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Red Internacional
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GUERRA. Turquía bombardea posiciones del Partido de Trabajadores del Kurdistán

Aviones de combate turcos bombardearon el lunes posiciones del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el sudeste de Turquía. Según el gobierno del presidente Recep Erdogan, se trata de una respuesta a ataques lanzados por las milicias kurdas del PKK contra instalaciones militares del ejército turco.

Miércoles 15 de octubre de 2014

Fotografía: EFE

Lo cierto es que con esta acción se está poniendo en cuestión el frágil proceso de paz iniciado en 2013, después de casi 30 años de una guerra civil que dejó un saldo de 40.000 muertos, en su mayoría kurdos.

Los ataques aéreos contra el PKK pueden terminar siendo el combustible que inflame aun más las tensiones entre el gobierno de Recep Erdogan y la minoría kurda en Turquía, que desde la semana pasada viene protagonizando importantes protestas por la pasividad del gobierno turco ante la situación desesperante que se está viviendo en la ciudad siria de Kobani, bajo asedio del Estado Islámico (EI).

A su vez, esta acción militar expresa las contradicciones que tiene la coalición dirigida por Estados Unidos para combatir al EI, que ha declarado su califato en territorios de Irak y Siria. Lo paradójico es que Turquía, miembro de la OTAN, no solo no está contribuyendo al combate contra el EI, a pesar de integrar la coalición liderada por Estados Unidos, sino que ataca al PKK, aliado del Partido Unión Democrática de Siria (PYD) cuyas milicias son las únicas fuerzas terrestres que están tratando de frenar su avance.

El domingo, el gobierno de Obama había anunciado que Turquía iba a permitir el uso de sus instalaciones militares próximas a las fronteras con Siria para el entrenamiento de combatientes contra el EI. Sin embargo, el lunes el gobierno turco desmintió esta información y volvió a reiterar sus condiciones para participar activamente en la coalición: el compromiso de las potencias occidentales en el derrocamiento del régimen sirio de Bashar al Assad y el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Siria, próxima a su frontera.

Según varios informes de prensa, las milicias del PYD no buscan la intervención militar de Turquía (ni de Estados Unidos) en Kobani, sino que el gobierno turco permita el paso a través de su territorio de kurdos que se sumen a la lucha contra el EI en Siria.

La estrategia del gobierno turco parece ser utilizar la situación en Kobani para obtener concesiones del PYD, entre ellas, el compromiso de disolver los gobiernos autónomos locales de los enclaves kurdos al norte de Siria y separarse del PKK.

La política de Erdogan con el proceso de paz negociado con Abdullah Ocalan, dirigente del PKK condenado a prisión perpetua, era darle a la comunidad kurda del sudeste del país una cierta autonomía, a cambio de que renunciara a sus reclamos separatistas. Con esto también buscaba atraer a su órbita de influencia a los gobiernos de las regiones kurdas semiautónomas de Irak y Siria.

Ahora el gobierno turco puede estar jugando con fuego. Kobani se transformó en un símbolo para la resistencia kurda a ambos lados de la frontera, llevando la guerra civil nuevamente a las calles de Turquía.


Claudia Cinatti

Staff de la revista Estrategia Internacional, escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.