La crisis que sobrevino con la pandemia golpea en diversos sectores. En las universidades, el aumento de la deserción alcanzó niveles históricos. El movimiento estudiantil tiene que aliarse a los trabajadores y sectores populares para que la crisis no la paguemos nosotros. Los centros y las federaciones tienen que salir de su pasividad y adaptación al gobierno y las autoridades universitarias.
Lunes 19 de octubre de 2020 16:11
Las agrupaciones afines al gobierno que conducen la Federación Universitaria de La Plata convocaron a una “mesa representativa ampliada”. No fue con el fin de discutir, por ejemplo, el récord histórico de deserción ni la situación de precarización que atraviesan nuestros docentes. Tampoco para debatir alrededor de la enorme crisis que golpea a millones en el país. Lo hicieron para comunicar la postergación de elecciones universitarias, es decir, la extensión de los mandatos de los centros, sin convocar una sola instancia para discutir sobre la crisis y los desafíos del movimiento estudiantil en esta situación. Las conducciones sólo pudieron hacerse el tiempo para comunicar, como fieles secretarios de las autoridades, el calendario que estas decidieron.
Para justificar su inacción hablan de la situación excepcional que se atraviesa por la pandemia, que según ellos impide cualquier tipo de organización o movilización para enfrentar el ajuste que recae sobre las grandes mayorías. Pero en definitiva, bajo esa excusa vaciaron los espacios de discusión y organización estudiantil, negándose a llamar a asamblea en las facultades donde conducen el centro, y boicoteando las realizadas por los estudiantes de manera autoconvocada.
En un contexto tan difícil como este, la Universisdad recortó derechos que habíamos conquistado hace años. Pero la Federación dice que logró grandes conquista ¿De qué conquistas nos están hablando?Los dichos de la Universidad constrastan con la realidad: para la mitad de este año, en la UNLP ya habían sido expulsados por los ataques de las autoridades al menos 45 mil compañeros.
No solo no aporbarona el presupuesto a la baja que dejó el macrismo: mientras la pandemia y la crisis se profundizaban, el rector Taubery su camarilla decidieron quitar derechos estudiantiles históricos como cerrar el Albergue y el Comedor universitario, dejando a cientos de pibes sin casa y sin comida. Al día de hoy las becas contonúan cerradas y congeladas.
Pero no es una discusión solo por lo que pasó en estos meses de pandemia. En la presentación del presupuesto 2021, podemos ver que el porcentaje asignado a las universidades nacinales, implica, con los propios cálculos optimistas de inflación Guzman, 15 puntos menos en conceptos de salarios y un 9 % en relación al presupuesto total. Ni una sola mecnión mereció esto por parte de la FULP en la reunión.
¿Cómo pretenden enfrentar este ataque directo a la educación pública? O mejor dicho, ¿pretenden enfrentarlo?Todo indica que por elcontrario, seguirán en su camino de pasividad absoluta.
Pero la realidad de los estudiantes no se ve desde los cómodos asientos y pasillos
La FULP les hace un gran favor con su pasividad. Al no organizar a los estudiantes dejó que nos arrebaten derechos, y que la universidad sea cada vez para menos.
del Rectorado. La FULP les hace un gran favor con su pasividad. Al no organizar a los estudiantes dejó que nos arrebaten derechos y pretenden que siga sucediendo.
El movimiento estudiantil no sólo se tiene que poner de pie para enfrentar los ataques a la educación, sino que también hay una realidad político, social y económica que nos llena de odio. La policía no deja de llevarse jóvenes con el gatillo fácil, la violencia y la impunidad crecen por las licencias que le dio el gobierno. Miles de jóvenes exigimos la aparición con vida inmediata de Facundo Castro y la renuncia del nefasto Sergio Berni, y nos movilizamos para exigir justicia una vez que se confirmó que era su cuerpo el que habían encontrado.
La FULP tendría que haber estado a la cabeza de movilizar a decenas de miles de estudiantes ante un nuevo caso de desaparición forzada, junto a Cristina y todos los familiares, pero así como estuvieron ausentes para pelear por los derechos estudiantiles, lo estuvieron para pelear porque se haga justicia, denunciando a los responsables políticos y movilizándose. Abonan con su silencio, dejando que avance la impunidad.
Hoy, un nuevo hecho político nacional marca la agenda. El de las miles de familias de Guernica, que no se quedaron de brazos cruzados y están peleando por una vivienda, con sus hijos soportando el frío, el hambre y el hostigamiento constante del gobierno. Son un enorme ejemplo de lucha para el conjunto de los trabajadores y los jóvenes que sufren la crisis, porque deciden pelear por sus derechos, por una tierra, sin aceptar los chantajes y las amenazas de represión del gobierno de Alberto Fernández, de Kicillof y sus funcionarios, como Larroque y Berni, que no tienen nada que envidiarle a los repudiables dichos a los que nos tienen acostumbrados los referentes de Cambiemos. El gobierno ya expresó cuáles son sus prioridades: le preocupa más pagarle al FMI que resolver alguno de todos los grandes padecimientos del pueblo trabajador. Por si fuese poco, van a quitar el IFE el año que viene. El movimiento estudiantil, ¿dónde tiene que estar?
En la reunión exigimos que la conducción de la federación se pronuncie a través de un comunicado en solidaridad con las familias de Guernica y rechace la orden de desalojo. Además, que se hagan presentes en las acciones que se realicen en caso de represión, y se organice una gran campaña de solidaridad para rodear de apoyo la lucha..
Pero las agrupaciones que la dirigen opinan que no tenemos que movilizarnos para defender el derecho a la vivienda. En respuesta a nuestra exigencia, La Cámpora respondió que ellos sí están en Guernica. Claro, en los gacebos con Larroque, amenazando a las familias y ofreciendo noches en un parador o cuatro chapas para que se vayan, dividiendo su lucha para preparar el escenario de la represión. Por si fuera poco, tampoco se privaron de criminalizar a la izquierda por ser la que “no permite una salida pacífica”, fieles como son al discurso oficialista.
¡Imaginemos la fuerza que le daría a las familias de la toma que miles, e incluso decenas de miles de estudiantes acercasen sus donaciones, repudiaran la campaña del gobierno para reprimir, y reclamaran junto a ellas por la expropiación de las tierras y porque estas se declaren de utilidad pública! Cómo fortalecería la lucha porque la plata vaya para educación, para la vivienda y para la salud, y no para la deuda y represión.
Las definiciones de nuestra Federación, frente a este contexto son claras: dar la espalda a los miles de agraviados por la crisis, y convocar a una mesa “representativa”, que lejos esta de ser representativa, no sólo porque quienes fuimos invitados no teníamos derecho al voto, sino sobre todo porque se hizo a espaldas de absolutamente todos los estudiantes. Para extender sus mandatos y organizar la administración del brazo estudiantil de las autoridades universitarias, siempre tienen voluntad política. Su accionar y su pasividad es vergonzosa. Lejos están de ser el organismo que necesita el movimiento estudiantil para pelear por sus demandas y las del conjunto del pueblo trabajador.
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¡Hay que recuperar nuestras herramientas de lucha para enfrentar la crisis!
En la reunión planteamos que hay que organizar asambleas en todas las facultades para poner de pie al movimiento estudiantil frente a esta crisis. Además, que sesione un congreso extraordinario regularmente y de forma pública para debatir los temas urgentes de la crisis que atravesamos y cómo enfrentarla.
El movimiento estudiantil es un poderoso actor que se ha ligado a lo largo de la historia a los trabajadores y a todos los sectores agraviados por las crisis para pelear por sus derechos, contra los planes de ajuste de los distintos gobiernos. En nuestra ciudad hay decenas de ejemplos de grandes luchas, como el Ensenadazo en los 90´, y las decenas de peleas por los Derechos Humanos. En el 2018, la enorme lucha de Astillero Río Santiago se fusionó con la pelea enorme contra el ajuste en la educación y las tomas de las distintas facultades de la UNLP, protagonizadas por los estudiantes a pesar de las conducciones kirchneristas y peronistas.
Nuestra pelea es por recuperar esta tradición y estos ejemplos, y sacar de su inmovilidad a los Centros de Estudiantes y a las federaciones, para organizar una enorme fuerza social que pelee junto con los trabajadores para que esta enorme crisis no la paguemos, nuevamente, los sectores populares. Las actuales conducciones no tienen este objetivo: su objetivo está en mantener la buena imagen de las autoridades y del gobierno que apoyan. Los estudiantes nos tenemos que organizar. Hoy es indispensable que el movimiento estudiantil se ponga de pie y pelee para que ningún pibe pierda su derecho a estudiar, para que no haya más niños y niñas sin casa, para enfrentar la precarización de la vida a la que nos quieren acostumbrar, terminar con la represión, el gatillo fácil y la criminalización de la juventud, para lograr justicia por Facundo, Santiago Maldonado, Julio López, Luciano Arruga, y tantos más, y para enfrentar los planes de miseria del Fondo Monetario Internacional que dejan a la salud y a la educación aún más postergadas que antes.