Las internas siguen debilitando a un oficialismo muy frágil. Luego de las sucesivas derrotas parlamentarias y de los escándalos de Arrieta y Paoltroni, Milei recibirá este viernes a los jefes de bloque aliados en Casa Rosada. La idea fue sugerencia de Macri para limar asperezas y negociar el realineamiento del PRO con el gobierno de cara a lo que viene en el Congreso. Apenas una tregua, en medio de una crisis que llegó para quedarse y que amenaza con mayor inestabilidad.
Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Jueves 29 de agosto 21:03
Las tres derrotas de la semana pasada en el Congreso de la Nación, y los escándalos que terminaron en la renuncia/expulsión de la diputada Arrieta y del senador Paoltroni encendieron las alarmas en la mesa chica del gobierno. En el barro de la rosca, el gobierno deja expuesto ante la vista de todos su enorme debilidad de origen y la fragilidad de un armado atado con alambre, con más de una línea interna y sin los patitos en fila.
La interna libertaria sigue dejando heridos y amenaza agregar mayor inestabilidad, en medio de una crisis que llegó para quedarse y una situación social que empeora día a día y que no muestra ni un solo índice que respalde el optimismo infundado típico de los que creen que se las saben todas.
En ese contexto, Milei se reunió con Macri este martes en Olivos y, entre otras cosas, aceptó la sugerencia del expresidente para realizar una reunión con los jefes de los bloques parlamentarios aliados. La idea es, por un lado, desescalar la tensión que generó la votación de la enorme mayoría de los legisladores del PRO en contra del oficialismo, que terminó aislado y derrotado por paliza en la cuestión de los fondos reservados de la SIDE, las jubilaciones y el financiamiento universitario. Por el otro, el objetivo es negociar condiciones para el realineamiento del macrismo en el parlamento, algo fundamental si Milei quiere lograr que no le volteen el veto al aumento de los haberes jubilatorios, que va a ser publicado en los próximos días.
Con esos objetivos, el presidente recibirá este viernes a los jefes de bloque Gabriel Bornoroni (La Libertad Avanza), Cristian Ritondo (PRO) y a Oscar Zago (Movimiento de Integración y Desarrollo), quien también fue uno de los "renunciados" de las filas de La Libertad Avanza allá por el mes de abril.
¿Y Villarruel?
Por si las derrotas y los escándalos con las denuncias realizadas por Arrieta (contra Martín Menem, Benedit y otros legisladores por la visita a genocidas) y por Paoltroni (contra Caputo por el pliego del juez Lijo para integrar la Corte Suprema) no fueran suficientes para la crisis del oficialismo, también hay que sumar el rol cada vez más diferenciado de la vicepresidenta.
Luego de usar el Senado como tribuna para hacer lobby en su cruzada por la impunidad de los genocidas y anunciar la reapertura de causas contra militantes setentistas, desafiando las afirmaciones de Milei de que esa "no era su agenda" y metiéndose en temas que no son atribuciones del Poder Ejecutivo, Villarruel se mostró en contra de la expulsión de Paoltroni del bloque de senadores de La Libertad Avanza. Su postura no sorprende: ya había compartido públicamente su posición en contra de la designación de Lijo que impulsan Milei y Caputo, y que fue el tema que terminó forzando la expulsión del senador formoseño.
Por eso, desde su despacho respondieron que el pedido de expulsión que le acercaron a través de una carta "es improcedente", ya que no está contemplado en sus funciones como titular de la Cámara la conformación de los bloques y mucho menos las exclusiones. Por eso la rechazó y pidió un nuevo texto, en donde quedara claro que la decisión no tenía nada que ver con ella sino que era una decisión de quienes encabezan el bloque libertario.
Villarruel demuestra cada día que pasa que tiene juego propio, que se niega a quedar relegada a solamente presidir las sesiones de la Cámara Alta y que aprovecha su alto perfil para desplegar su agenda derechista y justificadora de los crímenes más atroces que cometieron los genocidas durante la dictadura. Conoce, quizá mejor que muchos, la debilidad del oficialismo y coquetea con distintos sectores del PJ que buscan acercarse a ella como forma de oradar a Milei y también buscando escribir una nueva melodía en el peronismo. La guerra de declaraciones cruzadas entre Cristina Kirchner y Mayans están ahí como prueba de que ahí también se libra otra batalla, ante la ausencia de un liderazgo claro y la experiencia fresca del desastrozo gobierno del Frente de Todos.
La inestabilidad llegó para quedarse, en medio de una crisis social, política y económica que hunde en la pobreza cada vez a mayores franjas de la población y que es la base material de la enorme crisis que atraviesan todos los grandes partidos políticos tradicionales. El gobierno, a pesar de presentarse como algo novedoso, se desgasta rápidamente en el lodo del ajuste y el ataque a trabajadores y jubildos, la rosca y los privilegios de casta que sostiene a pesar de su discurso.
En medio de esa situación intentará, a través de su alianza con el PRO fundamentalmente, encontrar un poco de aire para lo que viene y pensar en proyectos como el Presupuesto que deberá presentar en las próximas semanas para el año 2025. Pero el intento por poner los patitos en fila tiene mucho de ilusión descolgada de una realidad que marca que las turbulencias de las últimas semanas están lejos de ser apenas una excepción.