EE. UU.-México. Trump llama “animales, no humanos” a migrantes

El ultraderechista Trump no sólo llamó “animales” a los migrantes, sino que también afirmó: “Not one more American life should be lost to migrant crime” (“Ni una sola vida estadounidense más debería perderse a causa de la delincuencia migratoria”); incluso, dijo que “no tiene otra opción” que llevar adelante deportaciones masivas de migrantes irregulares una vez que sea elegido. Señala, que las actuales autoridades ignoran las solicitudes de detención por la “política santuario” de Biden, “ningún país puede sostener lo que ha hecho este hombre”.

Hay que decir, que su ataque hacia la raza e identidad se basa en falsedades sobre las personas que migran sin documentos, pues son justo las y los migrantes precarizados, en condiciones de semiesclavitud, sin derechos laborales, económicos y sociales, quienes sostienen e impulsan la economía estadounidense, son quienes, en busca de una mejor vida, llegan a trabajar, a luchar por el sostén diario y para mandar las remesas, que sirven para la supervivencia de las familias que dejan atrás, en sus países de origen. Según el jefe de la Reserva Federal (Fed) y la Oficina del Congreso sobre el presupuesto (CBO) de EE. UU., los inmigrantes sostienen el crecimiento económico, ya que representan el 18.1 % de la fuerza laboral del país y aportarán 7 billones de dólares al crecimiento económico en los próximos 10 años.

Estas declaraciones surgen al calor de la campaña electoral estadounidense cuya retórica antinmigrante, racista y criminalizante se ha intensificado, lo cual alienta a la violencia y por medidas punitivas contra migrantes, siendo la apuesta política de Trump para recuperar el poder. Su discurso se da apenas a una semana de la tragedia por el Derrumbe en Baltimore, ante el colapso del puente Francis Scott Key donde fallecieron, al menos, seis trabajadores migrantes que se dedicaban a la construcción, originarios de El Salvador, Honduras, México y Guatemala.

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Cabe señalar, que cuando Trump fue presidente, el gobierno mexicano, tanto con Peña Nieto como de AMLO, cedió a sus demandas quedando en evidencia su sometimiento ante el gobierno yanqui, ordenando la militarización de las fronteras con miles de elementos de la Guardia Nacional al norte y al sur del territorio nacional, impidiendo el paso de las caravanas migrantes que vienen de Centro y Sudamérica y El Caribe rumbo a EE. UU.; lo cual generó no sólo una especie de muro fronterizo con humanos y tecnología militar, sino que afectó a las personas en todo México, sobre todo a las mujeres y niños, con más violencia en nuestra contra por los crímenes cometidos bajo el amparo de la militarización como violaciones sexuales, feminicidios y desapariciones forzadas, por mencionar algunos. Hay que denunciar, con una política intervencionista, el 1 de abril el senado mexicano aprobó el adiestramiento de las fuerzas armadas por elementos del ejército estadounidense.

El Partido Demócrata no se queda atrás, ya que durante el mandato de Joe Biden se reforzaron las medidas restrictivas contra las y los migrantes con normativas como la prohibición de asilo a cualquier migrante que no lo haya pedido antes o el infame Título 42, manteniendo el rechazo y las deportaciones por miles al amparo de esta ley, pero también fomentando políticas intervencionistas a las que acuerda AMLO, que en realidad no resuelven los problemas de fondo, como son las crisis económicas y políticas de países como Haití, sino que sólo les lava la cara mandando miles de dólares y deslindándose, así, de sus propias responsabilidades.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo en una entrevista con 60 minutos de CBS News, que está dispuesto a frenar el flujo de migrantes que pasan por el país si el gobierno estadounidense atiende las “causas de fondo”, además, que EE. UU. debe ayudar con 20 mil millones de dólares al año a América Latina y El Caribe; al respecto, Donald Trump, candidato a las próximas elecciones en EE. UU. por el Partido Republicano, afirmó que AMLO “quiere 10 mil millones de dólares sólo para hablar” y que “eso no pasaría conmigo, con el muro”.

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Discursos de odio llevan a crímenes de odio

Hay que recordar que, este discurso de odio contra los migrantes que usa Trump, ya ha cobrado la vida de varios migrantes, como sucedió a pocos días del discurso antinmigrante del entonces racista y conservador presidente estadounidense en 2019, conel tiroteo de Walmart en El Paso, Texas, ciudad epicentro del racismo contra las y los migrantes, donde, al menos, 22 personas murieron y 26 resultaron heridas a pocos kilómetros de la frontera con México.

Es en Texas, con el antinmigrante republicano Greg Abboutt a la cabeza (quien lleva hasta las últimas consecuencias la idea de “cero tolerancia”) donde más recrudecida está la violencia contra las y los migrantes, que huyen de la violencia y la pobreza de sus países de origen y salen en busca del sueño americano, pasando por peligros inimaginables al cruce por los diferentes países, enfrentándose al tráfico de personas, al narcotráfico, al hambre y a la muerte, pero también a las medidas punitivas del gobierno texano enfrentando cargos criminales en su contra sólo por buscar mejorar sus condiciones de vida.

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Al respecto, fue el gobierno de Texas quien promovió una de las leyes más estrictas de ese país, la Ley SB4 (la cual ahondaremos en otro artículo) una política a claras luces antinmigrante, racista y xenófoba, promulgada en diciembre del 2023 por Greg Abbott, la cual convierte en delito estatal la entrada irregular a EE. UU., además permite que las autoridades locales arresten y expulsen migrantes. Ley que se encuentra bloqueada al momento, pero que enciende las alertas ante el discurso xenófobo de Donald Trump.

Una salida desde el socialismo

En esta nueva etapa de crisis, guerras y migraciones, que vivimos a nivel regional e internacional, con políticas antimigratorias impulsadas desde los gobiernos sometidos a los mandatos del imperialismo y el capital, las tendencias nacionalistas apuntan a intensificar el racismo y la xenofobia contra trabajadores internacionales y pueblos originarios. Por ello, las y los socialistas, que impulsamos la red internacional de La Izquierda Diario, reivindicamos nuestra postura de impulsar un fuerte movimiento desde la clase obrera y sus sindicatos, a ambos lados de la frontera, junto a la juventud y el movimiento de mujeres, con el campesinado e indígenas pobres, organizaciones democráticas y personas que se movilizan contra el racismo y la violencia policial, para exigir a los gobiernos de México, EE. UU. y Centroamérica, el libre tránsito y plenos derechos socioeconómicos, culturales y políticos para todas y todos nuestros hermanos que migran.