En el marco de la creciente crisis económica y los estragos causados por el Covid-19, la Universidad Autónoma de Coahuila ha entrado en polémica una vez más tras el aumento en los pagos de cuotas e inscripciones, demostrando que la educación pública en México está lejos de ser gratuita para todos.
Agrupación Juvenil Anticapitalista @AgJuvAnticapMx
Viernes 31 de julio de 2020
En el marco de la creciente crisis económica y los estragos causados por el Covid-19, la Universidad Autónoma de Coahuila ha entrado en polémica una vez más tras el aumento en los pagos de cuotas e inscripciones, demostrando que la educación pública en México está lejos de ser gratuita para todos.
La creciente ola de despidos en el estado y todo el país, ha dejado a miles de familias trabajadoras y sus hijos sin sustento. Ahora, con el incremento excesivo de las cuotas universitarias, la falta de transparencia y la toma de decisiones sin consentimiento del cuerpo estudiantil, afectará una vez más los bolsillos de las y los trabajadores, por lo que ahora más que nunca es necesario defender y garantizar educación gratuita, de calidad y al alcance de todos.
Este incremento injustificado, aplicado por las dependencias de la dirección de Asuntos Académicos, Tesorería, Oficialía Mayor, la Dirección de Planeación y la Coordinación General de Tecnologías de la Información de la UAdeC, despertó una serie de movilizaciones estudiantiles en la ciudad de Saltillo, a través del MOESCO (Movimiento Estudiantil Coahuilense) exigiendo una disminución del 80 % en el monto de inscripción. Sin embargo, las autoridades universitarias desde la rectoría han decidió “atender” las causas de las protestas con una serie de “facilidades” en el pago de dichas cuotas.
Cuotas en las Facultades, botín para las autoridades
Haciendo de la Universidad un banco, los créditos expedidos para los alumnos tienen más cara de fraude que de beneficio. Extender el pago y sobre todo sugerir “apartar un lugar” con 100 pesos a un derecho fundamental como la educación, más que ser un chiste es una ofensa para cientos de familias, hijos de trabajadores que ven frenada su posibilidad de aspirar a una vida con mejores condiciones en el futuro. La comunidad estudiantil y el movimiento que surge deben rechazar y denunciar esa trampa.
La Universidad no es clara en el uso del presupuesto, divagando fehacientemente cómo y en qué se destina no sólo dicho presupuesto estatal, que asciende a más de 2 mil 500 millones de pesos, sino que también, la suma de los pagos en cuotas y reinscripciones por cada uno de los 39 mil alumnos supera los 200 millones de pesos, recurso que no se refleja en ninguna de las 3 unidades de la UAdeC repartidas en todo el estado.
Haciendo uso de diferentes medios de comunicación locales que se postran ante las necesidades de la casta universitaria gobernante, rectoría pretende justificar sin sustento el uso del presupuesto asignado. Sin embargo, las condiciones en cada facultad dicen otra cosa. Las supuestas mejoras en el uso de la tecnología, centros de cómputo, talleres y laboratorios donde sólo un número limitado de equipos funcionan, y tienen más de 5 y hasta 10 años de antigüedad, son una farsa, pues sólo cierto número de computadoras son las que funcionan, con un muy limitado alcance en internet, y los programas y herramientas particulares para cada facultad son más que deficientes.
Si la Universidad no puede demostrar el uso de ese recurso, se vuelve fundamental aplicar una auditoría real, pública totalmente independiente y sin intervención de los despachos cercanos a los mandatarios universitarios, hecha y supervisada por alumnos, docentes y trabajadores, exigiendo la apertura en sus libros de contabilidad.
Además, es urgente exigir la cancelación del pago de la deuda fraudulenta e ilegítima de los Moreira, para destinar ese recurso a la educación. El movimiento estudiantil que nace debe luchar por defender la educación pública como un primer paso, denunciando la corrupción al interior y luchando por la inclusión de todes les hijes de la clase obrera, produciendo intelectuales orgánicos del movimiento obrero y no cuadros políticos al servicio de políticos y autoridades corruptas. La educación debe ser un derecho, no un privilegio. Con la lucha, una universidad al servicio de les hijes de la clase obrera es posible.