La inflación en alimentos y bebidas aumentó un 15,6% en agosto, empujada por la devaluación pos PASO. Es un massazo para el bolsillo de los sectores más bajos, que no da tregua. Con una pobreza que afecta a 18,5 millones de personas, son las grandes alimenticias las que remarcan jugando con el hambre del pueblo trabajador. En esta nota recorremos la realidad que se vive en un comedor del Barrio 21 24, una pieza clave para tener un plato de comida caliente al final del día.
Viernes 29 de septiembre de 2023 21:04
Fotografía: Matías Blaglietto - Enfoque Rojo
El Barrio 21 24, es el asentamiento más grande de la Ciudad de Buenos Aires. Allí se encuentra el comedor comunitario “Semillas en rebeldía” impulsado por el FOL (Frente de Organizaciones en Lucha), uno de los tantos que funcionan en ese barrio popular donde viven más de 50 mil personas.
“Se crearon dos comedores más, pero no se duplicó la comida”, relata Maruja una de las tantas mujeres trabajadoras que llevan adelante este comedor. Se refiere al impacto del descontrol de precios en el último tiempo, que devora el poder de compra de salarios e ingresos populares cada día. En consecuencia, en el último año la pobreza pasó de 36,5% a 40,1%, son 1,7 millones de nuevos pobres.
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Este impacto se aceleró con la devaluación de Sergio Massa -el candidato del peronismo– a pedido del FMI pos PASO. Los datos oficiales del Indec confirmaron que la suba de precios en el mes de agosto fue la mayor en tres décadas, alcanzando el 12,4 % respecto a julio. De esta manera en los primeros ocho meses del año se acumula un aumento de 80,2 %,mientras que la medición interanual trepó al 124,4 %. Los alimentos y bebidas no alcohólicas fueron el rubro que más subieron con un 15,6 % en sólo 1 mes.
Multiplicar los panes
“ Ya no alcanza para nada, la inflación está demasiado alta. Y como siempre a nosotros no nos queda otra que arreglarnos como podemos en los comedores.”
El comedor preparaba diariamente viandas de comida para 80 familias, que son aproximadamente 400 cenas que se entregan cada tarde. En apenas un mes el número de viandas saltó a 95, “hay muchas familias que se están acercando, nosotros explicamos cómo es, cómo nos organizamos. Para quienes tienen muchos hijos es peor, la situación está jodida”, relatan las trabajadoras. El 60% de los niños y niñas vive en la pobreza, según los útimos datos oficiales.
A pesar del fuerte aumento en los precios que multiplicó las necesidades populares, la cantidad de comida que reciben en los comedores autogestivos sigue siendo la misma.
Las remarcaciones que siguieron a la devaluación pos PASO se sintieron especialmente en los alimentos de la canasta básica. Los diez productos de GBA que más subieron según el Indec fueron: carne picada común (+39%), Paleta (+34%), Cuadril (+33%), Nalga (+33%), Asado (+32%), Tomate (32%), Papa (+28%), Pollo entero (+21%), Galletitas (+19%), Huevos (+18%).
Desde el comedor reciben alimentos con distintas frecuencias de entrega (según el tipo), con los cuales deben preparar el menú quincenal asignado. En relación a la calidad alimentaria y nutricional, explican que por ejemplo la carne no se entrega a diario, les llega “una semana sí y otra no”. Pero como el menú quincenal no ha cambiado, algo habitual es que les toque preparar ravioles, polenta o tallarines con salsa rosa, todo sin carne y en una misma semana.
"Si antes dábamos carne todos los días, hoy se da tres veces por semana. El presupuesto no se cortó, el tema es que los costos subieron."
En agosto los cortes populares de carne como la picada, llegaron a aumentar un 39%. Para los sectores populares la carne se volvió un lujo. Las que hacen malabares son las cocineras, no sólo para estirar las raciones.
El comedor también recibe alimentos secos cada semana y frescos a diario. Durante las tardes, mientras los vecinos pasan a retirar la vianda, en la puerta del comedor se reparte una copa de leche, a veces con un poco de pan.
Maruja comenta que en el último tiempo abrieron dos comedores más, que no reciben lácteos. Desde “Semillas en rebeldía” les comparten leche, la solidaridad desde abajo se vuelve concreta cuando falta todo. La importancia de tener un plato de comida caliente cada día, o un vaso de leche, es parte de un trabajo colectivo, comunitario.
¿Quiénes pagan la crisis?
Los comedores autogestivos reciben distintos alimentos por parte del gobierno, pero tienen otros gastos fijos que no son cubiertos. Por ejemplo, para funcionar se necesita un espacio físico y esto implica un alquiler. O el gas para cocinar, un servicio esencial y necesario, que tampoco está garantizado. Esto quiere decir que para el funcionamiento del comedor que da la cena a más de 90 familias, el alquiler y las garrafas para cocinar salen de los bolsillos de los vecinos.
En este comedor pagan alrededor de $70.000 de alquiler. Sólo en el mes de agosto los alquileres aumentaron un 25 %. El acceso a una vivienda digna, es una gran problemática que atraviesa la clase trabajadora y el pueblo pobre. En relación a las garrafas de gas, que usan en promedio 3 de 10 kg por semana, gastan casi $9 mil, ya que en el barrio salen casi $3 mil cada una. Están evaluando volver al uso de leña para cocinar, porque el gas está demasiado caro.
Sin embargo, la inflación impacta de manera distinta entre las clases sociales, aumentando la desigualdad. No todos pierden, beneficiadas por las medidas del gobierno las grandes empresas vienen ganando millones en este país.
Este es el caso de las alimenticias. La gran concentración les permite a mega grupos como Arcor y Molinos Río de la Plata, contar con poder de “mercado” para elevar precios buscando no sólo cubrirse ante la inflación, sino aumentar ganancias. Entre 2022 y la actualidad su margen de ganancia estuvo en torno al 10-15 %, sostiene un informe de Centro Cifra.
"Se trata de niveles muy superiores a los registros del período 2015-2017 (2,7% y 0,9%) y a las pérdidas contables que declararon durante la crisis que tuvo lugar en el bienio 2018-2019", sostiene el informe.
En los primeros 6 meses de 2023 Arcor ganó $22 mil millones y Molinos más de $9.500 millones.
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La realidad desde abajo
La inflación castiga el bolsillo popular con mayor dureza al punto de volver casi imposible cubrir necesidades básicas como comer. La canasta de alimentos -que mide la línea de indigencia- aumentó un 17% en agosto llegando a valer $130 mil (para una familia de 4 integrantes). También el Indec confirmó que el 50% de los trabajadores gana hasta $120 mil, son pobres y pasan hambre.
Mientras las proyecciones hacia fin de año empeoran y algunas se acercan al 200%, como la consultora de riesgo Moody’s, la línea de Massa es profundizar el ajuste para cumplir con el FMI. Las distintas medidas anunciadas en clave electoral, no alcanzan a compensar la pérdida ocasionada tras la devaluación de agosto. En ese mes, los fondos destinados a la Asignación Universal por Hijo cayeron un 27 % interanual. Milei amenaza con la motosierra, pero Massa ejecuta. Las variantes patronales de cara a octubre prometen devaluación y ajuste a los sectores populares, y seguir beneficiando al gran empresariado.
Captar y mostrar la realidad desde abajo es fundamental no sólo para denunciar el efecto de estas medidas, sino para plantear la urgencia de una salida de fondo. Las compañeras que llevan adelante este comedor son parte del FOL, una organización social que se viene movilizando tanto al GCBA como a Desarrollo Social, siendo parte de esta pelea. Esta organización llama a votar a la lista de izquierda encabezada por Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, contra la derecha y los ajustadores. La clase trabajadora y el pueblo pobre organizados tienen la fuerza social necesaria para darlo vuelta todo, y que la crisis la paguen los capitalistas.
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El registro fotográfico de esta nota fue realizado por Matías Baglietto de Enfoque Rojo. Agradecemos especialmente a las compañeras del FOL que nos brindaron sus testimonios.
Guadalupe Bravo
Nacida en Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires en 1985. Es economista, recibida en la UBA. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2004. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.