En la UAM, cada trimestre, se repiten los mismos problemas: falta de grupos, pocos profesores, grupos atiborrados, retraso para concluir sus carreras, etc. Sí las autoridades son conscientes de esta situación ¿por qué no hacen nada para solucionarlo? Porque no hay dinero, dicen, pero, ¿cuál es el fondo del asunto?
Miércoles 16 de octubre de 2024
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La Universidad Autónoma Metropolitana es considerada dentro de las 10 mejores universidades de México según el SIR World Report de 2024. Al mismo tiempo, la coloca entre las 60 escuelas de educación superior más sobresalientes de América Latina lo que proporciona una muy estima a nivel nacional e internacional.
La UAM puede presumir que la mayor parte de su planta docente cuenta con doctorado y que pertenece al Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras. Entre sus egresados y egresadas encontramos a escritores, científicos y otras personalidades del mundo intelectual mexicano. Estos logros son presentados por las autoridades universitarias con bombo y platillo, sin embargo, lo que se calla es la precariedad en que se encuentra el estudiantado y los profesores llamados temporales.
Falta de grupos, la misma historia de siempre
Como cada periodo intertrimestral, las y los estudiantes de todas las unidades de la UAM deben armar sus horarios con los grupos disponibles, no obstante, se encuentran con el mismo problema de siempre, la falta de grupos y profesores, lo que genera que los salones se saturen y que muchos de los alumnos no puedan inscribir materias, retrasándolos en su carrera académica o, en el mejor de los casos, si logran inscribir todas las asignaturas es con horarios desbalanceados, obligándolos a tener muchas horas muertas.
En el caso de la UAM Azcapotzalco la indolencia se manifestó a través de la Coordinador de la carrera de Derecho, José Céspedes y la Jefa del Departamento de Derecho, Jazmín Sánchez. Este par de funcionarios están más interesados en ahorrarle recursos a la rectoría de la unidad y cuidar sus aspiraciones al interior de la universidad que garantizar el derecho a la educación, es más, ven a las y los estudiantes como simples números que son fácilmente desechables.
Para muchos estudiantes que trabajan para sustentar sus estudios se convierte en un drama esta situación, pues los orilla a elegir entre ir al corriente con sus materias o poder comer, una calamidad. Nos encontramos ante un atentando al derecho al acceso a la educación pública y gratuita.
¿Por qué faltan grupos? Se pueden ensayar al menos dos respuestas. La primera tiene que ver con la existencia de una casta dorada en la universidad. Con esto nos referimos a un pequeño grupo de altos funcionarios (rector general, rectoría de cada unidad, secretarios, etc.) que cobran altísimos salarios más toda una serie de bonos que les permite darse una vida de lujo. Por ejemplo, José Antonio de los Reyes Heredia, quien está al frente de la institución desde 2021 y hasta el 2025, según reportes de transparencia, percibió un salario mensual bruto de 152 mil 828 pesos, mismo que comprende compensación por antigüedad; estímulo a la docencia e investigación; reconocimiento al trabajo universitario y apoyo alimentario. Lo anterior no cuenta ingresos no declarados, lo cual hace que el monto sea mucho mayor.
Cuando se desvía (aunque sea de forma legal) de esta forma el presupuesto universitario, no hay dinero que alcance. Si redirigiéramos el salario de rector en sueldo para contratar a más profesores de tiempo completo, se iría resolviendo la cuestión de falta de grupos.
Una segunda explicación es que el presupuesto que ha recibido la UAM de parte del gobierno federal se mantuvo prácticamente congelado en los últimos años. Es decir, a pesar de las promesas del gobierno de respaldar a la educación superior, esto no se refleja en los recursos que se otorgan a las universidades públicas autónomas, por el contrario, la política de austeridad ha ido ahogando de a poco a las instituciones de enseñanza superior. Por tanto, se limita la creación de plazas para nuevos profesores de tiempo completo a pesar de que se necesita mayor contratación.
Las autoridades respondieron con la creación de plazas temporales, en que los docentes tienen contrato solo por un trimestre o máximo tres. Precarizando sus condiciones de vida y al mismo tiempo, dando peores condiciones de estudio a los alumnos y alumnas.
Una salida es que se convoquen asambleas a estudiantes, profesores definitivos y temporales y trabajadores administrativos, que, junto con el sindicato, discutan de manera democrática el cómo hacer frente a estas problemáticas. Entre las posibles medidas, pasa porque se eliminen los privilegios económicos a la casta dorada y ese dinero se reparta en beneficio de toda la comunidad. Asimismo, es fundamental exigirle al gobierno federal un aumento de emergencia al presupuesto de todas las universidades del país, pues sólo así se puede asegurar una educación que responda a los intereses del pueblo trabajador.
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