El Departamento de Estado estadounidense anunció este miércoles que incluyó a Cuba en su lista de países que "no cooperan completamente" con EE.UU. en la lucha antiterrorista.
Jueves 14 de mayo de 2020 01:18
A solo días de la fallida incursión mercenaria contra Venezuela, Estados Unidos anunció una medida que implica la prohibición de vender armas a la isla y que también afecta a Venezuela, Irán, Siria y Corea del Norte. "Este es el primer año desde 2015 que Cuba ha sido certificada como (país) que no coopera completamente" con Estados Unidos según lo establecido en la Ley de Control de Exportación de Armas estadounidense, explicó el Departamento de Estado en un comunicado.
La fecha hace referencia al Gobierno del entonces presidente Barack Obama, cuando retiró a la isla de su lista de estados patrocinadores del terrorismo, en el contexto del proceso de deshielo bilateral que terminó con la llegada de Trump.
En términos prácticos la medida no tiene mayor incidencia. Sobre la isla pesa un bloqueo económico desde 1962 que nunca se levantó y que causó pérdidas económicas fenomenales al país. Un bloqueo criminal que por períodos bien podría calificar de lesa humanidad impidiendo el ingreso de alimentos y medicinas. Hace sólo unas semanas, en medio de la pandemia de Covid-19, Estados Unidos frenó el ingreso de insumos médicos que Cuba había comprado a empresas europeas.
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La incidencia real que tiene el anuncio es otra. Llega en un momento de tensiones entre EE.UU. y Cuba, provocadas casi exclusivamente por Trump que mientras deja morir a decenas miles de personas con su negligente gestión del coronavirus, sigue en campaña electoral. Con esta provocación a Cuba, trata de captar los votos del electorado más de derecha como sectores del exilio cubano que le han pedido reiteradamente que volviera a incluirla en lista.
Hace varios meses que la Casa Blanca viene amenazando con la inclusión de Cuba como estado patrocinador del terrorismo, y aunque las autoridades no aclararon, el anuncio de este miércoles parece ser un paso más en ese camino.
La justificación del Departamento de Estado para afirmar que Cuba "no coopera completamente" con EE.UU. es que "Citando protocolos de negociación de paz, Cuba rechazó la petición de Colombia de extraditar a diez líderes del ELN que vivían en La Habana después de que el grupo reivindicara el ataque de 2019 contra una academia de policía en Bogotá, que mató a 22 personas e hirió a más de 60".
"Como EE.UU. mantiene una alianza de seguridad duradera con Colombia y comparte con ellos el importante objetivo antiterrorista de combatir a organizaciones como el ELN, la negativa de Cuba a negociar productivamente con el Gobierno colombiano demuestra que no cooperan con EE.UU. para apoyar a Colombia".
Un argumento abiertamente extorsionador que presiona al gobierno cubano para que entregue a quienes fueron a negociar la paz. Un argumento fuera de la ley, que viola los protocolos acordados por las partes para iniciar las negociaciones. Un argumento ilegítimo, que no resiste el menor análisis con solo ver las consecuencias de la “paz” acordada en 2016 con las ex FARC, que tiene cientos de ex miembros cobardemente ajusticiados en los últimos años.
La respuesta de La Habana
Por su parte, el Gobierno de Cuba rechazó la medida y denunció ser víctima del terrorismo organizado, financiado y ejecutado por Washington. "Cuba es víctima del terrorismo. Hay una larga historia de actos terroristas cometidos por el Gobierno de EE. UU. contra Cuba", expresó el director para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío.
El alto funcionario, responsable de las relaciones con EE.UU. en la Cancillería cubana, denunció "la complicidad de las autoridades estadounidenses con individuos y organizaciones que han organizado, financiado y ejecutado tales acciones desde territorio estadounidense". Esto en referencia a los cientos de ataques de la más diversa índole (secuestro de aeronaves, planes de asesinato a dirigentes, atentados con bomba, bombardeos) realizados (y en muchos casos hasta reivindicados) dentro y fuera de Cuba por grupos anticastristas financiados por la Casa Blanca desde la revolución.
El cinismo del Departamento de Estado y el Gobierno estadounidense no tiene límites. Acusan de terroristas a países con gobiernos que se le oponen políticamente, cuando Estados Unidos es un Estado que ha llevado la guerra y la destrucción hasta el último rincón del mundo. Un Estado que ha bombardeado poblaciones civiles, invadido territorios soberanos, depuesto gobiernos mediante golpes de estado, montado cárceles clandestinas donde se tortura a los prisioneros, realizado magnicidios impunes e ilegales, sin contar crímenes de guerra como en Vietnam o Hiroshima por nombrar los más conocidos.
El “exilio” se despachó a gusto
La prepotente medida del Departamento de Estado, nos permite dar una vueltita por las “organizaciones” más reaccionarias del exilio cubano. Más precisamente sellos que se dedican a hacer presión política para tensar lo más posible las relaciones con Cuba y atacarla sin tregua, a cambio de la financiación de la Casa Blanca y de miles de derechistas anticubanos radicados sobre todo en Florida. Veamos cómo se despacharon en apoyo al Departamento de Estado.
John Suárez, del Centro para una Cuba Libre señaló que la decisión del Departamento de Estado es un "paso en la dirección correcta" que pone "al régimen cubano en su lugar". Suárez agregó que "la dictadura en Cuba tiene una larga historia de patrocinio y compromiso con el terrorismo" y que la medida “envía al régimen el mensaje de que o mejora su conducta o se enfrentará a volver a la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, como le pasó a Corea del Norte en 2017".
La Asamblea de la Resistencia Cubana, también dio su respaldo a la decisión del Departamento de Estado al "poner en su lugar a una dictadura que de naturaleza es terrorista y que desde de sus comienzos siempre fue cómplice de terroristas y actos de terrorismo", según comunicó Orlando Gutiérrez Boronat, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano, organización que forma parte de la Asamblea.
"Apoyamos la certificación del Departamento de Estado incluyendo a la dictadura comunista de Cuba como cómplice del terrorismo internacional", expresó Ismael Hernández, de la Dirección Nacional del Movimiento 30 de Noviembre Frank País. Un insólito nombre, destaquemos de paso, para una organización que tiene como fin hacer retroceder más de 60 años a la sociedad cubana, cuando era prácticamente una colonia yanqui. Frank País es casi un prócer en Cuba habiendo sido con solo 23 años el máximo dirigente del Movimiento 26 de Julio de la ciudad de Santiago de Cuba y mártir de la lucha contra la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista.
Por último, pero no menos destacable, para Johnny López de la Cruz, presidente de la Brigada 2506, formada por participantes en la incursión mercenaria en Bahía Cochinos en abril de 1961 (rápidamente derrotada por las milicias revolucionarias), la vuelta a la lista es "tal como deber ser".
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