Fecha imborrable para el hipódromo de Mendoza y para la jocketa Florencia Giménez (19 años): el 25 de julio, se convirtió en la primera mujer de la historia en competir en el Clásico más relevante de Mendoza.
Miércoles 5 de octubre de 2016
Foto: sitio de Los Andes
Ni para el hipódromo de Mendoza ni para la jocketa Florencia Giménez (de 19 años) será una fecha muy fácil de borrar la de la tarde del 25 de julio de 2016 -reunión del Santo Patrono Santiago, una de las contiendas más relevantes de Mendoza y del turf federal-; ese día se convirtió en la primera mujer de la historia en competir en ese Clásico.
La industria hípica es un sector en el que el hombre tiene una mayor prevalencia en los diferentes oficios, pero esto no significa que no haya mujeres cumpliendo oficios dentro de este deporte. Todo lo contrario, ya que va en crecimiento la integración del sexo femenino en diversos roles laborales.
Competir sobre un Sangre Pura de Carrera no es nada simple. Tiene sus riegos, como también su encanto. La joven jocketta Florencia Giménez es una de las últimas importantes apariciones entre las fustas, defendiendo esa misma bandera que alguna vez supieron levantar y defender grandes del Turf como Marina Lezcano, Yolanda Dávila o Lucrecia Carabajal.
Lo de Florencia ya es memorable porque se convirtió en la primera mujer en participar en el Clásico Santo Patrono Santiago, la contienda mendocina por excelencia.
“Vengo de una familia ligada al turf. Siempre soñé con este momento”, cuenta Florencia, quien dejó la carrera universitaria de veterinaria.
“Lo que viví, no me lo olvido nunca más. Nunca imaginé tanto cariño del público. Ya habían pasado varios minutos de que se hubiera corrido el clásico -lo ganó Ariel Dubai- y la gente me pedía sacarme fotos”, sintetiza la muchacha que ya suma cinco triunfos sobre un total de casi 30 salidas, entre los que se destacan los triunfos del Clásico Otoño (1600m) y Abril (1800m).
En “su” jornada, ésta que atesorará por siempre, se le dio una victoria cuando, con una elogiosa faena, llevó al disco a Magic Circle sobre la milla del Premio UTTA (Unión de Trabajadores del Turf y Afines), prueba que acompaño la fiesta cuyana. “Es un tordillo con el que me llevó muy bien. Le gusta venir lejos y utilizar su atropellada. Fue una linda conquista”, sintetiza.
El nombre de Florencia Giménez volvió a cobrar notoriedad por haberse convertido el pasado lunes en Mendoza en la primera mujer que ocupó una gatera en la contienda clásica de los 2200 metros. “Mi monta fue Perfect Day al que venía corriendo seguido y con el que gané dos competencias. Llegué en el noveno lugar, pero eso poco importa ya que pude cumplir un sueño: el de participar en este gran evento”, dice con mucha humildad y orgullosa por lo que le tocó vivir.
Tiene una herencia familiar que pesa fuerte en el Santo Patrono. Rubén, su padre, es el jockey con mayor cantidad de conquistas en esa prueba, su abuelo paterno también supo celebrar, mientras que su padrino lo consiguió en dos ediciones, con Pixar, desde su función de cuidador.
Supo ser peona y vareadora, como también acompañar a ejemplares de sus familiares en los interminables viajes por el interior del país o a Buenos Aires. “Me conocen desde muy chica. Acá en Mendoza me vieron crecer entre los caballos. Por eso lo que hace UTTA en apoyo al trabajador es muy valioso”, opina Florencia. Sus declaraciones grafican con exactitud a una persona ama lo que hace.
Con poco tiempo en las pistas, Florencia Giménez ya entiende el significado de romper marcas. La hípica cuyana la acunó desde pequeña, supo recorrer diversas etapas en el día a día en un stud y su juventud le permite apuntar a lo grande. Correr en Buenos Aires es su anhelo, pero primero se quiere hacer fuerte en el interior, donde ya empezó a conseguir buenos resultados. El turf federal está de parabienes.