Esta mañana se desarrolló la última audiencia oral en el tramo VI del juicio “La Escuelita”. En la misma se expusieron las denominadas “réplicas y dúplicas”. Entrevista a las abogadas querellantes del Ceprodh, Natalia Hormazabal y Mariana Derni.
Miércoles 4 de septiembre de 2019 14:44
Durante la mañana se realizó la última audiencia del juicio "La Escuelita VI". El Ceprodh como querellante expuso puntos relacionados a los planteos de las Defensas en sus alegatos.
¿Cómo se desarrolló esta última audiencia del juicio La Escuelita?
Mariana Derni: Hoy fueron las réplicas y dúplicas, donde básicamente nos contestamos los alegatos de parte. Pusimos el énfasis en contestar los distintos puntos planteados por las defensas oficiales, en su intento por volver sobre discusiones y conquistas ganadas, como la imprescriptibilidad de los crímenes, pretendiendo que los mismos no sean juzgados “por el tiempo transcurrido”. Incluso, volvieron a intentar presentar a los genocidas como “ancianos que no sabían lo que hacían ni lo que pasaba”, que obedecían órdenes además de pretender estigmatizar a las víctimas y poner en ellas la responsabilidad.
Una de las principales apuestas de los genocidas, fue garantizarse la impunidad, de diversas maneras: negando los hechos, negando los desaparecidos, negando los centros de torturas, cuando eso se hizo imposible, justificando las atrocidades, o con maniobras legales como leyes de impunidad, con políticas de juzgamiento como el juicio a las juntas o hasta estos juicios, en que se juzga solo a algunos y no a todos y se quiere imponer una lógica de juzgamiento de casos comunes. Y llegamos a ese juicio y eso se reedita
Natalia Hormazabal: Todas las defensas son muy viejas y trilladas. Inclusive volvimos escuchar acerca de la “guerra” nuevamente en esta sala, lo cual es increíble en juicios de lesa humanidad en 2019. ¿Qué van a decir de novedoso? No han roto el pacto de silencio y el Estado sigue en deuda, con todo un pueblo, al no abrir los archivos de la represión.
Creemos que todo ello, pero también la conquista de estos juicios en las calles, no es el regalo de ningún gobierno, así que es parte del acervo de quienes han luchado estas décadas y quienes seguimos dando pelea a 43 años de ocurridos estos hechos y cuando seguimos levantando banderas históricas.
¿Cuál es el análisis que hacen acerca de este tramo?
NH: Se dio en un momento particular. Bajo un gobierno con un sinnúmero de ataques a las libertades democráticas, y en un nuevo intento de reeditar la imagen de las fuerzas de seguridad, genocida en dictadura y asesina del pueblo trabajador durante la democracia a través del Servicio Cívico Voluntario como salida para millones de pibes. En medio de ello la impunidad intentada con la absolución de César Milani y con el Tigre Acosta paseándose libremente por Buenos Aires. Entonces estas peleas, vuelven a cobrar el valor vital de ser por el ayer y por el hoy.
Consideramos que es un juicio donde se ha probado todo. Al ser el sexto, hay un tránsito que ya hemos efectuado probando como se dio en concreto el plan genocida en la región. Pero también se ha podido conocer ciertas particularidades, como el modo en que lugares públicos como comisarías o la Escuela de Instrucción Andina en Bariloche, se transformaron en verdaderos centros de detención clandestina, sumándose al circuito represivo que funcionó en la región, siendo el lugar paradigmático, por su clandestinidad y horror “ La Escuelita”.
Llegaron a este tramo 6 represores que ya habían sido condenados en varias ocasiones, se ha demostrado en todos estos años la participación específica de cada fuerza en la región. No siempre se puede reconstruir de manera precisa los hechos, porque los represores se encargaron de ocultar todos los rastros. Aún así ha sido un juicio repleto de prueba y sobre todo, de valiosos testimonios.
MD: Durante este tramo escuchamos testimonios de víctimas, familiares y amigos que aportaron enormemente para poner en evidencia la realidad histórica de lo ocurrido, pero la defensa, en un intento desesperado por perpetrar la impunidad intento deslegitimar a aquellas víctimas y tirar por tierra su testimonio. Se les pide a las víctimas pruebas “válidas” del horror y esto quedo brutalmente evidenciado cuando la Defensora se atrevió a exigirle a las víctimas del exilio, como metodología de represión, “pruebas del daño” del destierro sufrido, intentando incluso tergiversar su testimonio y utilizarlo como prueba de los supuestos “beneficios” y voluntariedad del exilio. EL Estado, puso el peso sobre las víctimas y pretendió la existencia de “así sea un certificado psicológico o psiquiátrico”. Intento desesperado de la defensa de negar las responsabilidades y transformar a las víctimas en responsables.
¿Qué creen que queda por debatir a 43 años de ocurridos estos hechos?
MD: Nuestro reclamo es por el ayer, en tanto exigimos condena perpetua y efectiva para cada uno de los responsables y que la misma sea por el delito de Genocidio, porque ello fue lo que sucedió, un plan sistemático para exterminar parte de una clase obrera y una juventud que se organizaba de conjunto contra las miserias que pretendían imponer, incluso desde el último gobierno de Perón.
Pero sin dudas, la deuda es que abran los archivos de la dictadura. El Estado es quien debe decirnos qué paso con los desaparecidos, quienes son, con nombre y apellido los responsables, dónde están los más de 400 niños y niñas apropiadas.
La pelea, junto a las víctimas, madres, abuelas y organismos de derechos humanos, de manera independiente de ese Estado, para que se abran todos los archivos de la represión, la continuaremos dando sin cansancio.
NH: En momentos donde nos azota una enorme crisis y ajuste del gobierno, organizarse y salir a pelear contra todo ataque al pueblo tranbajador, a las libertades democráticas de las amplias mayorías, es la tarea. Y también sacar las conclusiones de los ´70, poner en pie una vanguardia que dé una salida. El Genocidio perpetrado tenía por finalidad aniquilar la organización creciente que desbordaba los cordones industriales, los lugares de estudio, trabajo. Encontrar esos hilos de continuidad, desarrollarlos y salir a luchar, es una tarea de primer orden por el porvenir.