La administración estadounidense sigue presionando con los aranceles.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 21 de junio de 2018
“Desafortunadamente esas pláticas no pudieron llegar a una conclusión. El embajador (Robert) Lighthizer ha indicado públicamente que está optimista de que después de la elección presidencial mexicana, que creo será el 1 de julio de este año, estas pláticas puedan tomar fuerza de nuevo”, declaró Wilbur Ross, secretario de Comercio de Trump.
A su vez, afirmó que México y Canadá serían exceptuados de los aranceles globales de 25% al acero y 10% al aluminio importados por EEUU, cuando se firme la modernización del TLCAN.
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“Nuestro objetivo es tener un TLCAN revitalizado, un TLCAN que ayude a Estados Unidos y como parte de eso, la (aplicación) de la (Sección) 232 lógicamente sería eliminada tanto en lo que tiene que ver con Canadá y con México”, explicó el funcionario en su comparescencia ante el Comité de Finanzas del Senado estadounidense.
No obstante, incluso dentro del partido republicano hay críticas hacia la inflexibilidad de la administración Trump, porque consideran que puede haber consecuencias negativas para los negocios de las trasnacionales que operan en México y Canadá. Es el caso de Pat Toomey, un legislador republicano de Pensilvania, quien cuestionó la insistencia de Lighthizer en incluir una cláusula de caducidad de cinco años en el TLCAN.
“Estoy profundamente preocupado de que las mismas disposiciones que el representante comercial de Lighthizer está impulsando hagan que el TLCAN sea un acuerdo mucho menor. Sería debilitar el TLCAN. Una de ellas es tener una cláusula de suspensión”, afirmó el republicano.
Respecto a la postura del gobierno mexicano, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, señaló que México no consentirá presiones o amenazas por parte de EEUU para seguir adelante con la negociación del nuevo TLCAN.
Así continúan las tensiones económicas entre los gobiernos de América del Norte, que buscan la modernización del tratado, pero en términos de afianzar una nueva fase de saqueo de recursos y superexplotación de la clase trabajadora de la región.
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Con información de El Economista, Forbes y El Financiero
