Tras el fin de la negociación colectiva y ante la propuesta de la empresa, el sindicato anunció que iría a huelga. La empresa pidió los buenos oficios, pero no fue más que una maniobra.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Miércoles 8 de febrero de 2017
La empresa: una oferta con intereses políticos
La empresa con lo que ofrecía buscaba dos objetivos: 1) aumentar la explotación, 2) dividir a los trabajadores.
Lo primero, de dos maneras: La primera, según explica Carlos Allendes dirigente del sindicato, desconociendo los derechos adquiridos, que significaría la reducción de entre $150 mil a $200 mil mensuales. La segunda extendiendo la jornada laboral, al contabilizar el tiempo de trabajo como tiempo de descanso.
Lo segundo, al pretender que todos los trabajadores nuevos no puedan recibir los beneficios del contrato colectivo. Así, dividen entre trabajadores de primera y de segunda.
Más que una razón económica, la empresa tenía un propósito político: debilitar la fuerza de los trabajadores, arrodillándolos y dividiéndolos. Por su parte, los trabajadores, no se dejaron engañar, ni comprar por migajas. Decidieron ir a la huelga, tanto contra la pérdida de ingresos, como, en especial, contra la división que pretendía imponer la empresa.
La empresa: los buenos oficios como maniobra anti-sindical
En los buenos oficios, que comenzaron el sábado, la empresa no llegó con ninguna propuesta distinta a la ofrecida durante la negociación colectiva. Fue solo, entonces, una maniobra para retrasar el inicio de la huelga.
Los trabajadores reafirmaron su decisión. Están preparados. Con un fondo de huelga listo desde la anterior negociación. Con la unidad, manifestada y una votación favorable a la huelga del 99%. Con el orgullo, y la responsabilidad, de la anterior huelga de un mes el 2006. Con el apoyo de otras organizaciones, como el Frente de Trabajadores Mineros, incluso una declaración de apoyo de la Federación Minera de Chile. Se habla incluso de recurrir a un paro regional.
