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MUNDO OBRERO ESTADO ESPAÑOL. Tras la huelga en Litera Meat: claves de la lucha en el mayor matadero de Europa

La huelga en Litera Meat, en Binéfar (Huesca), el mayor macro matadero de Aragón y de Europa, ha sido una huelga histórica, por ser un sector precario y cuyos protagonistas son en su mayoría migrantes. Desde el sindicato CNT se convocaron cuatro días de huelga a pesar del miedo y represión que ejerce la empresa, como del boicot por parte del Comité de Empresa con mayoría de CCOO y UGT.

Carlos Muro

Carlos Muro @muro_87

Jaime Castán @JaimeCastanCRT

Martes 17 de diciembre de 2024

Imagen de CNT Huesca.

Imagen de CNT Huesca.

1. Contra una de las patronales más brutales y explotadoras, apoyada por los partidos e instituciones


Litera Meat, pertenece al grupo Pini, una de las multinacionales del sector de la industria cárnica, dedicada sobre todo a la exportación de carnes. En la factoría gigantesca de Binéfar, en la provincia de Huesca, trabajan 1.600 personas, que llegan a sacrificar hasta 1.000 cerdos por hora y 160.000 a la semana. Es el mayor macro matadero de Aragón, donde han proliferado en los últimos años las granjas intensivas de cerdos —en lo que es una clara burbuja como muestra el hecho de que más del 70% se destina a la exportación—, y también el mayor de Europa. El grupo Pini basa su negocio millonario en aplicar una alta intensidad sostenida en la precarización laboral, bajos salarios, altísimos ritmos de trabajo y violación de derechos laborales y sindicales. Una constante en el sector que además es de los más contaminantes y brutales en el maltrato animal. Varios pueblos de Aragón no pueden acceder a sus propios recursos de agua por la contaminación de los suelos de estas macro granjas y mataderos.


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Esta situación es permitida por la complicidad política absoluta por parte de los gobiernos autonómicos y municipales. La familia italiana Pini tiene todo un historial delictivo, no sólo por explotación laboral y contaminación, sino también por causas relacionadas con delitos fiscales y corrupción en países como Polonia o Hungría. El propio magnate al frente, Piero Pini, ya fue encarcelado por las autoridades húngaras entre marzo y diciembre de 2019, año en que Litera Meat comenzó a operar en Binéfar.

Ninguno de estos antecedentes dio problemas entonces al PSOE de Javier Lambán al frente del Gobierno de Aragón —del que también fue parte CHA y Podemos— para dar su apoyo al proyecto, como hizo en aquel momento el alcalde de Binéfar, Alfonso Adán también del PSOE, que hizo negocios con el matadero —cuyo hijo trabaja de hecho en Litera Meat— al tiempo que le concedían un trato fiscal privilegiado a la empresa.

Una situación que continúa sin ser denunciada con la nueva alcaldesa y el gobierno autonómico del PP de Azcón. En una reciente entrevista en alasbarricadas.org a Amalia secretaria de comunicación de la CNT Huesca comenta que “y sin embargo aquí, el PSOE de Lambán junto con el alcalde de Binéfar le pusieron la alfombra roja. Ahora gobierna el PP, y antes gobernaba el PSOE. El hijo del alcalde trabaja en el matadero. Estos políticos querían que la empresa viniera aquí porque iba a crear muchos puestos de trabajo”.


2. Protagonizada por una clase obrera migrante que se organiza y lucha


El modelo de precarización y explotación laboral que aplica el macro matadero es impuesto además a una clase obrera en su gran mayoría migrante, de procedencia africana o latinoamericana, sobre la que se imponen estas brutales condiciones laborales. Sin embargo, las “cotas de seguimiento de la huelga han sido elevadísimas todos los días de entre el 50 y 85%”, como constataban desde CNT en su último comunicado tras las jornadas de huelga. Las reivindicaciones de la huelga son, de hecho, básicas: poder ir al baño cuando se necesita, el equipamiento de trabajo adecuado, medidas de seguridad o el pago de las horas extras que son impuestas de forma obligatoria.

La lucha en Litera Meat muestra cómo las trabajadoras y trabajadores migrantes pueden organizarse y luchar frente a una patronal explotadora, a pesar de la permisibilidad de las instituciones. No solo se permiten las “prácticas de esquirolaje” que la CNT puso “en conocimiento tanto de la Inspección de Trabajo como de la Guardia Civil de Binéfar”, o la negativa a la entrada a los miembros del comité de huelga a inspeccionar, sino incluso encargados, Guardia Civil, antidisturbios y hasta el hijo del jefe encapuchado, han acudido a los piquetes y presionado a los huelguistas para que acudieran a sus puestos de trabajo. recordemos que según denunció en su momento el diario Público, el jefe de la Seguridad privada de Litera Meat -Antonio Díez- fue reclutado por Roberto Pini entre la propia plantilla de la Policía local.


3. Luchar por unir a la plantilla contra las amenazas de la patronal y la pasividad del Comité de empresa


Las trabajadoras y trabajadores de Litera Meat han organizado su lucha a través del sindicato CNT, que es el convocante. El solo hecho de la lucha utilizando la huelga y el piquete en Litera Meat como método de luchar es ya un éxito, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera huelga contra la familia Pini y su entramado empresarial en todos los países en los que han estado.

Por su parte el Comité de Empresa de 23 miembros -CCOO 18 delegados, UGT 4 delegados y OSTA 1 delegado- se han posicionado en contra de la huelga. Como no podía ser de otra manera, CCOO, en vez de impulsar asambleas donde la plantilla decida democráticamente sus reivindicaciones, se tira en contra de la sección sindical de CNT en la empresa que está legítimamente constituida, más allá de que se esté de acuerdo o no. UGT por su parte ha actuado de la misma manera. Cuando lo mínimo que deberían de hacer es apoyar y poner todos sus recursos en la huelga.

No es de extrañar la connivencia de esta burocracia sindical con las empresas, recordemos por ejemplo, que al instalarse la empresa en la región la empresa acordó con la UGT poner a Lourdes Pérez, una empleada de confianza de los Pini, como delegada de personal —al no superar el mínimo para conformar un comité de empresa— por parte del sindicato UGT. A lo que CCOO solo dijo que “no era el momento oportuno”.

OSTA, que en un comunicado de la semana pasada decía apoyar la huelga, se desvinculó de su propio delegado en el comité de empresa y decía “no compartimos que se demonice e intente reventar una Huelga legítima”. Desvincularse públicamente de estas actuaciones de delegados pro-empresa es un mínimo que hay que hacer. Sin embargo, en ningún momento acudieron a apoyar activamente los piquetes ni pusieron su infraestructura al servicio de la huelga. Las siguientes actuaciones también van a ser clave, ya que la lógica de todas las empresas es tomar represalias contra los luchadores a través de sanciones o despidos.

Cuando la CNT dice que ha habido un entendimiento total entre la empresa y el comité de empresa, tienen toda la razón. Por eso OSTA y cualquier sindicato tendrían que pelear por que sean los luchadores y los huelguistas quienes elijan democráticamente a sus propios representantes, qué tipo de acuerdo quieren y cómo luchar. Por ello, como mínimo el comité en bloque debería acatar las decisiones de la asamblea de trabajadores. En conflictos como Litera Meat se muestra que el actual régimen sindical es profundamente antidemocrático, donde son elegidos delegados al comité de empresa cada cuatro años sin tener en consideración de la plantilla que se exprese en una asamblea conjunta y democrática. Un régimen que acaba fortaleciendo una casta sindical que negocia con las patronales a espaldas de las plantillas. Desde ya el comité de empresa de Litera Meat debería dimitir y revocar sus cargos por su negativa a apoyar la lucha y esquirolear la huelga.


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En este sentido, Adrián de CGT Telepizza denunciaba que “la burocracia sindical está acostumbrada hacer lo que le da la gana, y eso no puede ser. En todas las empresas la asamblea de la plantilla —donde estén fijos, temporales, de todas las secciones o de contratas y de todos los sindicatos— debe ser el órgano que permita unificar a la plantilla, organizar, decidir qué se negocia y que no, así como el derecho a revocar al comité de empresa y elegir sus propios delegados revocables en cualquier momento sin que las instituciones se metan por medio”. Y agrega “contra estos burócratas anclados en sus sillones que dicen representar a la plantilla… ¿Por qué no han hecho una asamblea democrática donde se discuta todos los problemas de la empresa? Porque están en contra de la democracia directa de las trabajadoras y trabajadores.”


4. Para enfrentar a la extrema derecha y el racismo institucional ¡Nativa o migrante la misma clase obrera!


La explotación brutal de una clase obrera migrante es un gran negocio para los capitalistas, primero porque les imponen pésimas condiciones laborales, pero segundo, porque les permite también reducir los salarios del conjunto del sector así amasando fortunas. Es una verdadera dictadura la que imponen las patronales en las empresas. Además, apoyados en leyes como la de extranjería, realizan identificaciones como las que realizó la Guardia Civil la primera jornada de huelga. Por eso la patronal nos quieren divididos y que culpabilicemos a los migrantes, cuando los culpables son ellos y sus representantes de la casta política.

Esta situación la aprovecha la extrema derecha —cuya cantera principal son estos caciques— en sus discursos de odio y en su populismo ultranacionalista. El actual gobierno del PSOE y Sumar no hace más que fortalecer: expulsando inmigrantes, con políticas imperialistas de saqueo de recursos en África y América Latina o apoyando militar y económicamente a estados genocidas como Israel. Lo último, condecorar a la primera ministra italiana de extrema derecha Giorgia Meloni con la Orden de Isabel la Católica por sus méritos “de carácter civil” y contribución a la “comunidad internacional en general”. Ni una palabra sobre su criminal política anti migratoria que deja morir en el mar a cientos de personas o las manda a campos de concentración en Albania.

Por ello es necesario combatir contra la posición reaccionaria de la izquierda reformista integrada al régimen, que sostiene que no hay que organizarse en los puestos de trabajo y que los inmigrantes se tienen que resignar a meras ayudas humanitarias.

Un trabajador le gritó a Pini “yo aquí soy un trabajador y tú a mí no me gritas como a un animal” entrevista. Este grito de rabia es la muestra de la importancia de recuperar los sindicatos en manos de las y los trabajadores para la lucha y para unificar las filas de nuestra clase con una perspectiva de hegemonía obrera.


Carlos Muro

Nació en la Zaragoza en 1987. Es estudiante de Historia en la UNIZAR. Escribe en Izquierda Diario y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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