El presidente estadounidense dijo que "los kurdos no son ángeles" y comparó al partido kurdo, PKK, con el Estado Islámico, justificando la retirada que dio vía libre al Ejército turco a invadir el norte de Siria.
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Jueves 17 de octubre de 2019 17:57
El presidente estadounidense, Donald Trump, a pesar de las profundas críticas de amigos y adversarios, ha defendido este miércoles nuevamente su polémica decisión de traer de vuelta a las tropas norteamericanas a casa. Según él, lo que sucede entre Siria y Turquía no le incumbe a Estados Unidos. “No es nuestro problema", dijo sin que le tiemble la garganta el presidente en rueda de prensa en la Casa Blanca, tras recibir al presidente de Italia, Sergio Mattarella, quién a su vez condenó de forma categórica la intervención turca en Siria.
Un periodista le preguntó al magnate si no lamentaba el desastre humanitario provocado por la retirada de las tropas y la puesta en libertad de los presos del Estado Islámico por lo bombardeos turcos. Trump reaccionó con molestia, negando haber dado “luz verde” al presidente turco, RecepTayyip Erdogan. Hice “justo lo contrario a una luz verde”; "la decisión del presidente Erdogan no me sorprendió porque él quería hacer eso hace mucho tiempo", dijo Trump a los periodistas. En ese mismo discurso resaltó la afirmación de que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) era un “problema mayor y una amenaza terrorista mayor que el Estado Islámico (EI)”.
El magnate declaró que los kurdos no son “unos ángeles” y saben cómo defenderse y luchar frente a la ofensiva lanzada por Turquía. Además, insistió en que para Estados Unidos es hora de irse "a casa”. “No tiene nada que ver con nosotros", dijo el presidente ignorando la geopolítica norteamericana y los problemas que causó desde la intervención en Irak y Afganistán a partir del 2001, diciendo de que tanto Siria como Turquía están a “7.000 millas” de distancia de Estados Unidos.
"Si Turquía entra en Siria, es algo entre Turquía y Siria. No es nuestro problema", zanjó Trump, pese a que su propia Administración ha condenado la intervención turca en Siria, razón esta última por la que el vicepresidente, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, viajan este miércoles a Turquía para tratar de presionar a Ankara.
Fue el propio Donald Trump quien, un día antes, el martes, declaró que su jefe de la diplomacia y su número dos buscaban “un alto el fuego” en el conflicto causado en la zona con el anuncio de la salida de EE. UU. Trump aseguró entonces que “Mike se está preparando para un gran viaje” y afirmó que Washington estaba teniendo “conversaciones firmes con mucha gente". "Queremos ver guerras finalizadas", incidió Trump.
El presidente se confía de las fuertes sanciones que Washington está aplicando sobre la economía turca para frenar a Ankara. “Hemos puesto sanciones muy duras”, aseguró Trump, añadiéndo que si esto no funciona esa política, Washington tiene “otras cosas” en su caja de herramientas. De esta forma, el presidente agregó que en la Casa Blanca se estaba pidiendo “un alto el fuego”.
La decisión unilateral de Trump de retirar a los militares estadounidenses del norte de Siria dejó a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que son lideradas por los kurdos, sin el paraguas de disuasión para las tropas turcas. Por este motivo las milicias kurdas y el régimen sirio de Al Asad alcanzaron un acuerdo para detener la ofensiva de Turquía, lo que ha supuesto un nuevo giro en el tablero geopolítico de los 8 años de guerra en Siria.