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Red Internacional
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UNGS: amplia solidaridad de los estudiantes y los docentes con los trabajadores despedidos de Lear

Los trabajadores despedidos de Lear recorrieron la Universidad Nacional de General Sarmiento con su fondo de huelga y recibieron el apoyo de estudiantes y docentes.

Sábado 22 de abril de 2017 13:44

Esta semana los obreros indomables de Lear recorrieron la Universidad con su fondo de huelga en el marco de la lucha que vienen dando por su reincorporación a la fábrica; aquella multinacional yanqui que con el aval del SMATA (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor) que conduce Roberto Pignaneli (ayer kirchnerista, hoy macrista), los despidió en reiteradas oportunidades de forma persecutoria.

Cientos de estudiantes junto a los docentes de sus cursadas brindaron su colaboración y cedieron parte de su espacio para la difusión de su lucha. En varias ocasiones, los estudiantes y docentes intercambiaron con los protagonistas de una lucha que se fue gestando al calor del resurgimiento del sindicalismo combativo y antiburocrático producto de la recomposición económica del 2005 y que en el 2014 marcó la escena política-económica nacional.

Crónicas de una lucha anunciada

La lucha que comenzó en la fábrica con los trabajadores precarizados y los “rotos” peleando por mejorar las condiciones de trabajo, por el pase a planta permanente a los tercerizados, contra los despidos y las suspensiones, enfrentando las amenazas de la patronal buitre y los ataques de la burocracia sindical, se convirtió posteriormente en una referencia para el resto de los trabajadores de la zona norte y los estudiantes de las universidades cercanas.

Para el 2014, había más de 14.000 suspensiones y despidos en la industria automotriz motivo de una supuesta crisis de las empresas. El kirchnerismo que levantaba el lema de “patria o buitres” jugó un rol fundamental para defender los intereses de las patronales buitres. Por un lado, contaba con el silencio cómplice de la dirección del SMATA ante los despidos y, por otro lado, desde el Ministerio de Industria le abría las importaciones a Lear Corporation para traer sus autopartes desde Honduras y Filipinas y así sustituir el trabajo que realizaban los despedidos.
Al mismo tiempo y a unas 15 cuadras de Lear, la multinacional Donnelley cerraba sus puertas y se iba del país dejando a 400 familias en la calle con el mismo argumento “trucho” de la supuesta crisis. Gracias a la organización previa de los trabajadores gráficos, la fábrica pasó a sus manos y bajo las consignas “Basta de despidos y suspensiones” y “familias en la calle nunca más” la Panamericana encontró a los obreros de Lear y de Madygraf peleando codo a codo.

Del otro lado estuvieron el gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner y la gendarmería nacional de Sergio Berni que en más de 10 oportunidades reprimieron con gas pimienta, palos y balas de goma a los trabajadores y estudiantes de las universidades que se solidarizaban con sus causas.
Una lucha que se renueva contra el ajuste

En la actualidad los trabajadores vienen padeciendo el ajuste y la represión de Macri que gobierna para los empresarios con el apoyo del FPV/PJ (mayoría en diputados), el Frente Renovador y los Progresistas. Además, el gobierno nacional cuenta con otro aliado fundamental que es la CGT que después de 1 año de tregua, con tarifazos y despidos, llamó a un Paro “dominguero” el pasado 6 de abril. Con más de 600 suspensiones en Volkswagen, 400 suspensiones en General Motors y la repercusión de posibles suspensiones en Lear nuevamente, la dirección del SMATA, ayer kirchnerista y hoy macrista, no hace nada al respecto.

Al mismo tiempo, una de las luchas más relevantes es la que vienen dando los docentes por un salario digno al que se oponen Vidal en Buenos Aires y Alicia Kirchner en Santa Cruz con propuestas miserables del 20 y 3 porciento respectivamente. Una lucha que lleva 1 mes y medio y que se desgasta cada vez más con el rol que cumple la burocracia celeste de Baradel que no convocó una sola asamblea para que decidan los docentes y que intenta encaminar detrás del FPV/PJ cómplice del ajuste en las próximas elecciones legislativas.

Esta realidad no es ajena a las universidades y tiene como destinatarios del ajuste también a los que somos parte de la educación pública. La mayoría de los estudiantes (también trabajadores, futuros docentes o hijos de trabajadores) somos afectados por el tarifazo en el transporte y los altos costos de los materiales de estudio o no disponemos del tiempo para estudiar por las extensas y extenuantes jornadas de trabajo realizadas con sueldos que no permiten llegar a fin de mes. Al mismo tiempo, gran cantidad de trabajadores de la educación son precarizados, como en la UNGS que alcanza los 200 docentes contratados (MAF).

Obreros y estudiantes para vencer el plan de ajuste

Mientras Macri decía días atrás que "hay que trabajar sábados y domingos", mientras los gobernadores y diputados del FPV reproducen el ajuste de Cambiemos atacando a la educación pública, mientras los dirigentes sindicales dejan pasar los despidos y las suspensiones, mientras las gestiones de las universidades recortan los presupuestos y sostienen la precarización laboral.

Mientras las distintas variantes patronales quieren descargar la crisis sobre las espaldas del pueblo trabajador el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) se presenta como la única alternativa política que enfrenta el ajuste atacando las ganancias de los capitalistas.

Con el lema de “Nuestras vidas valen más que sus ganancias” el PTS en el Frente de Izquierda propone reducir la jornada laboral a 6 horas por día, 5 días a la semana y repartir las horas de trabajo para acabar con la desocupación, con un salario igual a la canasta familiar.

Por eso en la misma sintonía, acompañando la lucha contra los despidos y las suspensiones, por la reducción de la jornada laboral y en defensa de la educación pública, la Juventud del PTS en el FEI, actual Presidencia del CeUnGS, levanta la consigna de “nuestra educación vale más que sus ganancias” para que la educación sea financiada con la ganancia de los empresarios y para que los estudiantes (en su mayoría trabajadores) puedan dedicar más tiempo al estudio y al oceo que a trabajar para sus empleadores.