Para los trabajadores y trabajadoras de MadyGraf este no es un Primero de Mayo más, es nuestro primer Día del Trabajador sin patrones.
Jorge “El Loco” Medina Trabajador MadyGraf
Viernes 1ro de mayo de 2015
Para los trabajadores y trabajadoras de MadyGraf este no es un Primero de Mayo más, es nuestro primer Día del Trabajador sin patrones. Todas las
maniobras que llevó adelante la patronal "buitre" de Donnelley para terminar con la organización de los trabajadores y avanzar sobre nuestros derechos no lograron su objetivo, y la unidad que mostramos en todo momento, tanto dentro de la fábrica como hacia afuera con otros trabajadores, estudiantes, organizaciones de izquierda como el PTS y el FIT y con nuestras familias a través de nuestra incansable Comisión de Mujeres, llevó a Donnelley a jugar su carta más fuerte: cerrar sus puertas valiéndose de una quiebra fraudulenta, dejando a cientos de familias en la calle, apostando a que en poco tiempo nos iríamos, dejando la fábrica vacía para que puedan reabrirla imponiendo sus condiciones. Pero los expertos en cierres de plantas no contaban con la fuerza de los trabajadores, siempre menospreciados por los patrones, pero acostumbrados a enfrentar adversidades de todo tipo.
Fue así que en asamblea general, ese espacio donde fuimos forjando nuestra conciencia de clase, decidimos tomar en nuestras propias manos la difícil tarea de gestionar una de las gráficas más grandes del país conformando nuestra cooperativa. Sabíamos desde un primer momento que deberíamos derribar todo tipo de obstáculos: legales, técnicos, económicos y anímicos. Debimos enfrentarnos al Poder Judicial, el mismo que aprobó la quiebra de Donnelley en tiempo récord, pero que dilata a más no poder cualquier tipo de resolución que sea favorable a los trabajadores. Enfrentamos a la burocracia sindical que, lejos de representarnos, desoye nuestros reclamos y hasta nos niega la cobertura de la obra social con el cínico argumento de que no somos "orgánicos con la dirección del gremio". También debemos soportar la demora de la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, que viene postergando el tratamiento y la aprobación del proyecto de expropiación de Donnelley a favor de MadyGraf, pese a que dicho proyecto, que fue votado en nuestra asamblea y presentado por el diputado Christian Castillo (PTS/FIT), ya fue aprobado por unanimidad en la Cámara Baja. Además, seguimos reclamando la estatización bajo gestión obrera, la cual nos está siendo negada porque nuestra fábrica no es considerada de utilidad pública por los funcionarios del Estado. Esto se contradice con la estatización (en medio de denuncias por corrupción contra el vicepresidente Amado Boudou) de la gráfica Ciccone, que imprime los billetes de curso legal, algo que dista mucho de ser un servicio público. Por el contrario, nosotros sí podemos brindar un servicio con nuestro trabajo, imprimiendo materiales de estudio para que lleguen a todo el país, como lo hemos demostrado con un pequeño ejemplo (para nosotros, un gran orgullo): imprimiendo diez mil cuadernos que luego donamos a diferentes escuelas públicas de la zona con la ayuda de los docentes.
Sabemos por la experiencia que nos transmiten nuestros compañeros de Zanon de Neuquén, que llevan más de trece años trabajando sin patrón, que una fábrica gestionada por sus obreros, en un sistema capitalista, debe remar permanentemente contra la corriente porque, a los ojos del régimen burgués, somos un "mal ejemplo" para otros trabajadores. Pero es un orgullo para nosotros poder demostrar a otros de lo que somos capaces los trabajadores cuando nos organizamos, que podemos enfrentar a quienes nos explotan y que las luchas no deben circunscribirse a los límites de cada fábrica o del sindicalismo.
El Día del Trabajador, hoy sin patrón, tiene otro valor para nosotros, pero tenemos bien en claro que es un día de lucha. Por eso, a pesar de nuestras limitaciones, redoblamos nuestro esfuerzo para apoyar a nuestros hermanos de clase como los trabajadores de Lear, que luchan hace más de diez meses por su reincorporación, o los compañeros de WorldColor que están enfrentando el cierre de su fábrica y defendiendo más de doscientos ochenta puestos de trabajo. Mientras haya otros trabajadores en lucha, no nos permitiremos bajar los brazos. Sabemos que solo hemos dado un paso más hacia la la emancipación de la clase obrera.