Con pocos días de diferencia, la Justicia liberó a los ocho imputados por desaparecer y asesinar a Paula Perassi, amenazó con querellar al padre de la sanlorencina secuestrada, apretó a abogado y a familiares del joven asesinado Gerardo Escobar y redujo penas en el Triple Crimen de Villa Moreno. (In)justicia al servicio de los poderosos, al palo.
Octavio Crivaro @OctavioCrivaro
Martes 1ro de septiembre de 2015
Fotografía:Laura/LID Rosario
El lunes a la mañana, en las escalinatas de los Tribunales se mezclaron sensaciones. Una cauta satisfacción, por un lado, y mucha bronca y vergüenza, por el otro. Satisfacción cauta, porque la gran movilización que reclamó Justicia por Gerardo Escobar, logró torcer la intencionada labor de la Fiscalía, que finalmente tuvo que detener a cinco policías y patovicas, a pesar de que intentó instalar previamente que el cuerpo de Pichón no presentaba golpes, que el joven trabajador se había tirado al río y otras barbaridades para encubrir al boliche La Tienda y a su personal de Seguridad. Eso sí, a pesar de las justas detenciones el procesamiento es solamente por homicidio simple, cuando debería ser agravado, por tratarse de miembros de la fuerza de seguridad.
Vergüenza y bronca, porque a pesar de haberse logrado la detención de los asesinos, diversas organizaciones de DDHH y políticas acompañaron la presentación de un hábeas corpus, por el (no tan) sutil apriete que recibió uno de los abogados que asesora a la familia Escobar, Salvador Vera, quien fue intimado dos veces a declarar, con una citación nula de toda seriedad, ya que ni siquiera hacía mención a la causa en la que debería prestar declaración testimonial. Lo mismo vivieron la hermana y la prima de Gerardo. Aprietes al servicio del encubrimiento. La Justicia, una institución oscura, se solidariza con otra institución podrida: la Policía santafesina.
Triple caradurez
Más vergüenza y más bronca, porque en ese mismo momento, la Cámara Penal redujo las condenas de tres de los condenados por asesinar a Adrián Rodríguez, Jeremías Trasante y Claudio Suárez, conocidos como Patóm, Jere y Mono, y directamente liberó a uno de los principales responsables del fusilamiento de estos tres jóvenes militantes del M-26 y del Frente Popular Darío Santillán. La misma Justicia que regaló condenas bajísimas en un oprobioso juicio abreviado que benefició a la banda de Los Monos, ahora “mimó” a los narcos y barrabravas que mataron a tres militantes populares. A poco de empezar el juicio a los policías involucrados en este Triple Crimen, la Justicia parece señalar la camiseta del equipo en el que pretende jugar...
¿A quién cubre la casta judicial?
El viernes una importante movilización, motorizada por el dolor y la bronca más profunda, copó las calles de la ciudad de San Lorenzo. Todos los que fueron (los que fuimos) dejamos bien en claro el repudio al fallo lamentable que liberó a 8 personas que participaron en el secuestro, la desaparición y el asesinato de Paula.
Pero, además, fue una marcha para apoyar, para rodear a Alberto Perassi, quien no solamente tuvo que encabezar cuatro años de lucha y padecer cuatro años de impunidad, sino que además fue amenazado por el juez Prunotto Laborde de ser querellado. Prunotto Laborde, valga la dolorosa ironía, tan repugnante como previsible, fue uno de los que redujo las condenas ayer en el Triple Crimen. Libera a los asesinos de los pibes de Villa Moreno, libera a los secuestradores de Paula, mientras amenaza a Alberto Perassi y goza el prestigio y el sueldo de ser Su Señoría.
Este juez, miembro de esa casta cuasi monárquica que llaman “la Justicia”, no soportó que Alberto dijera algo que piensa el 100% de los que conocen el caso Perassi: que para construir la impunidad, pesaron la billetera y la política. Prunotto se indignó y amenazó con querellar al padre de una joven de la que no se encuentran los restos, gracias a la actividad de una Justicia garante de esta situación lamentable.
En una provincia donde las bandas narco-criminales operan con paraguas estatal, y en un cordón industrial donde opera la mafia del juego ilegal, la mafia de la noche que asesinó a Any Rivero, los narcos, las redes de trata, el cereal clandestino entre otros rubros, Alberto Perassi marcha, camina y vive con chaleco antibalas y con custodia fija, las 24 horas.
El Estado trata como un criminal al padre al que le robaron y mataron a la hija, bajo los ojos de ese mismo Estado que, encima, lo amenaza con enjuiciar. Bienvenidos al país normal de Binner, bienvenidos a la Santa Fe socialista.
La impunidad es madre de más impunidad. Una salida para el pueblo trabajador
La actuación de la Justicia, errática, tardía y encubridora, en el caso Franco Casco, fue la medida de cada actuación lamentable cada vez que el Estado asesina y tapa, y un trabajador, un pobre o un joven, son víctimas. El brutal asesinato de Gerardo, la impunidad del asesinato de Jonatan Herrera, la falta de respuestas de la familia del joven desaparecido Flavio Alcaraz, ya es un sello de fábrica de una Justicia amiga de los poderosos y enemiga del pueblo trabajador.
El Estado y sus instituciones muestran rasgos de descomposición, de degradación crecientes, con un corolario asesino y sangriento. Por ello, ganar las calles ante cada caso de brutalidad policial y de impunidad estatal, es lo primero, lo fundamental. Pero para enfrentar de lleno este régimen de conjunto represivo, antidemocrático, decadente e impune, es necesario que el pueblo trabajador de conjunto, con las organizaciones de trabajadores y populares a la cabeza, imponga una salida progresiva.
Octavio Crivaro
Sociólogo, dirigente del PTS y candidato nacional por el Frente de Izquierda-Unidad en Santa Fe.