favor de sindicatos de empresa (blancos)” y se manifestó por un sindicalismo independiente para las y los trabajadores.
Crece el rechazo al charrismo sindical
La conquista de la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo por parte de un sindicato que es considerado como propio por las y los trabajadores, frente a los charros de la CTM, como sucedió en UV Manufacturing, es sumamente progresivo pero no es un hecho aislado.
Forma parte de un fenómeno que se viene expresando en distintas empresas donde las y los trabajadores, hartos de los dirigentes sindicales corruptos, entreguistas y traidores, principalmente aquellos vinculados a la CTM, buscan la forma de removerlos y de elegir a otros que verdaderamente los representen para exigir mejores condiciones laborales.
Para ello, han buscado aprovechar el mecanismo del voto directo establecido por la reforma laboral del 2019 para ratificar a los sindicatos titulares y renovar a las dirigencias sindicales.
Es el caso de la planta de General Motors en Silao, Gto., donde hace unos meses fue desplazada la CTM por un sindicato que se reclama independiente; igual que en Tridonex, en Matamoros, Tamps. Mención especial merece el caso de Mazda en Salamanca, Gto., donde recientemente una planilla democrática, opositora a los charros, acaba de conquistar la dirigencia sindical, pero sin dividir a los trabajadores en distintos sindicatos.
De desarrollarse esta tendencia, puede poner en cuestión la ’paz laboral’ de la que gusta vanagloriarse el gobierno federal y generar mejores condiciones para enfrentar los ataques contra los derechos y conquistas obreras que vienen de los sexenios neoliberales pero continúan con el actual.
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Por la independencia y la democracia sindical
Desde La Izquierda Diario saludamos el triunfo de las y los compañeros de UV Manufacturing. Nos parece que éste puede ser un gran paso en el camino de conquistar un sindicato independiente y democrático que efectivemente luche por defender los derechos de las y los trabajadores y por obtener más, dando el ejemplo a otros para acabar con el lastre del charrismo sindical.
Entendemos que la independencia sindical no se refiere sólo a echar a los charros priistas de los puestos de dirección sindical, sino que consiste en no confiar ni depender política, económica u organizativamente de los patrones, gobiernos o partidos que los representan (díganse “progresistas” o “neoliberales”), ni confiar en de las instituciones del Estado o sus tratados de saqueo y explotación, como el TMEC, sino responder única y exclusivamente a las decisiones e intereses de las y los trabajadores.
Esto está vinculado a la necesidad de unir las filas obreras en cada centro de trabajo, para contar con la fuerza suficiente que permita imponer sus demandas a la patronal, evitando la división en distintos sindicatos minoritarios.
Nos parece que la clave para lograrlo es promover una verdadera democracia sindical, que no puede reducirse a votar cada tanto por el sindicato o los dirigentes que serán nuestros representantes. Donde todas los trabajadores y trabajadores puedan participar libremente en la vida sindical sin temor a ser hostigados o fuertemente sancionados. Y donde todas las decisiones se tomen en asamblea; los representantes electos por mayoría sean rotativos, revocables y respeten el mandato de las y los trabajadores de base; que le rindan cuentas a estos periódicamente y no tengan privilegios por su cargo.
Este triunfo está demostrando que se puede derrotar a los charros y a la patronal, gracias a la organización persistente de las y los trabajadores. Pero solo es el principio. Para que puedan imponer un CCT que realmente responda a sus necesidades y represente un avance en sus derechos laborales, requieren contar con la solidaridad activa de otras organizaciones y sectores de trabajadores a ambos lados de la frontera y coordinarse especialmente con aquellos que han enfrentado al charrismo sindical para fortalecerse mutuamente.