×
×
Red Internacional

Se Tenía Que Decir. Tratamiento con plasma del covid-19: qué se sabe y quiénes podrían recibirlo

En la sección de ciencia de Se Tenía Que Decir, Rosario Escobar cuenta sobre este tratamiento que aún es experimental y cuyos efectos, a pesar de la difusión mediática, todavía no han sido comprobados científicamente.

Lunes 29 de junio de 2020 | Edición del día
YouTube

En la última semana vimos el alta de Martín Insaurralde, internado por Covid-19, quien recibió un tratamiento con plasma de pacientes recuperados muy tempranamente. También los casos de Marcelina Chara, joven qom y el de Julio Fabián, trabajador informal del conurbano, quienes recibieron el mismo tratamiento al cual se le atribuyó efectos positivos.

En contraste, se viralizó el video de Oscar Gómez, paciente con Covid-19 en estado grave, denunciando que “no es para nosotros, es para otro tipo de gente. Guardan y usan el plasma para políticos y ricos". Esta denuncia abre una discusión sobre los recursos del sistema de Salud frente a la pandemia, su producción y distribución.

A la vez, plantea un alerta ante un tratamiento cuya utilización es todavía experimental y cuyos efectos, a pesar del furor mediático, todavía no han sido comprobados científicamente.

¿En qué consiste este tratamiento?

Para hablar del tratamiento con plasma, primero tendrìamos que contarle a quienes nos estàn viendo qué es el plasma. El plasma es la porción líquida de la sangre, lo que queda luego de remover los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y todo el resto de las células de la sangre. Contiene muchos componentes como proteínas, grasas, vitaminas, hormonas y sales. Cuando una persona tiene una infección, su organismo reacciona creando anticuerpos para defenderse. Estos anticuerpos quedan almacenados durante mucho tiempo, incluso años, una vez que la persona se recupera. De hecho, los tests serológicos utilizados para detectar el coronavirus y otras enfermedades se basan, en realidad, en la detección de estos anticuerpos producidos por el organismo para combatir al virus. Las personas recuperadas de una infección por COVID-19 tienen muchos anticuerpos en el plasma, en este caso denominado ‘plasma convaleciente’”. La aplicación de plasma convaleciente es una tecnología antigua. El tratamiento consistiría entonces en la utilización de ese plasma con anticuerpos, en pacientes infectados con Covid, de modo de aliviar los efectos de la enfermedad. Si bien este tipo de terapia ha dado buenos resultados para el tratamiento de otros virus como el de la Fiebre Hemorrágica Argentina, el Ébola o la gripe H1N1, la respuesta varía dependiendo del virus en cuestión.

¿Cuál es la diferencia con el plasma convaleciente de recuperados por covid-19?

Hay que decir que todo esto está en etapa experimental todavía, hay que avanzar en la investigaciòn. Por ejemplo, es necesario conocer la concentración de anticuerpos en el plasma de pacientes recuperados e identificar anticuerpos específicos, por ejemplo, aquellos que impidan la entrada del virus al pulmón (anticuerpos neutralizantes). Además tiene ciertos riesgos, ya que junto con anticuerpos el paciente recibe otros componentes, lo que es una desventaja desde el punto de vista de la seguridad biológica. Sin embargo, el plasma puede procesarse para extraer un concentrado de anticuerpos, conocido como gammaglobulina, con una aplicación terapéutica similar. Actualmente, solo el Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba tiene la capacidad de producir gammaglobulina.

¿Bajo qué criterios se decide a quién aplicarle plasma y a quién no?

Cada clínica tiene un protocolo de aplicación de plasma en función de la prescripción médica, es decir, los médicos en acuerdo con ese protocolo deciden en función de cada caso en particular. La extracción del plasma convaleciente también se realiza según un protocolo específico de COVID-19 que incluye un par de hisopados negativos, y aún así, no todos los convalecientes están en condiciones de donarlo (solo alrededor de un 20% de los recuperados). En ese proceso, se extrae solo el plasma del paciente, de manera tal que un donante de plasma puede volver a donar en lapsos aproximados de una semana y hasta tres veces. Cabe resaltar que la donación de plasma convaleciente es realizada por pacientes recuperados de COVID-19 de manera voluntaria. Esto plantea el imperativo de difundir fuertemente la necesidad de donantes de plasma convaleciente. El protocolo de extracción actualmente rige en ocho provincias y de allí el interés para que quienes se recuperaron se comuniquen con la línea gratuita de cada Ministerio provincial para donar. También hace unos días se trató un proyecto de creación del Programa Nacional para la Donación de Plasma Sanguíneo de pacientes recuperados de coronavirus, que el miércoles había obtenido dictamen favorable. aplicó de forma rápida y no fue así en otros casos? ¿Fue este un caso de “aplicación compasiva”? Anteayer por ejemplo saliò la noticia de que en provincia de Buenos Aires las autoridades encargadas de obtener y asignar el plasma crearon un protocolo en donde se restringía la aplicacion de plasma en pacientes en estado critico, con falla multiorgànica en quienes aparentemente el plasma no surte ninguna mejorìa. Lo mismo con pacientes con cuadros leves. En caba por ejemplo rigen tres protocolos diferentes.

¿Què conclusiones podemos sacar sobre la denuncia de Oscar? ¿Cómo se podrìa democratizar el acceso a ese tratamiento? La polémica denuncia de Óscar, pone de manifiesto la necesidad urgente de que las autoridades sanitarias clarifiquen públicamente cuáles son los criterios para la aplicación de plasma entre los positivos de Covid-19: ¿En qué consiste el protocolo para tratar con plasma a pacientes?

Bueno, para empezar, más allá de las incertezas sobre la efectividad del tratamiento, la denuncia de Oscar alumbra una desconfianza necesaria sobre un sistema de Salud mercantilizado. Se plantea tambièn una situaciòn muy parecida a la de los tests y otros insumos sanitarios necesarios. Es necesario que el Sistema de Salud cuente con los recursos necesarios y que su acceso y distribución no queden librado a criterios de mercado según la clase social. No puede suceder que los desarrollos de las universidades nacionales se los queden las empresas, con las patentes y con las ganancias de la producciòn. El acceso a la salud es una pelea de todxs les trabajadores y sectores populares, y esta no es la excepción. Por eso, se hace urgente el planteo del Frente de Izquierda Unidad, de unificación y centralización de todo el sistema público y privado de salud, para que su acceso sea verdaderamente universal, y la declaración de utilidad pública de los laboratorios medicinales y fábricas de elementos sanitarios.






Comentarios

DEJAR COMENTARIO


Destacados del día

Últimas noticias