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Red Internacional
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Economía. Un acotado aumento de impuestos que no tocará las millonarias ganancias de los dueños del país: Los 4 ejes de la reforma tributaria de Boric

Este viernes el gobierno de Boric presentó su Reforma Tributaria, uno de los pilares del programa de gobierno con el que espera financiar la reforma a las pensiones, salud y la construcción de viviendas. Mario Marcel expuso los cuatro ejes de la reforma y sus principales medidas: Una rebaja de impuestos a las grandes empresas, un impuesto a la riqueza en dos tramos, la limitación y reducción de la evasión y elusión, un royalty minero e impuestos correctivos verdes. De conjunto se trata de una reforma acotada donde incluso se baja el impuesto corporativo a las empresas y donde no está claro si logrará recaudar el 4,1% PIB. Chile es el país con menos impuestos en la OCDE, incluso en comparación con Latinoamérica se encuentra bajo el promedio. La estructura impositiva del país se centra casi en la mitad en el IVA, un impuesto regresivo que pagan la clase trabajadora y los sectores populares.

Sábado 2 de julio de 2022

Foto: Prensa presidencia

Este viernes el gobierno presentó la Reforma Tributaria. Se trata de la reforma más importante que ha presentado Boric desde que asumió el pasado 11 de marzo. Con la iniciativa se pretende financiar la mitad del programa de gobierno con gastos en pensiones, salud y vivienda. Pese a que el foco discursivo estuvo puesto en que la mayoría de la población (97%) no pagará nuevos impuestos y que solo se le cobrará a los que tienen más ingresos, lo cierto es que se tratará de montos acotados. Incluso se propone bajar el impuesto corporativo (2da categoría) a las grandes empresas del 27% al 25% bajo la condición que se reinviertan utilidades en innovación. En el caso del royalty, se presentará un proyecto que recauda menos que el de la cámara para garantizar que el negocio siga siendo atractivo para las transnacionales, ni hablar de nacionalización y parar el saqueo y regalo que se les hace a las grandes mineras.

Radiografía actual: Impuestos a la medida de los grandes empresarios

Según un reciente estudio de la OCDE sobre la estructura tributaria de Chile se vuelve a demostrar que es el país donde se pagan menos impuestos. De hecho, a nivel latinoamericano, es uno de los países que está bajo el promedio (20% y 23% promedio). En el caso de la OCDE para PIB per cápita similar (en 1978) los países cobraban más de 10% de lo que se cobra en Chile. Además, se establece que la mayoría de los impuestos en Chile (sobre el 50%) lo pagan las y los trabajadores y sectores populares a través del IVA, uno de los impuestos más regresivos que existen, porque implica que los que menos ingresos tienen, pagan más en impuestos en comparación con las personas de más ingresos, millonarios, etc.

Pese a que la reforma del gobierno es centralmente progresiva, es decir, que cobra mayores impuestos a quienes más tienen, su magnitud no alcanza ni de cerca a corregir esa estructura hecha por la dictadura y administrada por la Concertación y la derecha para que la mayoría de los impuestos lo paguen los sectores populares. De hecho, la reforma establece una rebaja de impuestos a las grandes empresas. Veamos.

Los ejes de la reforma

La reforma se dividirá en 4 ejes y proyectos de ley, 2 de los cuales se presentarán durante este mes en el congreso: Los cambios a los impuestos a la renta y riqueza, exenciones y el royalty. Los cambios relativos a los impuestos correctivos y otras medidas se ingresarán al congreso en el último trimestre del año. Según el gobierno, se espera una recaudación de 4,1% del PIB (unos US$13.000 millones) cuando la reforma esté en régimen hacia el año 2026 (si es que se aprueba durante este año).

En el eje de las modificaciones a los impuestos, se establece una modificación del impuesto a las empresas bajando del 27% al 25% como beneficio para aquellas empresas que reinviertan sus utilidades en I+D.

Para el impuesto a la riqueza se establecen dos tramos: entre US$5 y US$15 millones de dólares se deberá pagar un 1%, mientras que quienes tengan un patrimonio superior a US$15 millones pagarán un 1,8%. Pese a lo acotado de este impuesto, los grandes empresarios ya comenzaron a migrar para evitar pagarlo por distintas vías. Ya sean fugando sus fortunas a paraísos fiscales como muestra el enorme flujo de capitales que ha salido del país desde 2020 y que se calcula sobre los US$50.000 millones de dólares. También otros millonarios han optado por “repartir” sus fortunas entre sus hijos donando justo US$5 millones de dólares que fija como tope exento del pago del impuesto. Es decir, este tipo de impuestos se transforman en inofensivos para los grandes millonarios si no se hacen en conjunto con medidas de fondo como prohibir la fuga de capitales o estableciendo el monopolio estatal del comercio exterior.

Por eso es tan falso cuando el diputado del partido de gobierno Diego Ibañez dice que Luksic pagará este impuesto sobre todo el patrimonio que tiene la familia más rica del país. De hecho hace pocos días fue noticia que Jean Paul Luksic, el hermano de Andronico que dirige el negocio minero de la familia (Antofagasta Minerals) se trasladó a Suiza, casualmente a solo 2 semanas de que se presentara la reforma.

En el caso del Royalty minero, el gobierno estableció un instrumento intermedio que si bien grava las ventas de las mineras, lo hace a la mitad. Mientras que la otra mitad se realiza mediante las utilidades. El problema con este tipo de instrumentos es que las utilidades son modificables mediante la contabilidad de las empresas que tienen diversos mecanismos para disminuir sus utilidades reales. Además, como han señalado algunos economistas, el cobro del royalty a las ventas es el único instrumento que permite cobrar por el cobre extraído y no regalarlo como lo ha hecho el Estado de Chile durante décadas perdiendo solo entre 2005 y 2014, unos US$114.000 millones de dólares, algo equivalente a 2 presupuestos fiscales anuales completos, un verdadera saqueo y robo nacional. De nacionalizar la gran minería y terminar con este robo, ni hablar.

El argumento explícito del gobierno para hacer un impuesto no tan agresivo, es garantizar las ganancias de las grandes mineras nacionales y transnacionales que operan en el país.

Revisa todas las medidas de la reforma a continuación:

  1. Baja del impuesto a las empresas: Se establece la bajada de 27% a 25% del impuesto a las grandes empresas (1ra categoría) con la condición de que ese 2% rebajado sea reinvertido en innovación y desarrollo. Es importante señalar que el régimen de tributación para empresas transnacionales se mantiene tal cual es en la actualidad por los TLC que Chile tiene con gran parte del mundo y que incluyen tratados de doble tributación (es decir, la empresa paga impuestos en un solo país).
  2. Impuesto a la riqueza: Se crea un impuesto de dos tramos para las grandes fortunas del país (unas 6.300 personas). El primer tramo va desde los US$5 a US$15 millones de dólares que deberá pagar un 1%, mientras que los que tengan un patrimonio superior a los US$5 millones de dólares, deberán pagar una tasa de 1,8%.
  3. Subida marginal del impuesto personal a los altos sueldos: Se suben los tres tramos más altos del impuesto global complementario que pagan las personas naturales a partir de los $4 millones promedio mensual. El tramo más alto con sueldo de más de $8 millones quedará con un impuesto de 43% (desde el 40% actual).
  4. Se crea un impuesto a las rentas del capital: Con una tasa del 22% para los dividendos o retiros de una empresa. Las ganancias de instrumentos bursátiles que desde la dictadura tienen una tasa preferente del 10% se sube hasta 22% (más bajo que el impuesto corporativo de las empresas).
  5. Limitación de exenciones: Se establece que los fondos de inversión privados pasarán a pagar impuestos. Los fondos públicos sin embargo, mantendran la exención de impuestos salvo que repartan dividendos hacia otras personas jurídicas. Se limitará la renta presunta solo para micro empresas con una transición de 4 años. Se seguirán permitiendo las deudas de arrastre en las contabilidades, sin embargo con un tope del 50% de las utilidades. Esta es una de las trampas con las que los empresarios como Piñera, Delano y otros grandes compraron empresas zombis de papel para no pagar impuestos durante décadas.
  6. Limitación de evasión y elusión: Se creará un registro de los beneficiarios finales de las empresas para saber quienes están detrás de las sociedades. Se actualizan una serie de normas y se crea la figura del denunciante anónimo tributario.
  7. Impuestos correctivos: Si bien la minuta del gobierno no tiene mayores detalles de esta medida, estos llamados “impuestos” tienen como objetivo corregir el comportamiento de las empresas mediante una reasignación de recursos, es decir, se cobran impuestos para entregarlos como subsidios para incentivar un determinado comportamiento. Por ejemplo, poner un impuesto a una actividad contaminante para entregarlo a otra actividad “verde” que le entra como subsidio a ese grupo de empresas por lo que no es un ingreso adicional para el estado en estricto rigor.