La administración Trump está preparando una orden ejecutiva para allanar el camino a la CIA y reabrir causas en las prisiones fuera de los Estados unidos llamadas “black site”, en las que han estado detenidos y han sido torturados sospechosos de terrorismo.
Gloria Grinberg @GloriaGrinberg
Jueves 26 de enero de 2017
El día miércoles Trump ordenó un proyecto que anula las restricciones que habían sido impuestas durante el gobierno de Obama en relación a los detenidos en la llamada “guerra contra Al Qaeda”; de este modo, se revierte la prohibición de las cárceles de la CIA y se habilita nuevamente a la cárcel de Guantánamo para enviar nuevos detenidos.
Aunque el proyecto no ordena ninguna reapertura inmediata de las tácticas de tortura, que están prohibidas por ley, establece revisiones de las política para hacer recomendaciones adicionales. Recordemos que en campaña, Trump declaró que la “tortura funciona", y en caso de no ser útil, "se la merecen de todos modos."
La orden fue acompañada por una declaración de una página que criticó a la administración de Obama por "abstenerse de ejercer ciertas autoridades" sobre los detenidos que se consideraban ‘críticos’.
En el año 2007 Bush dictó una orden que le permitió a la C.I.A. llevar a cabo distintos tipos de abusos a prisioneros, que fueron considerados crímenes de guerra. Quienes realizaban los interrogatorios podían usar formas de tortura, por ejemplo, la prolongada privación del sueño. Durante el gobierno de Obama se revocó esa orden como parte de su revisión de la política de detención, y en el año 2015 el Congreso bloqueó esa norma y estableció un requisito para que la Cruz Roja pueda visitar a los detenidos. Esos límites se mantendrían vigentes por el momento.
Varios republicanos -incluyendo al senador Jeff Sessions, nominado al Fiscal General de Trump- criticaron a la administración Obama por su enfoque y la calificaron de débil, por más que los tribunales civiles han realizado numerosas condenas por terrorismo.
Si bien la nueva orden dice que ningún detenido debe ser torturado o sometido de otro modo a tratos crueles, inhumanos o degradantes "según lo prescrito por la ley estadounidense", no habla sobre las obligaciones a adherirse a normas humanitarias internacionales, como la Convención contra la Tortura o los Convenios de Ginebra y exige que el fiscal general, en consulta con otros funcionarios de seguridad nacional, revise esa directiva y recomiende modificaciones en el plazo de 120 días.
En campaña, Trump dijo que prefería llevar a juicio a quienes considere sospechoso de terrorismo en Guantánamo - incluyendo a ciudadanos estadounidenses, algo que la ley vigente limita.
Con este decreto, Trump también podría inhabilitar a la cruz roja a tener acceso a todos los detenidos bajo custodia norteamericana, lo que constituirá un paso en restituir las prisiones secretas. La orden además anularía el compromiso del gobierno anterior de cerrar el centro de detención en la base de Guantánamo en Cuba.
Aunque Obama no siguió enviando nuevos detenidos a la cárcel de Guantánamo, esta prisión no fue cerrada durante su mandato y aún permanecen detenidas 41 personas. La nueva orden del Pentágono indica que debe seguir siendo utilizada para nuevas detenciones.
En varias ciudades de Estados Unidos se llevan a cabo movilizaciones contra las órdenes ejecutivas de guerra contra el “terror”, y contra los inmigrantes, para defenderse frente a los ataques a sus comunidades, sus derechos y libertades civiles.