Se cumple un año de la tragedia que vivieron lxs vecinos del barrio ubicado entre Berisso y Ensenada en la que tres niñes murieron jugando. Un crimen social brutal que no es un hecho aislado en un país donde el 54% de les niñes son pobres.
Sábado 8 de abril de 2023 19:19
Mientras miles nos encontramos viviendo una crisis económica y social que nos golpea por todos lados, y que se profundiza, tras cuatro años de macrismo, con el ajuste que viene llevando adelante el gobierno del Frente de Todos. En nuestra facultad, Psicología, nadie quiere hablar de esto porque implica hacerse cargo de apoyar o ser parte de proyectos políticos que nos llevan cada vez más a tragedias sociales de este tipo y a índices brutales de pobreza, desocupación y precarización.
Pero hace un año la realidad rompió de lleno esa burbuja en la que las autoridades y las agrupaciones de nuestra facultad quieren encerrar a lxs estudiantes y la comunidad educativa. El 7 de abril de 2022 tres niñes jugaban en un pequeño remolque que se prendió fuego.
Pibes que olíamos el humo del incendio, que escuchábamos gritos, patrullas policiales, que veíamos llamas a lo lejos del muro que divide la facultad del barrio... Rápidamente dejamos nuestras cursadas para ver qué pasaba y ver en qué podíamos ayudar.Y así fue, estudiantes y docentes con lo que había a mano rompiamos el alambrado, el muro.
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Con las manos lastimadas, los ojos llorosos, con la sensibilidad a flor de piel, compañerxs ayudaban a cargar a lxs niñes en los patrulleros para trasladarlos a un hospital. Porque en los barrios populares y precarios no llega primero la ambulancia, llega la policía. La misma que los hostiga día a día y se lleva la vida de lxs pibes con el gatillo fácil, como sucedió con Faster en el mismo barrio. Para cumplir su rol ante la criminalización y estigmatización de la pobreza que reproduce constantemente el Estado y sus instituciones. Nos acercamos a las familias, las acompañamos y contuvimos en, tal vez, el momento más doloroso de sus vidas.
Volvimos a la facultad e inundamos cada aula con nuestra solidaridad. Con el anuncio de la triste noticia buscamos el apoyo de lxs estudiantes y llevamos adelante una colecta solidaria inmediatamente. Si algo sabemos lxs estudiantes de Psicología es entender el padecimiento del de al lado. Y ese día, esas semanas y de ahí en adelante, quedó demostrado qué valores defendemos y cómo actuamos ante tragedias de este tamaño, muy lejos de lo que (no) hicieron las autoridades de nuestra facultad, que cómodas en sus sillones del tercer piso, aún le siguen negando la asistencia psicológica a las familias del Barrio Cabezas.
Cuando se creó el predio de nuestra facultad se construyó un muro y un alambrado para dividir a lxs que acceden a la educación pública y lxs que no. Una academia que quiere formar psicologxs alejadxs de la realidad social pero que, igualmente, en un futuro tendremos que enfrentar en nuestros lugares de laburo.Pero ese día descubrimos que nuestros conocimientos pueden estar al servicio de las necesidades sociales, que podemos ser sujetxs activxs que juegan un rol en esta crisis.
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Hoy la crisis y el ajuste siguen. Pero contra todo "sálvese quien pueda", contra las autoridades y las agrupaciones de la facultad que nos plantean que la salida es individual. Incluso, contra los personajes nefastos como Milei que aparecen y dicen que la juventud es de derecha, contra la mano dura de Bullrich y Larreta, y contra el ajuste del gobierno nacional de Alberto Massa y Cristina… hace un año la Facultad de Psicología se inundó de solidaridad porque no hay muro que tape la precariedad de la vida en la que viven millones, en la misma que viven nuestrxs vecinxs del barrio cabezas y muchxs compañerxs de cursada.
Algunos, en estas épocas, fomentan el individualismo y la meritocracia, otros la resignación. Pero todos hacen pura demagogia para no hablar de lo que pasa afuera, de las carencias materiales y los padecimiento emocionales que eso genera. Del hartazgo de ver cómo se degradan cada vez más nuestras condiciones de vida. Y así nuestras aspiraciones y deseos. Ellos des-subjetivizan e inmovilizan todo lo que esté a su paso.
A todo esto queremos combatirlo. Porque la defensa de la educación y la salud públicas no son sólo discurso; hay que enfrentarse a quienes la atacan cotidianamente para favorecer a un puñado de ricos empresarios. Porque las "salidas colectivas" tienen valores concretos, se construyen con lazos con los sectores populares y lxs laburantes peleando la idea de que “lxs de abajo” tenemos que hacer nuestra propia política y unir nuestras demandas y nuestras luchas.
Hoy recordamos cómo hace un año lxs estudiantes no dudaron ni un segundo en irse a sus casas a buscar donaciones y volver al predio del exBIM, en brindar plata, donde juntamos $80.000 en un día. Más de 1000 firmas se juntaron para que la ”Facultad de la Salud Mental” brinde acompañamiento psicológico, y aún así, fue negada.
Discutimos entonces para quién es el acceso a la salud en estas condiciones y por qué acceso a la salud mental peleamos. Esa solidaridad, esos lazos, esos valores de la juventud son los que peleamos para fortalecer en nuestra facultad, en cada lugar de estudio y de trabajo y en cada barrio, una organización de estudiantes y trabajadores.
No naturalizamos la precariedad de la vida que se profundiza cada vez más. Peleamos por organizarnos entre trabajadores ocupadxs y desocupadxs, estudiantes, mujeres y disidencias, desde abajo, para pelear por otra vida para las mayorías donde la salud, la educación, el alimento, una vivienda y un trabajo digno sean la prioridad.
Esas son las conclusiones que queremos pelear con fuerza en momentos así, pero también en el día a día, donde la salida es colectiva, con lxs trabajadores y lxs vecinos de los barrios; ahí está la fuerza para enfrentar la idea de que todo nos puede ser arrebatado y nos tenemos que acostumbrar. Peleando porque sabemos que no hay salud mental posible mientras lxs pibes se mueren jugando.
Yo, como tú,
amo el amor, la vida, el dulce encanto
de las cosas, el paisaje
celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan, de todos.
Y que mis venas no terminan en mí
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
Roque Dalton