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Red Internacional
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Tucumán. Tres semanas de piquetes limoneros: un nuevo despertar en la clase obrera tucumana

La lucha de las y los cosecheros del limón, puso durante tres semanas en escena la lucha de clases con métodos nuevos y cortes de ruta simultáneos en toda la provincia. Marcó el despertar del sector productivo más precarizado y central en el esquema económico de la provincia. Lecciones para el futuro.

Jueves 13 de mayo de 2021 10:15

Autoconvocados no es un invento tucumano pero encontró en la provincia un terreno de desarrollo muy importante: en casi todos los sindicatos, sean estatales, de industria o servicios, hay grupos de autoconvocados, sindicatos que se autodenominan autoconvocados, listas de autoconvocados. Todo aquel que sea opositor a la podrida burocracia sindical oficial, se identifica así.

En el caso de la UATRE, se desarrolló con más fuerza y firmeza. Cientos de trabajadores y trabajadoras de la cosecha del limón, se organizaron contra la burocracia sindical de Remache Ferreyra y salieron a reclamar la reapertura de las paritarias, que dejó el jornal en $1350, de bolsillo, valor miserable que como se denunció estas semanas ni siquiera está garantizado. En simultáneo decenas de piquetes se desarrollaron en toda la provincia, marcando un nuevo punto de organización y coordinación. El eco fue inmediato, el citrus nuclea a cerca de 35.000 trabajadores de manera directa en la provincia, una fuerza enorme.

Después de tres semanas de cortes de ruta, se resolvió levantar los piquetes para evitar el desgaste. La tarea ahora es fortalecer la coordinación y la organización mientras se resuelven nuevas medidas de lucha.

La lucha de las y los cosecheros del limón

La lucha de la “Coordinación de trabajadores autoconvocados del citrus”, que cortó las rutas del interior provincial, desde Burruyacú en el norte hasta El Molino en el sur pasando por 15 localidades como Santa Lucía, Famaillá, Taruca, Concepción o Macomita. Durante tres semanas se ganó el apoyo de amplios sectores de la población que conocen las condiciones terribles del trabajo en el campo. Se enfrentó a poderosos enemigos y adversarios, el frente cerrado entre patronales, gobierno y burocracia sindical se puso de manifiesto a lo largo de todo el conflicto. Operativos represivos en el norte y en el sur, detenciones ilegales por parte de la policía provincial de Manzur y amenazas de la burocracia al activismo.

Esta lucha que ganó repercusión nacional llevó a los empresarios a amenazar con lock-out, cierre por diez días, para doblegar con el hambre a las familias. El principio de ejemplo de unidad entre cosecheros y trabajadores de fábrica y empaque en la citrícola San Miguel de Famaillá fue un enorme recordatorio de que los “piquetes de convencimiento” pueden ganar la voluntad de otros sectores obreros y que en la unidad está la fuerza para vencer. De haberse desarrollado este ejemplo en Citromax o Citrusvil estaríamos hablando de poner en jaque a las patronales exportadoras y millonarias que concentran la industria nacional de limón y derivados. En medio del conflicto, la noticia de la apertura de exportaciones a la UE, fue un nuevo negocio redondo para las patronales.

Durante las tres semanas, el secretario General de la UATRE salió públicamente en montones de reuniones con Juan Manzur. El gobierno insistió en hablar de un conflicto de intereses dentro de la propia UATRE, una “interna sindical”, incluso hubo quien desde el sindicato señaló a Osvaldo Jaldo como el organizador de la movida. Nada más lejos de la realidad, mientras los trabajadores reclamaban salario y el conjunto de los ministros del PJ, manzuristas y jaldistas por igual, se negaron a recibir a los autoconvocados diciendo que “estaba sitiada Tucumán” llamando a la represión. El Frente de Todos se mantuvo firme contra el reclamo, en las redes sociales circulan muchas denuncias de las promesas “que no fueron” del gobierno.

La UATRE sin pruritos salió a pedir el desalojo de los cortes junto con los empresarios de ACNOA. Actuaron como una fuerza de las patronales, en sus dos versiones, un ala pidiendo a gritos el desalojo de los piquetes, y el sector de Germán Ferrari (segundo del sindicato), diciendo que estaba abierto al diálogo se dedicó a dar promesas infructuosas y ni siquiera se declaró en contra las detenciones, o sea otra variante de lo mismo. Esta experiencia debe servir como una importante lección para los trabajadores rurales, frente a la lucha la burocracia actúa de distintas formas dentro de las filas del movimiento obrero que levanta cabeza; disciplinando y buscando cooptar. La única forma de enfrentar esto es profundizando la organización democrática, basada en Asambleas que cohesionan y la fuerza del movimiento para enfrentar todas las maniobras.

Desarrollar con todo la organización democrática desde abajo

Decimos que esta lucha marcó un nuevo momento en el despertar del movimiento obrero tucumano, porque demostró un núcleo de obreros y obreras decididos a ir por todo. Una lucha dura, de la cual hay que sacar las mejores conclusiones, para realmente superar a la burocracia traidora de UATRE y el pacto ajustador del gobierno y los empresarios.

La burocracia de Remache Ferreyra sale debilitada de este conflicto. Cuestionada por los miles que vieron el rol traidor que jugó estas semanas. El Secretario General de la UATRE nacional, José Voytenco, fue llamado para intervenir, lógicamente no para resolver el problema salarial, sino para ponerle fin al conflicto. Todas las alas de la burocracia responden a los intereses empresarios. La perspectiva de recuperar el sindicato gana fuerza entre los trabajadores y trabajadoras que vieron por miles como sus propias organizaciones se les iban en contra.

La Coordinación de Autoconvocados del Citrus, que fue el espacio de organización e información de cientos en todo el conflicto, puede volverse una poderosa arma para en perspectiva recuperar el sindicato y en lo inmediato reagrupar fuerzas para los próximos combates. Se abre un desafío profundo, mostrar que la forma de organización es opuesta a la burocracia sindical, asambleas por localidad y puesta en pie de un comité de las/los delegados por localidad, que sean electos por la base y revocables. Hay que tomar los mejores ejemplos de la lucha de todo el país, los trabajadores de la salud de Neuquén por ejemplo se organizan en un espacio que se llama “Asamblea Interhospitalaria”, donde todo se debate y se vota, esa cohesión fue lo que les permitió arrancarle al gobierno el aumento salarial. De esa escuela de democracia sindical tenemos que aprender.

Si hay algo que también dejó en claro esta primera batalla, es que necesitamos espacios democráticos permanentes. Hay organizaciones, como la que representa Dalinda Sánchez, que no apoyan las Asambleas, prefieren las reuniones de rosca sin control de nadie, con el ferrarismo. La clave es poner en pie espacios democráticos, donde se discutan las distintas propuestas y se salga con una idea común.

Esto ya comenzó a discutirse en varias localidades, es por lo que peleamos desde el MAC (Movimiento de Agrupaciones Clasistas) y nuestra corriente de compañeros de la agrupación de cosecha y empaque. Poner en pie espacios verdaderamente representativos y democráticos de todos y todas las que formaron parte de la lucha y quieren dar vuelta la realidad de los limoneros. A esta política de unidad y combativa llamamos a todas las organizaciones y trabajadoras y trabajadores que están en la lucha y no están dispuestos a bajar los brazos frente a lo que parece una temporada que solo dejará miseria para las familias del citrus.

El nuevo momento

La ambición de este grupo de obreros y obreras que comenzaron a cortar rutas y organizarse por primera vez es de lo más alentador para las peleas que están por venir. En primer lugar, pelear contra el gobierno y su línea represiva, este fin de semana distintos organismos de derechos humanos realizarán una primera reunión de apoyo con cosecheros para enfrentar la ofensiva represiva y contra la persecución. Es muy importante sumarnos y ser muchos.

En segundo lugar, las Asambleas por localidad y la elección de delegados/as tiene que ser para votar nuevas medidas, acordes al nuevo momento del conflicto. Las fuerzas están y los debates que recorren fincas y grupos de WhatsApp hay que volverlas nuevas definiciones para la lucha, nuevos pasos para fortalecer el reclamo. En Tucumán y en todo el país, comenzando por los elefantes de la salud de Neuquén y siguiendo por los autoconvocados vitivinícolas de Mendoza y Salta, hasta la lucha del citrus, hay una resistencia al ajuste que se pone de pie y que hay que desarrollar y coordinar.

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