En las primeras horas del 30 de diciembre de 1910, muere en combate a la edad de 28 años el anarquista Práxedis G. Guerrero, en el municipio fronterizo de Janos, Chihuahua. Este es el relato de una visita al lugar donde cayó combatiendo por la emancipación obrera.
Viernes 15 de marzo de 2019
"La justicia no se compra, ni se pide de limosna, si no existe... se hace"
José Práxedis Gilberto Guerrero
Janos, una historia a destiempo
Hoy, regresando de Ciudad Juárez a Casas Grandes (en Chihuahua). Me detuve en el Municipio de Janos, colindante al norte con Nuevo México, al este con Sonora y con Casas Grandes al Sur. Me detuve a buscar la casa donde cayó en combate el revolucionario anarquista Práxedis G. Guerrero en 1910. Seguramente algunos habrán escuchado de este municipio chihuahuense, considerada la última pradera del bisonte o búfalo americano.
El municipio es grande en extensión, pero con poca población, ronda los 3,000 habitantes. Al ubicar la plaza, después de un rato de caminar sin ver gente, pregunto a un señor que me topo por la calle: disculpe, ¿sabe usted dónde es la casa donde murió Práxedis G. Guerrero?
-No sabría darle razón, me responde. Le insisto comentándole sobre una placa que debe estar en el lugar donde cayó, a lo que el señor me responde con una pregunta-afirmación:
-¿Usted está buscando la placa del periodista, verdad? Ahí la tiene en frente (apuntando con la mano), es esa casa, pero la placa ya no está, se la llevó el presidente municipal (me da el nombre pero no lo memorizo) hace ya rato de eso y ya no la regresó; estaba exactamente encima de una entrada que estaba exactamente ahí, pero ya tiraron esa parte.
-¿Usted está buscando la placa del periodista, verdad? Ahí la tiene en frente (apuntando con la mano), es esa casa, pero la placa ya no está, se la llevó el presidente municipal (me da el nombre pero no lo memorizo) hace ya rato de eso y ya no la regresó; estaba exactamente encima de una entrada que estaba exactamente ahí, pero ya tiraron esa parte.
Logro ver que, en efecto, a la vieja casa le falta una parte; sus gruesas paredes de adobe marcan el trazo ausente, las vigas apolilladas apenas si sostienen el techo y las paredes se mantienen de pie maltratadas y mal encaladas, apoyadas en una base de piedra color rojizo que llega a unos 80 cm de altura. Es una casa abandonada que tiene más de 110 años y sus gruesas paredes con pequeñas ventanas y puertas nos dan cuenta de lo que era vivir a principios del siglo XX en una tierra que recibió incursiones apaches todavía a finales de 1880 al mando del Indio Ju, sin contar los apaches broncos cuya presencia se mantuvo todavía unas décadas más.
El señor no se mueve de la calle, me mira con curiosidad, se quita el sombrero y sin ninguna prisa me observa mientras miro. Me pregunta: -¿Usted es historiador? yo conozco al historiador de esta región, él se sabe la historia oficial de todo esto, pero yo me sé la que no es oficial (sonríe). ¿Y cuál es esa?, le pregunto con curiosidad y él me responde:
Al periodista, lo mataron porque escribió sobre toda la corrupción que se traían los enviados de la Corona que quisieron controlar toda esta región, de cómo se apropiaron de las tierras. Y vea, esa gente echó "raiz" son los mismos terratenientes, ¿sí ve?, esa es la iglesia vieja, construída en 1848 (sic), ya la dejaron pelona, fue el mismo presidente municipal. Por eso se llevaron la placa del periodista, para que no sea un mal ejemplo y se repita la historia de que les ventilen como es que hacen sus tranzas.
Al periodista, lo mataron porque escribió sobre toda la corrupción que se traían los enviados de la Corona que quisieron controlar toda esta región, de cómo se apropiaron de las tierras. Y vea, esa gente echó "raiz" son los mismos terratenientes, ¿sí ve?, esa es la iglesia vieja, construída en 1848 (sic), ya la dejaron pelona, fue el mismo presidente municipal. Por eso se llevaron la placa del periodista, para que no sea un mal ejemplo y se repita la historia de que les ventilen como es que hacen sus tranzas.
Luego continuó con una serie de elogios a López Obrador, el huachicol, de que lo van a matar como a Colosio, etc. Después de hablar un rato, se pone el sombrero y se despide: -lo dejo amigo, que tenga buena tarde. No nos presentamos, no fue importante, fue un encuentro un tanto familiar.
Práxedis G. Guerrrero no tuvo nada que ver con la Corona Española, la iglesia vieja (Misión de Nuestra Sra. de la Soledad) no es de 1848, sino de 1640, en tiempos de la Corona. Lo cierto es que para el caso las fechas son lo de menos, cuando el mensaje es el mismo.
El bronce de las campanas de La Misión y el de la placa de Praxedis G. Guerrero, se perdieron con el tiempo (un tiempo de caciques que nunca se ha ido) , pero la historia a destiempo de un janero nos las trae a la memoria. Escribo a falta de bronce.
El bronce de las campanas de La Misión y el de la placa de Praxedis G. Guerrero, se perdieron con el tiempo (un tiempo de caciques que nunca se ha ido) , pero la historia a destiempo de un janero nos las trae a la memoria. Escribo a falta de bronce.
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