Un tribunal de segunda instancia determinó este miércoles que el expresidente brasileño Michel Temer vuelva a ingresar a prisión, donde pasó cuatro días encarcelado el pasado mes de marzo por sospechas de corrupción.
Jueves 9 de mayo de 2019 09:54
El Tribunal Regional de la Segunda Región (TRF-2) de Río de Janeiro determinó por 2 votos a 1 el regreso a prisión de Temer, quien ya había sido arrestado el pasado 21 de marzo por orden del juez de primera instancia Marcelo Bretas.
Sin embargo, uno de los jueces del TRF-2 le concedió al exmandatario, de 78 años, un hábeas corpus antes de que la decisión fuera analizada por el órgano colegiado, que este miércoles tomó su decisión.
El tribunal también determinó el reingreso en la cárcel del coronel de la reserva Joao Baptista Lima Filho, amigo personal del expresidente y apuntado como principal testaferro de la trama corrupta que lideró Temer, según sostiene la Fiscalía brasileña.
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El golpista Temer, que había llegado al poder tras el golpe institucional contra Dilma Rousseff, le entregó la presidencia a al ultraderechista Jair Bolsonaro el primero de enero de este año. Desde el día que dejó el poder se especulaba con su posible detención por la acumulación de casos de corrupción que pesaban sobre su figura. Finalmente fue arrestado en marzo después de que la Fiscalía le acusara de beneficiarse de sobornos pagados por diferentes empresas y de ser el principal líder de una organización criminal que desvió cerca de 500 millones de dólares de recursos públicos durante 40 años.
El blindaje que recibió Temer durante su presidencia a pesar de los escándalos y las denuncias que acumulaba tenía por objetivo darle estabilidad judicial a un Gobierno impopular que debía pasar distintos ataques como las reformas laboral y previsional. A pesar de ese blindaje, Temer no pudo cumplir todo su plan y Bolsonaro se convirtió en el candidato favorito del estáblishment para llevarlo adelante.
Desde el día que dejó el poder Temer quedó a disposición de la justicia y es utilizado convenientemente por la corporación judicial para hacer pesar su fuerza dentro de la coalición gobernante. El primer encarcelamiento se dio en medio de la discusión sobre la forma en la que se podría pasar la reforma previsional, que tanto podía ser por medio de las coimas millonarias en el congreso como con la extorsión de la prisión para los "díscolos". Este segundo pedido de encarcelamiento llega justo en medio de una crisis para Bolsonaro en la que se enfrentan los miembros de su círculo intimo y su gurú ideológico, Olavo de Carvalho, contra la cúpula de los militares, que tienen un fuerte peso en el Gobierno. Esta pelea llegó a los insultos públicos en los últimos días y se combinó con la extorsión de Bolsonaro que recortó de forma brutal los presupuestos de Educación, medio ambiente y salud, con la excusa de que si no se vota la reforma previsional no hay dinero para el resto de las áreas.
Esta ataque ya generó el rechazo inmediato de la comunidad educativa que comenzó con asambleas y marchas en todo el país mientras prepara un paro nacional para el 15 de mayo.
Temer aparece en este escenario como una distracción de la situación nacional y una llamada de atención sobre el poder que aún mantiene la corporación judicial (y que acuñó durante años de golpismo y luego con el encarcelamiento de Lula), frente a las contradicciones que suma la coalición gobernante y los ataques que tiene que pasar el Gobierno.
El abogado defensor de Temer aseguró que el expresidente se presentará probablemente este jueves ante las autoridades, para evitar la "humillación a la que fue sometido" cuando fue detenido en una vía pública de Sao Paulo el pasado marzo para después ser transferido a la sede de la Policía Federal en Río de Janeiro.
Temer y la cúpula de su partido, el MDB, están ligados a lo más corrupto de la política nacional, su prisión es parte de la operación Lava Jato.
Esta operación tiene, desde que era comandada por el juez Sérgio Moro, actual ministro de Justicia de Bolsonaro, lazos directos con el departamento de Justicia de Estados Unidos y un objetivo claro de jugar a favor de las multinacionales extranjeras (especialmente estadounidenses) para que se queden son los recursos locales (que incluye hidrocarburos e infraestructura). Esta operación no tiene nada que ver con el "combate a la impunidad y a la corrupción": busca sólo sustituir un esquema de corrupción por otro más servil a las potencias extranjeras. Fue parte fundamental del golpe institucional, que abrió el camino para el triunfo de Bolsonaro, manteniendo a Lula preso.