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Red Internacional
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Derecho a la vivienda. Trabajar y alquilar en Bahía: dos proyectos cada vez más difíciles de realizar

La situación de la juventud trabajadora en la ciudad a la hora de alquilar. Lejos de ser una ciudad “dinámica”, el aumento de la desocupación agravó la crisis habitacional para miles de bahienses.

Jueves 1ro de octubre de 2020

La desocupación regional

¿Cuál es la situación de la clase trabajadora en Bahía Blanca? El primer dato a tener un cuenta es que de cada 10 personas con empleo 4 lo hacen de manera informal.
El segundo, es que según el último informe de desocupación del INDEC , desde mitad del 2019 a la mitad del 2020 se perdieron 29.000 puestos de trabajo en el conglomerado Bahía Blanca-Cerri. De esta manera la tasa de desocupación (TD), o sea de quienes salimos día a día a buscar laburo, aumentó del 7% al 9%. El gobierno nacional nos dice que no es por culpa de la cuarentena sino por culpa de la pandemia. Es verdad, pero ¿Qué seguridad se nos dió a los miles de jóvenes que trabajabamos de manera informal y perdimos nuestros trabajos? Los despidos hacia trabajadores tercerizados en BVC (empresa que tuvo y tiene ganancias record) demuestra que la responsabilidad del aumento de la desocupación es del Estado, quien hace la vista gorda ante estas injusticias de los empresarios. Tampoco hay que olvidar que es responsabilidad de los sindicatos traidores que desaparecen cuando se dan estas situaciones. Volviendo al caso de BVC, ni la UOCRA ni SatSaid se comprometieron hasta el final con la lucha que los jóvenes estaban dando contra la tercerización y el despido. Sectores enteros como la construcción o las miles de mujeres que trabajaban en el empleo domestico y cuidado de niños fueron despojadas de todo ingreso más que del IFE.

Sin trabajo pero también sin techo

Con el correr del tiempo, una desesperante pregunta se hizo carne para estas personas: ¿Cómo alquilar si ya no tengo trabajo? El IFE, que supuestamente vino a paliar la desastrosa situación social que dejó el macrismo y el freno económico de la cuarentena, fue una miseria. Se paga cada dos meses y la cifra de 10mil pesos no alcanza para cubrir absolutamente nada. Ya se habla de que durante el presupuesto 2021 el IFE no estaría contemplado. ¿Pero cuánto sale alquilar?

El relato de los ricos y la Bahía “dinámica”

Un reciente artículo publicado en Infobae desarrolla cómo en el interior del país, pese a la crisis social y a la desocupación, los empresarios siguen apostando al mercado inmobiliario y al negocio del alquiler. Bahía Blanca, dicen, “está dentro de las cuatro ciudades más dinámicas del interior”. En este sentido la nota se dirige a plantear que los empresarios están preocupados por las “regulaciones estatales al mercado” que impuso el DNU. Pidiendo así, por ejemplo, más garantías para desalojar a las familias que alquilan y no llegan a fin de mes. Todo esto sin aclarar por ejemplo que, en muchos casos, el DNU que prohíbe los desalojos nunca fue respetado por parte de inmobiliarias. O directamente inaplicable en los alquileres que se arreglan con dueño directo.

Paradójicamente, la misma nota que habla de la “Bahía dinámica” deja un dato dúrisimo para cientos de miles que están padeciendo la crisis: “el valor promedio del alquiler de una vivienda de dos dormitorios en el interior del país oscila entre $17.000 y $25.000 por mes”. A lo que se suman las expensas con un valor promedio de 4500 pesos.

Si alquilar es costoso, la idea de tener una vivienda propia se alejó más aún de nuestras expectativas. El mismo artículo dice que “los inversores y constructores” hicieron que “en solo un mes 19,1% de los inmuebles en oferta incrementaron su valor y se retiró de oferta 1,5% de los terrenos para vivienda”. Mientras tanto, siguen siendo noticia los accidentes y muertes diarias que suceden a los albañiles que construyen esos nuevos edificios lujosos del centro. Muertes completamente evitables que se dan por la desprotección en el trabajo. Al perecer lo único “dinámico” de Bahía Blanca son las ganancias de los empresarios.

La cruda realidad

Entonces, si el IFE de 10 mil pesos que se cobra cada un mes y medio no alcanza para cubrir un alquiler tipo que vale entre 17 y 25mil pesos ¿Qué opciones le quedan a estos cerca de 30mil trabajadores que les quitaron su trabajo? Para quienes tuvieron la posibilidad, una primera opción fue volverse a vivir con sus familias. El hacinamiento de grandes familias trabajadoras en una misma casa fue la imagen corriente que se vio en esta crisis sanitaria del Covid-19.

La otra opción para quienes no pudieron alquilar fue la toma de tierras. Cientos de miles en el país, empleados y desempleados, tuvieron que recurrir al uso de terrenos deshabitados para la construcción de una vivienda. En Bahía Blanca esto tiene su principal reflejo en las tomas de calle Don Bosco al 4000, pero también en otros barrios de la ciudad como Altos del Pinar.

Ante la crisis habitacional hay que construir la solidaridad entre trabajadores

Así como en las tomas de Guernica, el discurso de criminalización hacia estas familias no faltó por parte del intendente del PRO Hector Gay. Tampoco faltó la hipocresía de Susbielles, quien repudió a Hector Gay hasta que Kicillof y Berni comenzaron a criminalizar y desalojar a las tomas del Gran Buenos Aires.

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En este contexto, solo la izquierda y la solidaridad de los docentes, estudiantes y jóvenes trabajadores es la que muestra el camino para resolver el derecho a la vivienda.

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Desde la RED de trabajadores precarios e informales, venimos llevando adelante una gran campaña de solidaridad, no solamente hacia quienes pierden su empleo injustamente como en BVC, sino también a quienes por culpa de esto se quedan sin techo.

La semana pasada, una gran muestra de colaboración se vio en la donación que llevamos a las familias de Don Bosco al 4000. Porque en esas familias están nuestros amigos y amigas, también nuestros compañeros de trabajo. Ellos se están organizando para construir un barrio, ya no bajo la lógica empresarial de las constructoras, sino en la del beneficio común.

Las ideas para una nueva sociedad de fomento, salita medica y escuela ya está en el imaginario de estas familias que se niegan a resignarse. La expropiación y la construcción de un plan de viviendas que salga del bolsillo de los empresarios es la exigencia que se pone a la orden del día.