La manifestación más multitudinaria del orgullo crítico en los últimos años planta cara al World Pride y la mercantilización de las reivindicaciones LGTBI.
Josefina L. Martínez @josefinamar14
Jueves 29 de junio de 2017
Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid. Foto: ID
“El orgullo no se vende, se defiende”, fue uno de los cantos más escuchados, que concentraba el espíritu rebelde y crítico de este 28 de junio por las calles de Madrid.
Con el lema “Disidencia es resistencia”, el orgullo crítico cuestionó la mercantilización del World Pride, el capitalismo rosa, el homonacionalismo, el racismo y el clasismo de los hoteles de lujo que en estos días se cubren de arcoíris para recibir a millones de turistas y convertir en orgullo en un gran negocio capitalista.
Ahora #Madrid #28J Masiva manifestación del #OrgulloCritico Porque nuestros derechos no son mercancía en manos del capitalismo rosa #Pride pic.twitter.com/Wm1gdJlMMI
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Los cantos expresaban el espíritu combativo de este orgullo: “No desfilamos, nos manifestamos”, “Fuera empresarios de nuestro orgullo”, “Más orgías y menos policía”, “Normal es un programa de mi lavadora”, “Ay Carmena, Ay Carmena, el orgullo no es una bandera”, o el ya clásico “Hay que quemar la Conferencia episcopal, por heteropatriarcal”.
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#Madrid #28J Gran manifestación del #OrgulloCritico Se canta: "más orgias y menos policia" #Pride2017 pic.twitter.com/6tYsVVXoPS
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Tan numerosa era la manifestación que tardó una hora en salir desde la Plaza Nelson Mandela de Lavapiés, con nutridos cortejos, pequeños colectivos y miles de personas orgullosas de manifestar su disidencia sexual.
Ahora, miles de personas en la mani del @OrgCriticoMad entrando a Sol. Contra el capitalismo rosa, recuperando el espíritu de #Stonewall pic.twitter.com/bSoTh1eXDk
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El bloque Plurisexualidades, el No Monógamo, el bloque combativo, el bloque anti racista trans-fronterizo, el bloque estudiantil, la asamblea Trans Marica Bollo, la agrupación Pan y Rosas, entre muchos otros, recorrieron durante más de tres horas las calles de Madrid, por Tirso de Molina hasta Plaza España, atravesando una atestada Puerta del Sol, donde se estaba realizando un concierto del oficial World Pride Madrid.
Al finalizar la manifestación, los organizadores leyeron un manifiesto denunciando que “si los derechos no son de todas, se transforman en privilegios”.
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En su manifiesto, desde la plataforma impulsora del Orgullo crítico cuestionaron la hipocresía de la “fiesta” del Word Pride, que ha llevado a que en estos días grandes marcas como Vodafone, Netflix, o cadenas de comida rápida como Burger King, se vistan con las banderas arcoíris. También denunciaron la “lavada de cara” de la policía: “aparentando tolerancia y haciendo gala de que ya no nos persiguen por el solo hecho de ser trans, bollos o maricas, aunque si lo hacen por ser trans, putas, negros o gitanas, o por rebelarnos contra un sistema que nos mata.”
#OrgulloCritico Manifiesto https://t.co/lv6Z8mouv8
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“Esa misma policía que a la primera de cambio de aplica una ley fascista, para reprimir a compañeras”, decían en referencia a la Ley Mordaza, que este sábado cumple dos años. Esa misma policía “que hace la vista gorda cuando un grupo de fascistas nos ataca, como ha ocurrido recién en Murcia”, agregaban.
Contra la mercantilización del World Pride, mostraban el verdadero rostro de una fiesta donde muchos y muchas no están invitados, ni pueden participar. “A esa fiesta la mayoría de los que estamos aquí no estamos invitadas porque no cabemos en su homonormatividad”, señalaban. “No estamos invitados porque no nos lo podemos pagar, porque somos currantas, precarias o en el paro”.
Tampoco faltaron las críticas a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento dirigido por Manuela Carmena, por su promoción del World Pride. “Cuando al turismo rosa se lo recibe con las manos abiertas por venir a dejarse la pasta, no nos olvidamos del racismo institucional... Ni de la sangre que ese vierte en las fronteras de este país”.
"El orgullo será antiracista o no será" canta el bloque de la Manada Antiracista Trans Fronteriza en la mani del @OrgCriticoMad pic.twitter.com/HvZsc28RJH
— Diego Lotito (@diegolotito) 28 de junio de 2017
También se cuestionó el homonacionalismo y el “pinkwashing” de Estados como Israel, que se muestra como “gay friendly” mientras oprime y reprime al pueblo palestino.
A continuación, decenas de colectivos diferentes tomaron la palabra en el micrófono abierto. Entre ellos, la agrupación Pan y Rosas, que reivindicó aquella gran gesta del 28 de junio de 1969 en que “maricas, bollos, trans... obligaron a la policía a huir de los y las que siempre habían despreciado. Stonewall se convirtió en la chispa que daría lugar a un movimiento LGTBI que lucharía contra la moral patriarcal y homofóbica, las fuerzas represivas y la legislación reaccionaria del Estado, pero también por la total liberación sexual. Una lucha que incluía una fuerte crítica al capitalismo y al patriarcado, raíz de todas las opresiones que padecemos. Un movimiento que veía en la alianza contra el resto de sectores oprimidos y explotados, como la lucha de la comunidad negra contra el racismo, el emergente movimiento de mujeres o incluso los mineros ingleses, el único camino posible para avanzar hacia la emancipación total de la sexualidad.”
Frente a la mercantilización del orgullo y el capitalismo rosa, hoy más que nunca es necesario recuperar el espíritu de Stonewall y poner en pie un amplio movimiento LGTBI independiente de las empresas privadas, de las instituciones del Estado, los gobiernos de turno, los partidos patronales y la Iglesia, que en alianza con los sectores más oprimidos y explotados y buscando la confluencia con la lucha de la clase trabajadora, vuelva a encender la chispa necesaria para conquistar nuestros derechos y reabrir la pelea por la total liberación sexual en la lucha contra la alianza criminal entre el capitalismo y el patriarcado.
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#OrgulloCritico masivo en #Madrid @PanyRosasEE pic.twitter.com/n5815rzt38
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Josefina L. Martínez
Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.