El presidente chino, Xi Jinping, recibió a Trump este miércoles con grandes y lujosas ceremonias, antes de pasar a los ásperos temas bilaterales que deberán tratar el jueves.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Miércoles 8 de noviembre de 2017 12:22
Alfombra roja, un té en la Ciudad Prohibida de Beijing (antiguo hogar de los emperadores), opera y celebraciones de lujo. Así recibió el presidente chino Xi Jinping a Donald y Melania Trump este miércoles, mostrando al mundo escenas de comodidad y confort entre ambos presidentes antes de abordar los temas espinosos de déficit comercial entre ambos países y la relación con Corea del Norte, que tendrán lugar este jueves.
Trump y su esposa Melania fueron llevados rápidamente hacia la Ciudad Prohibida desde el aeropuerto, donde fueron recibidos por el principal diplomático chino, Yang Jiechi, un responsable fundamental del acercamiento al líder republicano desde que ganó las elecciones hace un año.
Conversando mientras tomaban el té, Trump mostró a Xi un vídeo de su nieta, Arabella Kushner, cantando en mandarín y recitando poesía clásica china, lo que llevó a Xi a elogiarla y calificarla de merecedora de un sobresaliente, dijeron medios estatales chinos.
Xi dijo que esperaba que Arabella visitara China pronto, diciendo que ella ya era una "niña estrella" en el país asiático, dijo la agencia de noticias oficial Xinhua. Un vídeo de Arabella recitando un poema chino se hizo viral en las redes sociales chinas poco después de la victoria de Trump el año pasado.
Asimismo, y en contraste con las costumbres diplomáticas entre ambos países, Xi mismo ofreció un recorrido a los Trump por los tesoros imperiales de la Ciudad Prohibida, un sitio del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que clausuró el acceso a los turistas durante el día, antes de que las dos parejas presenciaran una ópera y una exhibición acrobática.
"¡Esto es impresionante!", dijo Trump tras del espectáculo, cuando él y Xi caminaban hacia la salida. "Estamos pasando un momento muy bueno".
Xi espera que las pompas con las que recibió a Trump se extiendan a lo largo de la visita, pero ya no en forma de celebraciones sino de una serie de acuerdos generales que no tengan un impacto real sobre la política que viene llevando adelante China, aunque los temas que deban discutir sean espinosos para la agenda de Trump.
El presidente chino tiene a su favor al menos dos elementos, que van en detrimento de cualquier intento de Trump por mantener una posición ofensiva. En primer lugar Xi Jinping viene de ser "coronado" en el último congreso del Partido Comunista Chino como un líder histórico, al nivel de Mao, lo que le da una fortaleza inusitada tanto al interior e China como hacia sus vecinos en la región (y el mundo). Esto se combina con que China ha venido apareciendo en Asia como una gran potencia estable y que también podría ser estabilizadora de la región, mientras que por el contrario Estados Unidos aparece como "impredecible y poco confiable".
Como señala Mira Rapp -Hooper en Foreign Affairs "las estrategias de Trump para China y Asia siguen siendo confusas debido a facciones rivales dentro de su administración (...) Xi, en consecuencia, tratará de manejar a Trump, dándole una bienvenida espléndida en China, pero pocas ganancias políticas que tengan importancia duradera, al tiempo que aprovecha una creciente percepción regional de que se está produciendo una transición de poder inexorable".
Trump por su parte llega a Beijing tras su visita por Corea del Sur desde donde lanzó un mensaje hacia China pidiendo que tenga una posición más confrontativa con Corea del Norte, al mismo tiempo que pidió aplicar las sanciones de la ONU que castigan las pruebas armamentísticas norcoreanas e instó a "abandonar el intercambio comercial" para ejercer más presión. Como parte de esas señales, en la víspera de la visita de Trump, el Senado de los Estados Unidos aprobó nuevas sanciones contra los bancos chinos que hacen negocios con Corea del Norte.
Durante la jornada del jueves, cuando la espuma de las celebraciones del primer día bajen y dejen los temas urticantes en primer plano, se verá si tienen más peso las "señales" erráticas de Trump o la "diplomacia" de Xi Jinping que estará rodeada de más símbolos que resultados.
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Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario